Descendemos...
Amo este olor a moho, podredumbre y humedad.
De pronto, las antorchas se encienden para que los caballeros, seguidos por un sequito de sirvientes nos conduzcan a Belle y a mi hasta los confines subterraneos de este castillo.
"Caminad mujeres!"
"Tal vez ustedes hayan podido engañar con algún sortilegio demoníaco a Lord Viggo..."
"Pero nosotros no caeremos en sus falacias y supercherias de magia!"
El hombre que habla es un caballero cuya salvaje y rubia cabellera ondulada parece hilos ensortijados de oro.
Es rubio de ojos verdes o azules, como todas los demás caballeros.
Todos tienen este acento duro y crudo al hablar.
"Mi Lord, ya le dije que no lo envenené con ninguna pócima ni elixir..."
"En verdad, Lord Viggo solo estaba dormido."
Declaro de lo más tranquila.
Belle siente un poco de miedo debido a que ella es una conversa muy nueva.
Ella todavía siente respeto y miedo por las autoridades humanas.
Y además no ha pasado por tanto sufrimiento como todo el intenso, agresivo, doloroso y agonizante dolor que tuve que atravesar.
Y debido a eso, ahora no siento de ninguna clase por humano el dolor que me puedan inflingir los humanos.
Así como ya no tengo miedo de ese hijo de puta de Demian.
O de la puta corriente y vulgar de Victoria.
O de el bastardo de Robert.
"Pues ya veremos si unos cuantos azotes en su espalda delicada son capaces de aflojarle la lengua..."
"Mi Lady."
Ese hombre pronuncia esto último como si se estuviera burlando de mi.
Puedo sentir la sorna, el desprecio, el odio, la rabia, las ganas de verte fluir sangre por parte de estos caballeros.
Ellos están tan acostumbrados a que mi caballero les diera sus "sobras" sexuales, que al llegar yo a erradicar a todas esas mujerzuelas, estos seis hombres no se han divertido como lo hacían antes.
"Abrid la puerta sirviente!"
El caballero ordena.El mayordomo, ese horrible y tosco hombre abre la enorme y resistente puerta de madera negra con una llave enorme negra de metal.
Cuando saca la enorme llave de la puerta la devuelve a su manojo de enormes llaves que cuelgan en su raido cinturón.
Pronto, las cargaré en mis manos.
Ya lo verán.
"Enciendan las antorchas en las paredes para que pongamos comodas a las damas."
Unos pasos algo pesados resuenan en las escaleras de piedra.
"Hijos míos"
El sacerdote ha llegado también a este lugar.
"Padre Hans..."
Cuatro caballeros hacen reverencia ante ese gordo hombre que tiene una sotana de color morado.
Su cabeza es tan grande como una sandía y está calva de la parte de arriba.
Aunque de los lados si ostenta cabello lacio negro muy grasoso.
En verdad que nunca pude entender a estos supuestos "hombres de Dios."
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Lilith, Vampiresa Sensual
Romance"Eres MIA Lilith!" Mi amante vampiro exclama posesivamente. Te atreves a entrar en mi mundo de lujuria eterna? Dejame corromperte el alma...