Capitulo 25

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Una semana después dejo que Katsuki me lleve a casa cuando me dan salida del hospital, en silencio.

Me ayuda a bajar y me lleva la que era nuestra habitación.

—Eimi—Me llama.

—No quiero mas pretextos.

Él se calla y me ayuda a acomodarme, baja a ayudar a los niños y a hacerles de comer.

Sube poco después y se sienta en el sofá observándome desde ahí.

—Me quedaré hasta que te recuperes, dormiré en otra habitación—Dice y yo asiento—¿Irás conmigo a la gala? Es en pocas semanas.

—¿Si no voy contigo llevarás a tu amante?—Digo con ironía—No creo que ella sea algo que presumir a la prensa, nadie alzaría una cámara para fotografiarte si ella va de tu brazo—Me río sola.

El no dice nada y yo lo miro mal.

—¿Qué? ¿Te dolió que insultara a tu amante?—Hago un puchero mirándolo con fingida lastima—A mi también me dolió cuando me pegaste por ella—Sonrío y él se mantiene serio.

—Ella no me importa.

—¿Tampoco te importaba cuando te acostabas con ella?—Pestañeo mirándolo con inocencia.

—Basta—Sisea—Puedes insultarla todo lo que quieras, ella fue un error, tu eres mi mujer, mi esposa, la madre de mis hijos, mi alma gemela, el amor de mi vida, eres todo lo que quiero en esta vida y la siguiente, grita y insúltame a mi o a ella, no me importa, te amo y no parare de pedir disculpas hasta que me perdones, y no hablo de solo palabras, te demostraré con acciones y mil palabras que me merezco tú perdón, porque te amo Eimi, y realmente no se que me pasó al siquiera voltear a mirar a Akemi...

—¡No la nombres!—Le grito enojada.

—Ok, está bien—Suspira—¿Puedo seguir?—Yo asiento indignada—No se porque siquiera voltee a verla teniendo todo a mi lado, ella no puede compararse contigo, odio todo lo que pasó con ella y es algo que quiero borrar de mi ser, porque tú lo eres todo para mi, no quiero a nadie más, perdóname, cariño.

—No te perdono, Bakugou—Siseo—Ni siquiera puedo mirarte a los ojos sin recordar todo lo que me hiciste... Te detesto, y si no fuera porque ahora no puedo cuidar a mis hijos correctamente sin tu ayuda, lo que también es tu culpa, no te dejaría siquiera respirar el aire en esta casa—Señalo la puerta—Sal de mi habitación, no quiero verte más.

Él suspira y se va, me sube las comidas a la hora debida, me trae mis pastillas a la hora indicada y está pendiente de mi a todo momento.

Yo no hago más que insultarlo y decirle que desparezca de mi vista.

Lo gracioso es que así pasamos los siguientes días de mi recuperación, en los cuales cada día me pedia disculpas de una manera diferente.

Esperaba la de hoy observando el techo, no es como si las esperara todo el día o algo así.

Me importaba muy poco lo que él hiciera. Realmente odio todo lo que hizo, no puedo siquiera mirarlo sin recordar todo lo sucedido en este último año.

—Vamos al patio—Dice Katsuki mientras trata de ayudarme a levantar.

—Puedo sola—Siseo mientras camino al patio con dificultad.

En la entrada del patio hay un camino de pétalos de rosas rojas que llevan afuera donde hay muchas velas flotantes, debo decir que es maravilloso, sus disculpas antes habían sido rosas, algún tipo de dulce o cartas, pero en esta si se esforzó.

Las velas caen al piso y una ráfaga de fuegos artificiales se alzan por los aires escribiendo mi nombre.

—¡Es tu nombre, mamá!—Gritan emocionados mis hijos y yo asiento sonriendo.

El show se acaba y yo volteo a verlo, el me mira con una sonrisa en su rostro.

—Te esforzaste, pero ya me quedé sin formas de decirte que te odio—Me encojo de hombros mientras vuelvo a entrar a la casa—Limpia tu desastre.

Problemas En El Paraíso || Bakugou Donde viven las historias. Descúbrelo ahora