Capitulo 9

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—¡Niños, vamos que se nos hace tarde!—Grité y ellos bajaron corriendo.

Salimos de casa y subimos al auto para ir a la agencia de Katsuki.

Llegamos y las puertas se abrieron automáticamente para nosotros, les dieron golosinas a los niños y subimos al ascensor.

Bajamos en el último piso y entramos a la oficina de Bakugou sin avisar.

La sorpresa que me llevé al ver a la chica del parque de diversiones.

Akemi.

—Oh, hola, lamento interrumpir—Digo retrocediendo.

—No, está bien, no interrumpes nada—Dice Katsuki mientras suspira.

—Yo ya me iba, solo pasaba a saludar—Dice rápidamente y sale casi corriendo de la cocina.

No le tomo importancia y camino a saludar a Bakugou.

Le doy un pequeño beso y me siento en sus piernas mientras los niños corren por la oficina jugando con los premios.

—¿Salimos a cenar esta noche?—Pregunta entre besos.

—Mejor mañana, los cuidara mi madre—Digo refiriéndome a los niños.

—Bien—Asiente besándome una última vez.

—¿Que hacia ella aquí?—Pregunto mientras llevo una uva a mi boca.

—Pasaba a saludar.

—Tengo curiosidad, ¿Desde hace cuánto se conocen?—Hablo mientras me levanto para sentarme en la silla que está al frente de sus escritorio.

—Desde que tenemos tres años, pero nos dejamos de ver a los diecisiete—Dice secamente.

—¿Por qué se dejaron de ver?

—Cosas de la vida—Se encoge de hombros—¿Que hacen aquí?—Cambia el tema.

—Pasamos a ver cómo estabas—Me encojo de hombros.

—Pues estoy bien.

—Pues ya nos vamos—Fruncí mis cejas al ver que se ha enfadado.

—Eimi, espera un momento—Trata de detenerme.

Llamo a los niños y salimos rápido de allí, cuando llegamos a casa, preparamos galletas, por la noche pedimos comida y vemos una película.

Bakugou no llega esa noche a dormir a casa.

Al siguiente día llega con la excusa del trabajo y lo entiendo, debe estar cansado.

Los tres días siguiente pasan lo mismo, y entonces ya no lo entiendo.

—¿Por qué no estás llegando a dormir?—Pregunto cuando entra a nuestra habitación al siguiente día.

—Por trabajo, ya te lo he dicho.

Me acerco a él y huele a perfume de mujer.

—Hueles a mujer—Suspiro alejándome de él.

—No sé de qué hablas, no huelo a nada—Noto que está borracho.

—Lárgate primero a quitar el olor a perfume y a licor antes de contradecirme—Casi le grito enojada con él.

Se mete al baño sin decir nada y segundos después escucho la regadera.

Sale ya vestido y se sienta en el sofá mientras me mira fijamente.

Estoy sentada en la cama, recostada en la cabecera con los brazos cruzados mientras le mantengo la mirada.

—Ni si quiera sé si quiero escucharte—Digo sin dejar de mirarlo.

—No tengo nada que decir.

—¿Ah no?—Él niega y yo me río negando con la cabeza.

—Estaba en un club de striptease por qué mis compañeros quisieron festejar allí el éxito de una misión, de seguro que ese es el olor que sentiste—Habla rápidamente cuando ve que me levanto para ir a la puerta, luego continúa—Ya no llegaré más tarde, lo que festejamos hoy fue el éxito de el trabajo de días anteriores.

—Bien, no quiero que esto se vuelva a repetir, a la próxima ni siquiera te voy a escuchar, y desde ahora llegas antes de las once, ¿Entendido?—Hablo y el se limita a asentir—¿Que si entendiste?

—Entendido.

Se levanta del sofá me da un leve beso en la boca y se acuesta a dormir.

No he dormido nada por estar esperándolo, así que vuelvo a acostarme para poder volver a dormir.

Está vez, no le creo, pero lo dejo pasar por qué quiero confiar en él y que esto solo es una simple paranoia mía.

Problemas En El Paraíso || Bakugou Donde viven las historias. Descúbrelo ahora