Diecinueve. Me persiguen

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Para todas las que me siguen en esta historia, os advierto que, a partir de este capítulo, la historia va a tener varios capítulos más oscuros, donde nuestros protas sufrirán un poco.
No me odieis!!!
Os leo en comentarios!!!
😘😘

♥️♥️

Había pasado unas tres semanas de mi "primera vez" con Tom. La relación iba a la perfección. No podía ser más feliz.
Cuando Tom no tenía ningún compromiso, seguía pasando por la tienda. Había días que él dormía en casa y otros, que yo lo hacía en la suya.
Aquel rubio de ojos azules me tenía totalmente enamorada.

Christine me había contado que James se había tomado la noticia mejor que nadie y estaba muy ilusionado con ser papá. Le había prometido que se comprarían un piso para poder criar a su bebé. También me comentó que se lo había dicho a Paul, a nuestro amigo también le encantó la idea de ser tito.

El trabajo iba bien. Encargos y numerosas ventas casi todos los días. Así que no me podía quejar.

Aquel miércoles en el trabajo, entró un hombre que no me dió buena vibra. Se quedó mirándome fijamente y me puso nerviosa. Compró un par de cupcakes y se marchó. Por suerte, aquel día estaban Chris y Tom conmigo. No sé, pero tenía mala sensación con aquel hombre. En cuanto se fue, me olvidé de aquello.
Cerré la tienda y Christine se fue con su novio para almorzar, igual que yo con Tom. Fuimos a un restaurante cercano, pues debía ir a abrir la tienda en un rato.
- ¿Qué te parece si este finde vamos a Irlanda?- me preguntó Tom mientras llegábamos al restaurante.
- ¿Irlanda? Nunca he ido. Suena interesante, la verdad- dije entrando al local.
-Pues no se hable más. El viernes te recojo, almorzamos y nos vamos.
-¿Todo lo tienes así de bien organizado siempre?- reí a la vez que nos sentábamos en una mesa.
Un camarero se acercó a nosotros para pedir la bebida y la comida. Pedimos y el camarero se marchó diciendo que en breve venía con la comanda.
- Chris me ha dicho que mañana se va un rato antes. Tiene cita en el médico para algo del embarazo.- dije.
- Vale. Yo mañana tengo un acto por la mañana. Espero terminar pronto y pasar por ti.
- No hay problema. Si no te veo después en mi casa.
- Pero me gusta pasar por ti. Me gusta pasar todo el tiempo contigo posible.- dijo cogiéndome de las manos.
- Lo sé. A mí me pasa igual.
- ¡Hombre, Malfoy por aquí!- oí una voz detrás mía.
En la cara de Tom apareció una sonrisa.
- Weasley, tú por aquí.
Me giré hacia atrás, soltandome de las manos de Tom. Un chico pelirrojo, del cual me sonaba mucho la cara, se acercó a nosotros. Si Christine o Paul estuvieran aquí seguro que sabrían quien es. Yo era malísima para aprenderme los nombres de los actores de la saga y de cualquier película.
Tom se levantó y abrazó al chico. Después me miró a mí.
- Rupert, esta es Sofía, mi novia.
¡Anda! Si era el actor que interpretó a Ron Weasley. Desde luego, que torpe era en esto.
-¡Encantada!- dije levantándome y estrechandole la mano.
- Un placer. Es una chica muy guapa, Tom. Me alegro por ti, hermano.- dijo dirigiéndose a Tom. Yo sonreí.
- Gracias. Y tú, ¿Qué haces por aquí?- preguntó Tom sentándose de nuevo.
- He quedado con Daniel para ver unas cosas de un nuevo proyecto en el que quieren que participemos los dos y mientras llegaba, he venido a tomar un café. Por cierto, Emma me ha dicho que celebrará su cumpleaños, así que ya te llamará para acordar el día y eso. Estará bien reunirnos otra vez.
- Si, la verdad es que si. Hace tiempo que no nos vemos.- añadió Tom.
Yo los miraba a ambos como quien mira un partido de tenis.
- Bueno, me marcho- dijo Rupert mirando su móvil- Un placer haberte conocido, Sofía. Cuida de Tom. Es un buenazo con pinta de malo.
Me reí mientras mi novio miraba a su amigo cómo con ganas de matarlo. Se volvieron a abrazar y Rupert salió por la puerta del local.
- Veo que os lleváis muy bien- dije a la vez que el camarero llegaba con nuestras bebidas y comida.
- Si, han sido muchos años juntos.
Comenzamos a almorzar mientras Tom me contaba anécdotas con sus compañeros de reparto de Harry Potter.
Al terminar de comer, me llevó de nuevo a la tienda, donde se quedó toda la tarde junto a Chris y conmigo.

Christine se fue, aquella mañana de jueves, sobre las doce de la mañana, con lo cual tuve que cerrar yo sola. No me importó, ya había cerrado muchas veces sola. Antes de cerrar, me llamó mi hermano Andrew para acordar algunas cosas del cumpleaños de papá. Lo anoté todo en mi agenda. A papá le iba a encantar la sorpresa.
Me aseguré, como todos los días, que todo estaba bien cerrado. Aunque en unas horas volvería a abrir, no querría que ocurriera algo.
Cerré la tienda y me dirigí a casa. Tenía la sensación que alguien me seguía. No quería mirar hacia atrás. Busqué mi móvil rápidamente en el bolso y apreté el paso para llegar a casa lo más pronto posible. Mi corazón palpitaba demasiado rápido. Quería correr, pero mis piernas no reaccionaban. Miré de reojo hacia atrás y un hombre encapuchado, venía hacia mí. Me puse muy nerviosa, estaba demasiado cerca. Nadie había en la calle donde yo vivía.
Sentí como me cogían del brazo. Quise soltarme, pero algo tapó mi nariz y mi boca. Y mis ojos se cerraron.

Dulce Amor (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora