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Yo no podía salir corriendo hasta Felix, decirle que todo estaba bien y que saldría adelante... Porque en realidad no sabía la razón por la cual todo había terminado de esta forma.

Una canción en la que literalmente está terminando con la chica, ella llora y él sale corriendo.... Agregando que era el cumpleaños de Yongyoo.

No creía que el mocoso fuera tan cruel, aunque nadie lo es porque sí.

Han pasado dos días en los que no he visto a Felix, y me he dado cuenta de que realmente es mi motor.

Me siento vacío, sin ganas de hacer nada y un sentimiento de molestia y tristeza se instala en mi cada vez que SeungMin habla sobre él.

Pienso que ir a la cafetería y saludarlo no estaría mal, tal vez sea de ayuda para él pero estoy seguro que no será de ayuda para mi pobre corazón.

Así que con esa mentalidad y todo el valor entró al lugar, donde mi nariz percibe el aroma a café al instante. Me acerco a la chica de la vez pasada para pedir lo mismo de siempre.

— Caramel Latte deslactosado y un muffin de vainilla, por favor.

Cuando me lo dan prosigo con la rutina de siempre al venir a este lugar:

Buscar a Felix con la mirada.

Y de paso buscar una mesa.

Por fin encuentro a Felix, está recogiendo unas tazas de una mesa desocupada, la única mesa desocupada, de hecho.

Así que como es la única mesa me acerco, cuando él se voltea da un leve salto y cierra los ojos, apretandolos fuertemente.

— L-lo siento — me disculpo, él abre un ojito y sonríe un poco.

— No te preocupes, fue mi culpa— se endereza y camina lejos de mí.

Se ve realmente mal, tiene ojeras, su rostro es de un color bastante pálido, sus labios están muy partidos y se le nota el cansancio en la voz.

Odio verlo de esta forma.

Al finalizar con mis alimentos un chico se acerca a mi mesa, preguntando si se me ofrece algo.

— Ahora que lo dices sí — respondo — ¿Sabes cuándo termina el horario de Felix?

— ¿Lixie? — pregunta, asiento aunque realmente me desagrade que cualquiera lo llame así —¿Qué hora es?

— Cinco para las siete.

— Entonces su turno termina en cinco minutos.— yo sonrio, tal vez Felix pueda aceptar salir conmigo.

No intento hacer algo con él, de verdad se ve fatal por dentro así que pienso que serviría si se despeja un poco.

— Emm... ¿Puedes llamarlo? — le pido al chico — Quiero hablar con él sobre algo, por favor. — el rubio asiente y se encamina por Felix.

Estoy nervioso, mucho. Mis manos no paran de temblar y mi mente crea posibles rechazos, siempre jugando contra mí.

Hasta que escucho su vozecita, tan suave y desganada.

— ¿Me necesitabas, hyung?

— ¿uh?, digo, sí — balbuceo, intentando relajarme —¿Quieres salir por ahí? No te he visto en días y no tengo nada que hacer, claro solo si tú puedes y quieres.

Él lo piensa un poco y por fin responde:

— Claro, estoy aquí en unos minutos.

Le sonrio y asiento, respirando de nuevo. Es que este niño puede hacerme y deshacerme en un segundo.

Tomo mi gabardina y me la coloco, esperando a Jeongin.

— Ya podemos irnos, hyung.

Me levanto del asiento y camino detrás de él hacia la salida.

— ¿Quieres ir a algún lugar? — pregunto encendiendo el auto.

— Uhmm...recien abrieron un restaurante de sushi y dicen que es muy bueno.

— Bien.

Comienzo a manejar cuando de repente Felix comienza a sollozar dejándome confundido.

— ¿Q-qué pasa, Lix? — cuestiono, aparcando el auto en alguna parte de un estacionamiento de autoservicio.

Él no hace más que saltar a mí y colgarse de mi cuello, llorando con fuerza.

— P-pensé que po-podría superarlo... Pero d-de verdad la amo.

Quiero ayudarlo, hacerlo olvidar todo el mal que está sintiendo en este momento pero él la ama y eso me da una pauta de que jamás podría ser mío.

Ni aunque se lo pidiese.

𝐂𝐎𝐅𝐅𝐄 𝐓𝐄𝐒𝐓; ChangLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora