Capítulo extra II

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Se me hace que merecían un capítulo extra. Gracias por los comentarios y los votos, no se hacen una idea de lo feliz que me hacen. De todas formas, aprovecho para regalarles este capítulo en celebración de los 10k (aunque ahora vamos por 16k), pero nunca pensé que Años recibiría esa cantidad de amor. Nos leemos por ahí! (Tiempo también está disponible ;))

*

Qué raro me resultaba todo esto. Me parecía rarísimo ver a mi hija preparándose para su cita con un chico. Todavía me ofende lo hetero que nos salió, hasta lloré preguntándole qué había hecho mal. De todas formas, no podía evitar rodar los ojos cada vez que él le hacía ojitos, aunque me dejaba tranquila saber que de verdad se gustaban y no era algo de una sola vez o un juego para él. En caso de serlo, entonces el pendejo actuaba de maravilla y ella también.

-Deja de hacer esas muecas. – miré a Charlie y también le rodé los ojos. – Sé feliz, ella está feliz con él.

-Ella. Eso de ser hetero ya no es lo de hoy, si al menos fuera bisexual...me dolería menos.

-Sí sabes que soy bisexual, ¿verdad? – frunció el ceño mirándome, la miré.

-Lo sé. Te gusto en mi versión daddy. – solté una carcajada cuando abrió los ojos.

-Espero que no estés avergonzando a mamá, ma. – Charlotte me señaló entrecerrando los ojos y miré para los lados.

-Qué va, me parece que ahora está feliz. – intenté abrazarla por la cintura, pero ella me empujó, lo que causó mi risa.

-Ni me toques, April.

Reí y empecé a caminar detrás de ella tocando sus costillas porque eso le causaba cosquillas, ella se removía o me daba manotazos para que la dejara en paz y yo continuaba haciéndolo, hasta la escuché reír. En la cocina me separé y me senté en uno de los taburetes mirando cómo buscaba pan para hacer unos sándwiches.

-¿Me haces uno? – hice puchero.

-No

-¿Por qué no?

-Por estar molestando y hacerle caras al novio de tu hija. – arrugué el rostro. - ¿Ves? A eso me refiero. Kyle es un buen muchacho, ya ves que la quiere. ¡Llevan 9 meses saliendo! – alzó ambas manos al cielo.

-Da igual, eso le toma a un bebé nacer y muchas veces son abandonados.

Ay, eso fue cruel.

-Eso fue cruel. – me señaló.

-Sí, perdón, lo sé. De todas formas, me vale, seguiré haciendo muecas hasta que no lo vea congeniar conmigo. El pendejo ni lo intenta.

-Ni yo te hablaría con todas esas caras que le haces al pobre cada vez que lo ves. Hasta le cerraste la puerta en la cara, ¡en la cara!

Me reí recordando eso.

-Sí, fue divertido ver su cara a través de la cámara, creo que le tomó tiempo reaccionar porque se quedó con ambas manos arriba aun saludando.

-Lo asustaste.

Me encogí de hombros, hasta que recordé...-¡Tú te reíste también!

Ella soltó una risa nasal y me dio la espalda.

-Oh sí, te reíste también, hasta dijiste "oh mira, tiene cara de pendejo ahí'". – ambas nos echamos a reír hasta que vimos a Charlotte entrar.

Preciosa. Mi hija es el ser más hermoso que hay en este mundo.

-¿Sabías que eres la niña más hermosa que mis ojos han visto? – ella se acercó a mí sonrojada y abrazó mi cintura, dejé un beso en su cabeza.

-¿No era yo?. – negué.

-Perdón, ya mis ojos vieron a Charlotte. Además, tú no me hablas.

Vi su rostro ofendido y negó. – Ya, no peleen por mí. Me voy a ir, llegaré antes de las once. Y por favor, deja de mirar mal a Kyle.

Rodé los ojos, pero asentí, abrazándola más fuerte y besando su frente. Charlie besó su mejilla y ella salió de la cocina. Cuando escuchamos la puerta cerrarse nos miramos, hasta que Charlie siguió preparando los sándwiches.

-¿Atún? – preguntó, asentí y me puse de pie caminando hasta la sala para poder encender la televisión y poner una película.

Cuando Charlotte llegó a nuestras vidas adoptamos una manía de ver películas con sándwiches de atún, queso y jamón cada vez que la extrañábamos (lo cual sucedía a menudo). Ahora que está mayor no perdimos esa costumbre, buscamos películas de hace algunos años, musicales o documentales porque eso es lo que nuestra hija adora. Nos hace sentir más cerca de ella.

Estábamos viendo Hamilton cuando escuchamos la puerta abrirse, Charlotte entró sonriendo y con los zapatos en mano, se acercó a nosotras y se hizo espacio en el medio, recostando su cabeza en el hombro de Charlie y abrazando mi brazo. Yo seguí comiendo de mi sándwich de atún. Y disfrutamos de una media hora en silencio, comiendo y disfrutando del musical.

-Las amo, ¿sabían?

-Si me dices que estás embarazada...- entrecerré los ojos mirándola. Rodó los ojos.

-Solo quiero hacerles saber que me hacen feliz, ustedes y mis tías. Gracias por elegirme y darme esta vida tan bonita.

-Oh, cariño. Gracias a ti por hacernos tan felices. – Charlie la abrazó y besó su cabeza.

Yo le sonreí. -Siempre serás mi maravilloso y único bicho.

-Y yo soy muy feliz de serlo, ma. Aunque odies a mi novio. -- Me reí abrazándola.

-Te hace feliz, es suficiente para mí.

-De hecho, tengo algo que decirles. – miré a Charlie atentamente. - Después de un tiempo investigando y siendo perfeccionista con los detalles, estoy muy feliz de anunciarles que estoy embarazada.

Alcé las cejas. Carajo, amo a esa mujer.

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