Lilith, Vampiresa Sensual

Exquisita Agonía

Mi desbocada y loca risa es lo único que resuena en este paramo esteril, negro y quemado.

Demian yace en el suelo rodando y chillando como el animal blasfemo y repulsivo que es.

"COMO TE ATREVES A HERIRME LILITH!"

"COMO TE..."

Asesto un nuevo latigazo a su espalda y desprendo la ultima ala blanca y podrida de Demian para hacer callar sus huecas palabras.

"Me atrevo porque te lo mereces Demian!"

"Te mereces todo el sufrimiento agonico que pueda proporcionarte, hijo de puta celestial!"

Miro con asco a la aberración sangrante que esta frente a mi, luchando por cauterizar sus heridas.

"Levantate y pelea como el puto cobarde que eres!"

Demian lo hace en el acto, dándome gusto.

Sus puños logran impactarme en alguna parte de mi cuerpo.

Las patadas que lanza este imbecil logran herirme, sobre todo porque el latigo que aun sigo empuñando esta calcinándome la mano por completo.

"Dame mi latigo bastarda!"

Demian intenta recuperar su arma robada, pero en vez de eso, rodeo su cuello con el mismo latigo.

Con mi mano disponible sostengo mi espada sollozante que emite niebla blanca debido al llanto de las almas contenidas dentro.

"Te cortare el cuello de una puta vez!"

Exclamo perversamente.

Algo se mueve en el suelo.

Una puta ala vuela y me corta el brazo por el codo.

"AAAAHH!"

El débil quejido se desprende de mi boca, haciendo que Demian sonria de nuevo, de manera petulante.

Se siente victorioso de que acaba de herirme este hijo de puta.

"Volvere a dejarte como una nauseabunda masa gelatinosa en el suelo por los azotes que te dare"

"Y esta vez, te calcinare para que no quede nada de tu inmundo ser!"

Eso quisieras bastardo Demian.

Forzando al máximo mi poder, hago aparecer una especie de gancho en mi mano, la cual entierro en su hombro, partiéndolo a la mitad por completo.

Esta vez Demian ya no aulla ni gruñe de dolor.

Ambos hemos llegado a ese punto donde reservamos nuestras fuerzas para seguir combatiendo.

"Acabemos con esto de una vez."

Afirma Demian antes de carbonizar el latigo en su cuello.

Solo a quien le pertenece el arma puede destruirla, por ello Demian acaba de destruir el latigo con su fuego violáceo.

"Me parece bien."

Nos enredamos en una pelea cuerpo a cuerpo, donde termino perdiendo mis alas dolorosamente.

Demian se estrella contra el suelo innumerables veces mientras que le arranco los dedos con mis dientes.

Ya le he destrozado varios dientes podridos y algunas partes de su blanca piel, están hechos jirones.

"No puede ser posible!"

"Como es que ahora no puedo ganarte si no eres mas que un bicho insignificante para mi?"

Sonrio abiertamente de forma malvada hacia mi ex torturador.

"Porque me quitaste todo lo que mantenía humana..."