Treinta y cuatro. Ser fuertes

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Después de un intenso día de rodaje, llegamos al hotel. Tom se veía cansado y lo entendía.
Entramos en la habitación y se tendió en la cama. Me quedé mirándolo, mientras él cerraba los ojos. Suspiró. Se notaba lo cansado que estaba. Había tenido que repetir la misma escena unas siete veces porque, a la actriz que interpretaba el papel femenino principal, se le olvidaba la misma frase. Desde el sitio donde estaba junto a Matthew, vi como el director se desesperaba. Incluso lo oí decir que parecía que lo hacía a propósito. Matthew me miró con una sonrisa y asintiendo con la cabeza, por lo visto sabía cómo era aquella chica. Por eso, notaba a Tom tan molesto cada vez que el director decía "¡Corten!". Suspiraba y se pasaba la mano por el cuello. Me daba pena verlo así. Hasta me puse algo nerviosa por no poder hacer nada. Eran gajes del oficio, como decía él mismo.
Por eso, no me extrañó que se tumbara en la cama, cansado de todo aquello.
Me acerqué a él y me senté a su lado. Le acaricié la mejilla y abrió los ojos, girando la cabeza ligeramente hacia mí.
- ¿Estás cansado, cariño?- pregunté mientras ahora le acariciaba la cabeza.
- Mucho.- suspiró.
- Descansa un poco- Tom asintió- Yo me voy a duchar rápidamente y llamo para que nos traigan la cena aquí, ¿vale?
Tom volvió a asentir y yo me levanté de la cama para dirigirme al baño. Me desnudé, abrí el grifo de la ducha y me metí.
Dejé que el agua resbalara por mi cuerpo, relajandome. De repente, sentí unas manos alrededor de mi cintura. Instintivamente, mi cuerpo se pegó al suyo. Podría reconocerlo simplemente por sus manos con los ojos vendados, si fuera necesario.
Me besó en el hueco del cuello y suspiró, dejando su cabeza apoyada en mi hombro. Me mantuvo un par de minutos abrazada de aquella manera.
- Solo quiero estar así contigo de por vida- dijo en un suspiro.- Hoy estoy demasiado cansado de todo esto.
- Tom...- me giré dentro del abrazo hacia él.
Noté como sus ojos brillaban y no precisamente porque le cayera agua de la ducha. Era ese brillo que tienes cuando quieres llorar. Subí mis manos hacia su cara mientras veía como reprimía las lágrimas.
- Tom, cariño, ¿Qué te pasa?
- No sé... Tengo un bajón anímico o como se llame eso. Hoy ha sido mortal en el rodaje, ya lo has visto. Menos mal que estás aquí, si no, estaría ahí en la cama, llorando hasta quedarme dormido como tantas veces.- cerró los ojos y un par de lágrimas resbalaron por sus mejillas.
Me giré levemente y corté el agua. Volví a girarme hacia Tom, quien seguía con los ojos cerrados. Se me partió el corazón verlo así. Él siempre ha sido fuerte, él es quien me da la fuerza a mí para seguir y ahora parecía tan pequeño...
- Cariño, no llores. Tú siempre estás bien, siempre has sido fuerte para todo. Siempre has superado cada piedra del camino. Días malos tenemos todos, pero tú eres más fuerte que nadie. Pasaste por un mal momento, del cual no quiero ni recordarlo, y lo superaste. Tú eres fuerte, mucho y lo demostraste conmigo. Si no fuera por ti, no estaría viva. Te debo mi vida, Tom. No olvides eso. Y te recuerdo que tienes el corazón más bueno del mundo y el alma más bonita que hay. Y yo no soy la única que lo piensa. Tienes miles de fans que te quieren con locura. Has sido y serás ejemplo para todas ellas. Ayudas a muchas personas sin tú saberlo. Y claro que, me tienes a mí. Soy tu novia, pero también tu amiga. Cuentas conmigo para todo, no lo dudes. Siempre estoy ahí para ti, aquí o a miles de kilómetros. Así que sonríe, mi vida. Amo tu sonrisa, ya sabes que, cuando sonríes, se me para el corazón. Tu felicidad es la mía.
Empezó a llorar. Nunca lo había visto así. Volvió a abrazarse a mí, fuertemente, llorando aún más. Él, mi fuerza y mis ganas de vivir, se encontraba entre mis brazos, llorando a lágrima viva. Se me partió el corazón y el alma al verlo así. Sé que estaba cansado del día, pero aquel bajón anímico era la primera vez que lo tenía conmigo.
- Cariño...- dije y noté como varias lágrimas recorrían mis mejillas.
Verlo así me entristecía demasiado, pero me tenía que mantener fuerte por él. Respiré hondo y volví a hablar:
- Ven, vamos a la cama. Allí estaremos mejor.
Él me soltó y asintió. Lo miré y tenía los ojos enrojecidos de llorar. Las lágrimas aún recorrían sus mejillas. Salimos de la ducha y me envolví en un albornoz. Cogí otro e hice lo propio con Tom. En el aquel momento, me recordó a un niño pequeño, me pareció tan indefenso.
Lo tomé de la mano y salimos del baño. Destapé la cama y lo hice sentar en el borde. Sus ojos, esos ojos de color azul que tanto amaba, se mostraban tan tristes...
- Túmbate y duerme. Estás muy cansado y eso hace que estés así también.
- Sofía...- dijo en un hilo de voz.
- Estoy aquí, no me separé de ti, tranquilo.- respondí cogiéndole las manos.
Tom asintió y se tumbó en la cama. Lo tapé y di la vuelta a la cama para recostarme junto a él. Se giró y apoyó su cabeza en mi pecho. Suspiró y dijo:
- Gracias por estar siempre ahí.
- Siempre lo estaré. Tú eres fuerte y yo lo soy por ti.
- Tenemos que ser fuertes siempre.- dijo y su brazo me apretó hacia él.
Besó mi estómago por encima de la tela del albornoz y volvió a suspirar.
- Descansa, cariño- dije mientras acariciaba su cabeza.
Lo sentí asentir.
Miré al techo y cerré los ojos, aguantando las ganas de llorar, respirando hondo. Tom era mi fuerza y si él flaqueaba, mi mundo tambaleaba. Sólo esperaba que, al dormir aquella noche, se levantara mejor.
Mañana sería otro día.

Dulce Amor (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora