Problemas En El Paraíso || Bakugou

Capitulo 17

Regresar a Japón no fue fácil, salimos ilesos y nuestra misión fue cumplida exitosamente.

Pero cuando llegué a casa mi marido no me esperaba como yo esperaba que lo hiciera.

¿Lo peor? Es que él estaba con Akemi.

Me recosté en mi cama ya lista para dormir, prendí el televisor y lo primero que salió fueron las noticias.

En la pantalla estaba Bakugou y Akemi.

Él estaba alagando a Akemi por su gran éxito en la misión cuando lo único que hizo está fue ser una extra.

—¿Y su esposa? Ella también estuvo en la misión, fue quien hizo todo posible.

—¿Ella? Ella también estuvo bien, pero también todo fue posible por Akemi quien fue quien mandó toda la información a las autoridades.

Un nudo se me formó en la garganta, pero suspiré y apagué el televisor, me dormí a los minutos.

Al siguiente día Bakugou me reclamó todo, por qué no le había dicho nada y muchas otras cosas más.

Él trajo a los niños hoy y ellos estaban jugando en su habitación.

Subí a verlos y jugué un rato con ellos, nos bañamos en la piscina hasta la tarde, por la noche pedimos pizza.

Los alisté para dormir y me fuí a mi habitación donde me esperaba una charla con Katsuki.

Él empezó a hablar pero como estaba cansada me dormir sin más.

Al siguiente día, durante el almuerzo, él explotó y me empezó a gritar.

Peleando por todo.

—¡¿Cómo te atreviste a decirle zorra a Akemi?!—Dice y derrepente siento un ardor en mi mejilla.

Caigo al piso y los niños gritan corriendo hacia mí.

Natsuki y Katsu se paran frente a mí y yo reacciono tomando sus manitas.

—Niños, vayan a su cuarto.

—¿Estás bien, mami?—Ambos preguntan y yo no hago más que mirar a Katsuki.

—Si, mis amores—Sonreí como pude, me dolía la mejilla—Vayan a su habitación, mami tiene que hablar con papi.

Ellos caminan a su habitación algo indecisos y yo me quedo sola con mi ex-esposo al frente.

—¿Te atreviste a pegarme?—Susurro enojada.

Me levanto del piso y con toda mi fuerza estampo mi mano contra su mejilla, con tanta fuerza que logro voltear su cara dolorosamente.

—Lo lamento, estaba enojado, tienes dos días ignorandome, no me dijiste nada sobre la misión y no me tomaste en cuenta para decidir sobre los niños—Se excusa sobando su mejilla, yo niego.

—No—Sollozo—No me pegaste por eso, me pegaste por ella.

—Claro que...

—¿Ya te acostaste con ella?—Pregunto en un susurro ahogado.

—¿Qué?—Dice incrédulo—Es una amiga de la infancia, no somos absolutamente nada.

—¿Sí?—Suelto otro sollozo—No te entiendo, estás distante desde que ella apareció, corres cuando ella está en problemas, la defiendes cada vez que la mencionan, me pegaste por ella, y sobre todo, descuidas a tu familia por ella—Soy un mar de lágrimas pero tomo fuerza para lo siguiente que debo decir—Si sigues así, nos perderás, los niños no te verán igual después de esto, incluso Natsuki me pregunta si ella importa más que nosotros.

—Amor, escúchame, yo...

—No, ya he aguantado suficiente, no quiero saber nada de esa mujer, si quieres seguir con ella hazlo, pero no quiero ni verla, ni que la menciones en mi presencia y de los niños—Lo señalo enfadada—Y si vuelves a pegarme ten por seguro que tomaré mis cosas, a mis hijos y me iré y lo único que vas a volver a saber de mí va a ser por los papeles de divorcio y por la custodia completa de mis hijos.

Suspiro viéndolo, en sus ojos hay enojo pero sé que no me dirá nada y empeorará la situación.

—Perdóname.

—Lo que hiciste no tiene perdón.

—No volverás a saber de ella, lo prometo.

—Sí, eso fue lo que dije y lo que harás.

—Eso haré, por favor perdóname—Suspiró rendido, la rabia en sus ojos calmandose de a poco—No quiero pelear más.

Se acercó a mí y me abrazó, me lleno de besos la cara y finalmente me besó en la boca.

—Ya estás advertido—Lo amenazo una vez más para después finalmente corresponder a sus caricias.

Caí tan fácil esa vez.