Veintiséis. El cumpleaños

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Serían las once de la noche, cuando nos acostamos. Entré al baño y, al salir, Tom ya estaba tumbado en la cama leyendo un libro, con las gafas puestas. Me metí en la cama, me acerqué para darle un beso y me giré, dándole la espalda. Sabía a la perfección, que se había quedado mirándome.
Sentí que mis ojos se cerraban y me dejé llevar por Morfeo.

No sé qué hora era, pero sentí sus manos rodear mi cintura y acercándome a su cuerpo. Sentí también como una de sus manos recorrían mis piernas desnudas, pues en aquella ocasión, estaba dormiendo con una camiseta bastante grande. Sus labios besaban de mi cuello hasta mi hombro. Su mano, que recorría mis piernas, se coló debajo de mi ropa, dejándola sobre mi vientre.
- Sofía... - susurró mi nombre de una manera que hizo que mi cuerpo reaccionara sólo.
Me giré hacia él y sin decir nada más, empezamos a besarnos.
Había ansiado muchos días, que me besara como siempre, pero sé que no lo hacía por miedo hacerme daño. Pero ya estaba bien.
Nos desnudamos el uno al otro. Empezó a besarme por todo el cuerpo, deteniéndose en mis pechos y siguiendo para abajo. Lo noté besarme por los muslos y noté como mi cuerpo se tensó. Sé que se dio cuenta y retomó el camino de besos que había dejado antes.
-No te haré nada que no quieras, no te preocupes, mi vida.- susurró a mi oído.
Busqué, con mis manos, su cara, para besarlo. Mientras lo hacía, pasé una de mis manos por su espalda y enrredé mis piernas por sus caderas. Él se colocó bien y se introdució en mí. Solté un pequeño gemido de placer.
Tom se movía encima de mí lentamente, hasta que apreté mis piernas y él soltó un gruñido. Sabía que le gustaba que lo hiciera.
Noté que iba a llegar en cualquier momento, y así fue. Tom me siguió al instante. Cayó a mí lado cuando todo terminó. Respiraba entrecortadamente, pero aún así, me abrazó.
- Ya te he pagado lo de esta mañana, señorita Smith.- dijo y rió.
- Y de que manera- respondí.
Ambos reímos. Me acomodé entre sus brazos y nos quedamos dormidos.

El sábado llegó y con él, la fiesta de cumpleaños de Emma Watson. Yo estaba nerviosa, solo el pensar que conocería a los amigos de Tom y, todos famosos.
Christine y Paul pudieron el grito en el cielo en cuanto les conté donde iría aquella noche. Christine me pidió que le consiguiera autógrafos de todos los que fueran. Tom, que estaba oyendo la conversación, pues Chris y Paul habían venido a verme a su casa, se asomó a la puerta del despacho que tenía en casa, y le dijo bromeando:
- ¿No te puedes conformar con uno mío? Yo te firmo todos los autógrafos que quieras, Chris.
- No, tú eres Draco Malfoy y de Slytherin, a mí me gusta más Ron Weasley que es de Gryffindor- respondió Chris riéndose.- Verás, que Harry Potter también me gusta. Esos ojos azules que tiene Daniel...
- ¿Hay alguno que no te guste?- dijo Tom acercándose a nosotros.
Paul y yo los mirábamos divertidos.
- Si, tú. Y no me gustas porque estás con mi amiga, que si no, también entras en el lote. Pero vamos, que no tengo tendencia a los malos- dijo mi amiga arqueando las cejas y mirándome.
- Oye, Chris... - dije riéndome.
- No te preocupes, yo te consigo los autógrafos. No podemos permitir que la criatura que está dentro de ti salga con un rayo en la frente.- dijo Tom mirando a mi amiga, la cual soltó una carcajada.
- Mejor eso, a ser mortifago, Malfoy.- respondió ella.
Tom, Paul y yo empezamos a reírnos. Christine tenía el don de ser tan graciosa en cualquier momento. Y el embarazo, parece que no le afecta en ese sentido.

Tom me había dicho que la cena era las ocho en casa de Emma. Así que empecé a arreglarme sobre las cinco. Me duché, me alisé el pelo, que lo adorné con una diadema de ojitas plateadas, me maquillé ligeramente y me vestí con un traje de chaqueta azul marino, compuesto de un pantalón pitillo y una chaqueta. Al conjunto, le añadí una blusa lencera blanca y unos zapatos de salón en azul marino, con un bolso de mano también en azul marino.
Tom llevaba un pantalón negro, con una camisa en tono rosa claro y una americana también negra.
Sonrió al verme.
- Estás preciosa- dijo y me dio un beso en la cabeza.
- Tú tampoco estás nada mal.- dije sonriendo.
-¿Vamos?- preguntó y yo asentí.
Salimos de casa, nos montamos en el coche y nos dirigimos a casa de Emma. Llegamos en unos veinte minutos.
Aparcó cerca de allí y nos dirigimos hacia su casa. Al llegar, Tom llamó a la puerta y al momento, una chica preciosa, con el pelo recogido en un elegante recogido y con un vestido de manga francesa y entallado en color rojo, nos abrió la puerta.
-¡Tom!- exclamó la chica y se abrazó a mi novio.
-¡Hola, Emma!- respondió él al abrazo.
- Cuanto me alegro de verte.- dijo Emma y me miró sonriendo.
- Ella es mi novia, Sofía. Sofía, ella es Emma Watson, la cumpleañera- nos presentó Tom.
- Un placer y felicidades- dije.
- Muchas gracias, Sofía.- dijo y me dio un pequeño abrazo, al que respondí- Pasad, ya están casi todos. Sólo falta Daniel.
Tom agarró mi mano y entramos. Nos dirigimos al salón y allí estaban varios de sus compañeros. Cuando lo vieron llegar, se levantaron y se dirigieron a nosotros.
- Hola, Tom. Sofía qué alegría verte. Estás preciosa- dijo Rupert, quien abrazó a Tom y me dio un beso en la mejilla.
Me presentó a su novia, Georgia.
Se acercaron a nosotros los gemelos.
- Hombre, Malfoy, con novia.- dijo uno de ellos.
- No eches cuenta de estos dos. Están locos.- dijo Tom riéndose.
- Yo soy James y, este es Oliver- dijo James saludándome con un beso en la mano, gesto que imitó su hermano gemelo. Me parecieron igual de divertidos que sus personajes en la saga.
- Yo soy Bonnie- dijo una chica pelirroja.
- Un placer conoceros a todos.- dije sonriendo.
- ¿A mí no me presentas a tu maravillosa novia?- dijo una voz detrás nuestra.
Me giré hacia atrás y vi entrar en el salón a Daniel Radcliffe junto a Emma. A él si lo conocía bien, aunque me costaba aprenderme los nombres de los actores, el suyo si me lo sabía bien. La verdad es que tenia que reconocer que me enamoré de él en las películas.
- Potter...
- Malfoy...
Después de una miradas, se fundieron en un gran abrazo. Se separaron y, pasando un brazo por mi cintura, Tom me presentó a su amigo:
- Daniel, ella es Sofía, mi novia. Sofía, él es Daniel Radcliffe.
- Un placer. Se te ve buena chica. Has elegido bien, Tom- dijo el chico estrechando mi mano.
- El placer es mío- dije y sentí que las mejillas arder un poco.
Nos sentamos a la mesa y Emma, le dijo algo a un muchacho que había allí, supuse que sería el camarero y trajeron las bebidas.
- ¿Como es que no ha venido Erin, Daniel?- preguntó Tom.
- Bueno... Asuntos personales. No estamos en un buen momento. - respondió el chico encogiéndose de hombros.
- Tom, está gente no ha querido traer a sus parejas. Aquí solos tu y yo ante el peligro- rió Rupert.
- Mi novio está trabajando- añadió Bonnie.
- El mío también. Pero llegará más tarde- dijo Emma.
Los gemelos empezaron a reírse, pero no dijeron nada.
Trajeron la cena y comenzamos a comer entre comentarios de unos y otros. Eran divertidos y admiraba su amistad.
Estaba sentada entre Emma y Tom, con las chica a la derecha y mi novio a la izquierda.
- ¿Todo bien, Sofía?- me preguntó amablemente Emma.
- Si, perfecto- dije con una sonrisa.
- Me alegro. Aquí nos conocemos todos desde hace años, como sabes ya. Pero no te sientas incómoda. Los gemelos son los más divertidos, pero ni Rupert, ni Tom, ni Daniel se escapan. Somos una gran familia.
- Lo veo. Eso es bonito. Tom me contó que habéis vivido muchas cosas durante todos esos años de rodaje.
- Si, diez años de nuestras vidas.- dijo algo nostálgica.
Noté la mano de Tom sobre mi muslo, lo que hizo que me sobresaltara un poco. Lo miré y estaba sonriendo.
- A ver, parejita de tortolitos, aquí la protagonista es Emma, dejad las miraditas para cuando estéis solos- oí decir a James.
- Siempre tan inoportuno, Weasley- añadió Tom con aquella expresión de la cara que me recordó a su personaje.
- Y tú, siempre con cara de asco- se burló Oliver.
- Chicos, parad- añadió Bonnie.
Aquello parecía una pura escena de Harry Potter. Yo no sabía si reírme o cómo actuar.
- Cálmate, Malfoy- dijo Daniel.
Tom y Daniel se miraron un momento antes de empezar a reírse, ambos, a carcajadas.
- Siempre con las mismas bromas- me susurró Emma con una sonrisa.
- Es divertido- le respondí de la misma manera.
-¿Decías algo, Granger? ¿Tú hablando con Astoria?- dijo Tom girándose hacia nosotras.
Quise meterme en el juego:
- Perdona, pero soy Gryffindor y Astoria es de Slytherin.
- Sofía, uno, Tom, cero.- aplaudió James- Además, usted también es Gryffindor, caballero.
Todos nos reímos y Tom hizo un puchero.
La cena siguió entre bromas y anécdotas hasta que llegó la hora del pastel. El chico de antes, apareció con una preciosa tarta de dos pisos, totalmente blanca, con flores de azúcar de varios colores formando una cadeneta alrededor de dicha tarta. Arriba una velas preciosas formando el número treinta y dos.
Cantamos el cumpleaños feliz y Emma se emocionó. Sopló las velas y todos aplaudimos. Cortó la tarta y la repartió entre los presentes y el equipo de camareros que estaban allí ayudando.
A eso de las doce de la noche, Tom y yo nos fuimos. Nos despedimos de todos, pero antes de irnos, Tom les hizo firmar a todos un autógrafo para Christine.
- Así no me mata- dijo Tom cuando nos subimos al coche.
Me reí. Tenía como novio a la persona más buena que alguien pudiera conocer.

Qué os va pareciendo la historia???
Os leo en comentarios.
😘😘

Dulce Amor (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora