Cincuenta y dos. Nueva película

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TOM.

Mi problema ahora era como le decía a Sofía lo de este proyecto. Y más aún estando recién casados. No quería separarme de ella, pero así era mi trabajo.

Ella seguía trabajando en su pastelería junto a Alice y Hannah, pues Chris aún no se había incorporado después de tener a su pequeña. Se había tomado un año sabático, como dijo ella. Aunque siempre ayudaba a Sofía cada vez que podía.

La verdad es que no sabía cómo hacerlo. No encontraba las palabras correctas para explicarle este proyecto. Era bueno, excelente diría yo.

Y así me encontraba yo, de un lado a otro del salón, esperando a que Sofía llegara de trabajar para decirle. No podía esperar mucho tiempo. Willow se había cansado de seguirme y se marchó al patio.
Oí abrirse la puerta de casa y me dirigí hacia allí.
- Hola, amor- dijo al verme.
- Hola, cariño.- respondí acercándome a ella.
Le di un beso en los labios.
Sofía soltó su bolso en el perchero de la entrada junto a la chaqueta. Nos dirigimos a la cocina y ella se desplomó en uno de los taburetes que había en la isla de la cocina.
-¿Cómo ha ido el día? - pregunté empezando a preparar la cena.
- Agotador- respondió pasándose la mano por la cara- Esta tarde llegó una mujer que cambiaba más de los dulces que quería para un cumpleaños... No sabía lo que quería. Dos horas con ella hemos estado...
Suspiró y se levantó. Se dirigió al mueble donde teníamos los vasos y lo llenó de agua.
- Ve y te duchas. Así te relajas. No te preocupes, que yo preparo la cena.
Se acercó a mí y me abrazó. Yo hice lo mismo.
- Eres el mejor.- levantó la cara hacia mí y sonrió.
Sonreí a modo de respuesta. Sofía se separó de mí y se dirigió a las escaleras para subir al baño para ducharse.
Yo me puse a preparar algo para cenar. Demasiado hacia ya Sofía, como para dejarla hacer la cena.

Bajó poco antes de terminar de hacer la cena, vestida ya con el pijama.
- Huele bien, ¿Qué has echo para cenar?- preguntó.
- Unas verduras salteadas con algo de pollo- respondí.
- Huele delicioso, Tom- dijo sonriendo.
- Pues ahora me dices que te parece cuando lo pruebes. - añadí.
Sofía asintió y se sentó en el mismo sitio que antes.
Serví la cena y Sofía me dijo que le gustaba mucho aquello.
Tras unos minutos en silencio, mientras cenábamos, Sofía habló:
- ¿Sucede algo, Tom? Te noto algo distraído.- preguntó poniendo una mano sobre mi brazo.
- No, no sucede nada, cariño- respondí.
Mi esposa me miró como si no se creyera nada. Levantó las cejas e insistió:
- Tom, te conozco lo suficiente como para saber qué te pasa algo.
Inspiré y solté el aire.
- La verdad es que si, pasa algo. Pero no sé cómo decírtelo.
- Mi amor, ya sabes que me puedes contar lo que sea. Venga, te escucho- dijo acariciando mi brazo.
La miré un segundo antes de hablar.
- Me han propuesto un nuevo trabajo en una película como actor principal.
- ¡Eso es estupendo, Tom!- exclamó ella muy contenta.
- Pero hay un problema...
- ¿Qué problema?- preguntó ella extrañada.
- Es en Australia, durante unos tres meses. Es un gran proyecto, la verdad. Aunque tendría que irme solo, no permiten que nos llevemos a nadie. Estoy pensando en decirles que no...- comencé a decir, pero Sofía me interrumpió:
- A ver, Tom, entiendo que es tu trabajo y, si tienes que aceptarlo, lo aceptas. Sé que serán tres largos meses, pero si tengo que ir a Australia a verte, pues iré. Ya lo hice cuando estuviste en Los Ángeles. No dejes ese proyecto, si es tan bueno como dices, a un lado por nada.
- Pero, Sofía, estamos recién casados. Yo quiero estar contigo...
- Tom, eres mi vida, pero no te puedo impedir que no hagas tu trabajo. Tú vives de esto, como yo de la pastelería. Soy tu esposa, si y nada lo va a cambiar. El haberme casado contigo es lo más bonito que me ha pasado en la vida. Así que, acéptalo. Acepta ese proyecto. Y yo iré, al menos, un par de veces.
-¿Que he echo para merecerte?- pregunté abrazándola.
- Nada, solo conocerme. Tú felicidad es la mía y solo quiero verte feliz.- dijo entre mis brazos.
Me separé de ella y la besé.
- Te quiero mucho, Sofía.
- Más te quiero yo- dijo ella con una mano sobre mi mejilla.
Terminamos de cenar, luego recogimos los platos sucios y, mientras yo fregaba, Sofía le puso la comida a Willow.
Después, subimos a la habitación para acostarnos.
- Mañana llamaré a Luca para decirle que acepto el papel- dije mientras me metía en la cama.
- Seguro que estarán encantados contigo. Estoy deseando verte de nuevo en el cine. Me siento como una adolescente cuando sabe que va a volver a ver a su actor favorito en el cine- dijo Sofía también metiéndose en la cama.
- Tú estás casada con tu actor favorito- bromeé quitándome las gafas y dejándolas sobre la mesita de noche.
- La verdad es que si- rió.
Se acurrucó con la cabeza sobre mi pecho.
- Buenas noches, amor- dijo.
- Buenas noches, mi vida.
Le di un beso en la cabeza y la abracé.
La verdad, es que no sabía que había hecho en la vida para merecerme el amor de Sofía. Siempre tenía buenas palabras hacía mí y aceptaba esta vida de locos que, a veces, es la vida de un actor.

SOFÍA.

Los días pasaban, y a finales de octubre, Tom me dijo que tendría que irse para Australia a grabar su nueva película.
No llevábamos ni dos meses casados y ya nos estábamos separando.
Pero entendía que así era su trabajo y lo aceptaba. Me gustaba verlo feliz, aunque ambos sabíamos que no nos gustaba estar tanto tiempo separados.

La vida en general iba bien. Mi trabajo tenía días de mucho jaleo y otros días con el ajetreo de siempre. Pero no me quejaba. Mi amiga Christine me dijo que en diciembre se incorporaría, pues ya la pequeña Lucy habría cumplido un año y la dejaría en una guardería mientras ella trabajaba. James estaba de acuerdo en que ella volviera a trabajar.

No podía quejarme ni de Alice ni de mi cuñada Hannah. Entre las tres llevábamos el negocio bastante bien, aunque, el saber que Chris volvería, sería la mejor de las noticias.

Tom ya lo tenía todo preparado para marcharse la noche de antes. Las maletas estaban un lado de nuestra habitación. Me entristecía demasiado quedarme sola tanto tiempo, pero lo entendía.
Suspiré y me metí en la cama mientras Tom salía del baño.
- No estés triste, cariño- dijo él después de meterse en la cama y abrazarme.
- Es inevitable.- suspiré- Pero, bueno, sé que pronto te veré de nuevo.- añadí sonriendo.
- Eso mismo. Además, hablaremos todos los días.- dijo.
No dije más nada y empecé a besarlo. Él me seguía el beso con ganas.
Pronto, nuestros pijamas estaban tirados por el suelo y tenía a Tom besándome por todo el cuerpo.
Nuestros cuerpos se unieron en uno solo mientras solo esperaba que aquel momento durara para siempre.

A la mañana siguiente, acompañé a Tom al aeropuerto. Me dio un beso y un abrazo a modo de despedida. Vi como sus ojos brillaban a causa de contener el llanto. Yo no pude reprimirlo en cuanto Tom entró por la puerta de embarque.
Lo que ninguno de los dos sabía en esos momentos es que, en nuestras vidas comenzarían algunos cambios bastantes agradables, aunque serían sin previo aviso.


Buenas!!!! Voy bien??? Os gusta cómo va yendo la historia???
Nuevas cositas se avecinan!!!
Pronto otro capítulo más.
Os adoro!!!
😘😘😘

Dulce Amor (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora