¿Cómo puedes estar tan seguro de que no convives
con alguien inexistente?
Yoongi, tras un accidente es ingresado en un hospital donde ciertos acontecimientos le llevarán a conocer al pequeño niño rubio que cambiará su vida y tomará un giro de 360°...
- Yoongi... - El pelirrojo se levantó de su silla dejando su café a un lado. - ¿Sucede algo malo? - Aquella pregunta se debía a que le resultaba extraño que luego de tanto tiempo, el pálido le hablara.
- No. - Respondió cortante. - Solo venía disculparme. - Murmuró mientras jugaba con la dedos, pues se encontraba nervioso y pedir disculpas no es algo que solía hacer.
El rostro de confusión viniendo del mayor, le dio a entender a Yoon que debía continuar hablando. Si quería terminar con toda esa humillación que sentía en el momento, debía hacerlo rápido para irse lo más antes posible.
- Actué como un puto inútil. - Las palabras sutiles no eran lo suyo. Hoseok abrió los ojos y rió. - De verdad lamento haberme comportado como un niño. Sé que usted quería lo mejor para Jimin, no lo noté. - Bajó su cabeza. - Lo siento mucho.
- No te preocupes, Yoongi. Todos cometemos errores... - Una sonrisa reconfortante se formó en su rostro. Hoseok no guardaba ningún tipo de rencor hacia Yoon, así que no tendría porqué no aceptar sus disculpas.
- Sí, pero fui un estúpido. Hice que te sumaran horas de trabajo y generé problemas. Realmente lo siento. - En sus ojos se plasmaba la sinceridad de sus disculpas. Se notaba el gran arrepentimiento que tenía por la mala actitud.
- No te preocupes por eso, solo me dieron una hora más, no es tanto. Acepto tus disculpas, pero no es conmigo con quien debes disculparte. - Sonrió.
- ¿De qué hablas?
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- Hoseok, no creo que sea una buena idea...
Allí se encontraban ambos, caminando hacia una zona ya conocida. Hoseok llevaba a Yoongi casi que arrastrando, era una situación graciosa para cualquier otra persona que los mirara.
- Créeme que sí lo es. Ahora camina más rápido. - Tiró del brazo de Yoon y continuaron su camino.
Llegaron a la habitación a la que ahora mismo tanto temía. Estaba realmente nervioso y quería salir corriendo para llegar a su casa, pero ya estaba allí en frente de la puerta 1310. Hoseok sacó las llaves y comenzó a abrir las cerraduras mientras se podían escuchar saltos en él interior, ambos sabían que era la emoción que tenía Jimin.
- Hola pequeñín... - El enfermero acarició suavemente las hebras rubias y entró a la habitación. - Tienes visitas. - La cara del menor cambió a una de preocupación. ¿Nuevamente los doctores malos?
Por la puerta apareció Yoongi, con una leve sonrisa para calmar la preocupación de Jimin. Se acercó lentamente a la camilla donde estaba sentado y habló.
- Hola Jimin. - Tomó asiento a su lado. - ¿Cómo estás? - Por una semana no lo había visto pues Jimin necesitaba hacerse varios estudios que lo consumían por lo que no pudieron reunirse.
- B-bien, Yoonnie. - Observó los ojos del mayor para luego darle un abrazo.
