Capitulo 30

1.3K 65 2
                                    

Keigo a sido mi acompañante durante toda la noche y me a seguido a todas partes, aunque solo sepa coquetear y recordarme lo de hace unos años.

Observo a Katsuki entrar y de su brazo viene Akemi, hace que me hierva la sangre y sonrío ante Keigo para no ser evidente.

Mis dichosos amigos me ven esperando una reacción pero solo me río del chiste que Keigo acaba de decir.

No pensaré más en ti, Bakugou.

Nos divorciaremos después de todo, ¿No?

Pero odio su descaro al venir del brazo con ella, ¿Como puede ser alguien tan cínico?

Me concentro en Keigo, otras personas se acercan a saludar y hablamos con ellos un rato.

Hablo con personas que nunca antes había visto y mi fiel acompañante sigue conmigo en todo momento.

La hora de cenar llega y me siento junto a Hawks a comer, no puedo negar que es muy atractivo y verlo me recuerda a lo de hace unos años.

Cenamos entre risas con todos lo de la mesa.

Se siente extraño no sentarme junto a mi esposo, mi hermano y mis amigos. Esto es extraño para mi, estar sin ellos.

Pero no se siente mal, o eso quiero creer.

Las palabras del anfitrión y unas cuantas entregas de premios, el cual dos de ellos fueron para mi, transcurren hasta el brindis.

—Voy al baño—Le digo a Keigo y él asiente.

Sonrío al ver su cara de cómplice y me retiro al baño, estoy un poco caliente y necesito algo ahora.

Entro al baño y remojo mi cara un poco, doy gracias que el maquillaje es aprueba de agua.

Alguien entra segundos después de mi.

—Creí que estabas casada—Habla Hawks.

—Estaba, bien dicho. Estamos en proceso de divorcio—Lo veo a través del espejo—Y esto solo será una vez, y es solo eso... Sexo espontáneo.

Volteo hacia él y sacó mi pierna izquierda para que vea mucha más piel.

—He fantaseado con esto por años—Camina hacia mi—Aunque debo admitir que me duele que solo sea esta vez, sin embargo la disfrutaré como nunca.

—Disfruta esto, porque no se volverá a presentar—Sonrío cuando llega a mi.

—Vamos a un hotel.

—Seguiremos la fiesta en uno si me convences—Deshago su corbata lentamente.

Él sonríe antes de tomar mi cintura con fuerza haciéndome jadear.

—¿Duro o suave, Eimi?—Susurra mordiendo el lóbulo de mi oreja suavemente.

—Como hace unos años—Rodeo con mis piernas sus caderas.

—Entonces seré muy duro—Ríe—¿Te has portado mal, pequeña?—Evoca las palabras de hace años.

—Muy mal, papi—Susurro viéndolo a los ojos—Creo que merezco un castigo.

—Oh si, uno muy fuerte—Sonríe coqueto y su mano sube por mi pierna izquierda y llega a mi zona íntima.

—Viene alguien—Digo rápidamente al sentir los pasos de una persona.

El no demora mucho en tomarme en brazos y meternos a un cubículo.

Se sienta en la tapa del bacinete conmigo a horcajadas.

Un grupo de chicas entra al baño hablando sobre sus vestidos o cosas así, no logro escuchar bien porque el movimiento de la mano de Keigo bajo mis bragas me deja en blanco la mente.

Lo miro a los ojos y no perdemos contacto visual.

Sus dedos se cuelan en mí rápidamente y muerdo mi labio para evitar soltar un grito por lo repentino y duro que ha sido.

No espera a que me acostumbre y los mueve de forma brusca y rápida.

No despegamos la vista del uno al otro y siento tanto placer y me duele no poder soltar mis gemidos.

Sus dedos no dejan de moverse, mete un dedo tras otros hasta tener cuatro dedos dentro de mi.

Se mueven de forma magnífica y ni siquiera me doy cuenta cuando el grupo de chicas se han ido.

Llego a mi orgasmo y suelto el gemido que tanto he guardado.

—Me encantó verte frustrada por no poder soltar tus dulces jadeos—Besa mi hombro—¿Vamos al hotel?

—Urgentemente.

Problemas En El Paraíso || Bakugou Donde viven las historias. Descúbrelo ahora