Problemas En El Paraíso || Bakugou

capitulo 20

Katsuki al final nos lleva a McDonald's para cenar y ordenamos mientras los niños juegan en la zona de juegos, nos vamos a sentar en una mesa cerca de los juegos por los niños.

Él suspira y se que ya va a empezar a disculparse.

—Lo siento, de verdad no sabía que ella iría allá, el restaurante me lo recomendaron los chicos—Se disculpa y yo asiento.

—Esta bien—Suspiro resignada—No aceptes más recomendaciones de ellos.

Nos quedamos en silencio hasta que se olvide todo, como siempre.

La comida llega y los niños vienen a cenar rápidamente, acabamos una hora después y nos vamos a casa.

Ayudo a los niños a prepararse para dormir y los dejo cuando caen dormidos, voy a mi recámara y veo a Katsuki ya ahí.

—En serio lo lamento—Dice y yo asiento despreocupada.

—Está bien.

—¿Como vas con la fiesta de los niños?

—Bien, está quedando genial.

—¿No hay nada en lo que pueda ayudar?

—No, estoy bien.

—Ok.

Quedamos en silencio y el me abraza y yo solo me dejo hacer hasta quedar dormida.

Al siguiente día todo vuelve a su normalidad, como siempre.

¿Por que soy tan débil?

Tengo tanta impotencia, porque se que algo pasa o pasó.

Decido concentrarme en otras cosas que no sea mi marido y su mejor amiga, me lleno de trabajo yo misma, tengo tantas misiones que hacer y una fiesta que terminar de organizar.

Las siguientes semanas me ocupo de trabajo y no veo a mi esposo durante ese tiempo, cada quien tiene trabajo y alguno siempre se va antes de que el otro despierte o siempre llega tarde.

Los niños están con sus abuelos, así que tampoco los veo hace dos semanas. La casa se siente más vacía que nunca.

Katsuki solo me da momentos fugaces de felicidad, se esfuerza tanto para enmendar las cosas para luego destruirlo en un pestañear. Me duele mucho su silencio.

Quiero confiar en que no a hablado con Akemi desde nuestra discusión y me ha respetado, siquiera al menos desde entonces.

Aún falta una semana para la fiesta de los niños así que voy a la casa de mi hermano a pasar esa semana allá.

—¿Como vas?—Me saluda Shoto al abrir su puerta.

—Mal—Me tiro a sus brazos llorando—Mi matrimonio se está desmoronando.

—Eimi...—Dice incomodo y yo me separo de él para observar su sala.

Están todos ahí, malditamente todos.

Izuku.

Akemi.

Katsuki.

Kirishima.

Mina.

Momo.

Oh por dios, que vergüenza.

Ruego a los cielos que nadie haya escuchado lo que dije.

—Hola—Me saludan algunos.

Se forma un silencio increíblemente incómodo y Momo lo rompe acercándose a mi tomando mi maleta.

—¿Viniste a quedarte?—Me sonríe y yo asiento—Vamos a tu habitación.

Siento el apretón de Shoto en mi hombro en forma de consolación, sigo a Momo en silencio sin ver a nadie.

—Gracias—Sollozo.

—Está bien—Me abraza y yo espero que mi llanto no se escuche hasta la sala.

Me logro tranquilizar y ella se separa de mi.

—¿Quieres bajar?—Habla.

—Tengo que hacerlo.

—No, no tienes—Niega mirándome con lastima—Si no quieres verlos, quédate aquí. Yo me encargaré de que se vayan lo más pronto posible.

—Muchas gracias, Momo—La abrazo y ella me corresponde—Pero bajaré.

Ella asiente y se va dejándome sola.