POV Charlie
-Creo que es aquí. -Murmuré, mirando por la ventana a la cafetería que se encontraba a mi derecha, desabrochando mi cinturón.
-¿Tú crees? -Susurró April, soltando una risita y señalando el enorme letrero. BritanCafeteria, nombre demasiado raro.
-Además, creo que estoy a tiempo. -Señalé el reloj del auto. 4:20pm.
April asintió. Yo suspiré, un poco nerviosa por lo que Teresa tendría para decirme.
-Hey, cariño. No estés nerviosa. Probablemente tiene una excusa lo suficientemente válida que te permitirá comprender su desaparición.
Asentí. -No le guardo rencor, April. -miré mis manos.
-Lo sé. Yo sé que no le guardas rencor, si lo hicieras, ni siquiera estarías aquí. Estaríamos andando por ahí como si fuera un día normal, pero tú sabes que mereces una explicación. Y porque aun la quieres muchísimo, eso no es un sentimiento que se va de la noche a la mañana y menos cuando la viste sufrir tanto.
Le dediqué una sonrisa y me acerqué a dejar un beso en sus labios.
-¿Por qué eres tan comprensiva?
Se encogió de hombros. -No quiero que no te des la oportunidad de saber lo que sucedió con ella. Mucho menos que no te permitas darle una oportunidad a Teresa.
-Te amo, April.
-Ya sé que me amas, hasta yo me amo. -rodé los ojos golpeando su hombro por ser tan idiota. -También te amo, cariño. Ahora ve, me escribes si quieres que te pase a buscar, ¿está bien?
Asentí y la abracé. Bajé del auto y entré a la cafetería, no había tantas personas como uno podría esperar, cuatro parejas distribuidas por las esquinas, un grupo al fondo y una rubia que solo miraba la taza entre sus manos, suspiré y me acerqué a la mesa sentándome frente a ella. Alzo la cabeza y me miró sorprendida. Le sonreí para que no empezara a disculparse como había echo el día de ayer y levanté la mano en dirección a la camarera, comer era una mejor opción. Pedí una cerveza y le aclaré que la trajera con la comida, una hamburguesa con doble carne y papas fritas, Teresa solo pidió una orden de papas fritas con queso y alitas.
-Me sorprende que estés aquí, lo admito. – Susurró cuando la camarera se fue, fruncí el ceño. – Sé que vendrías, pero parte de mí también comprendería si decidías no aparecer.
-Bueno... supongo que realmente merezco una explicación al por qué de un momento a otro desapareciste de mi vida. -Murmuré, sintiéndome repentinamente irritada.
-Me gustaría decirte que solo fue pura estupidez, pero no fue el caso. Cuando él...me rompió el corazón me molesté tanto que llegué a preguntarme si la del problema todo ese tiempo fui yo, pero siempre lo complací en cada cosa que necesitaba o que quería hacer. -Se encogió de hombros, moviendo un poco la taza de lo que suponía era té.
-Siempre supuse que te sentías culpable; pero que él te estuviese engañando no era tu culpa y nunca lo será.
-Ya sé, me tomó un tiempo, pero realmente lo entendí. No dejé de estudiar. Hice maniobras para conseguir que me trasladaran a otra universidad y lo logré, los primeros meses te veía esperándome fuera de la facultad. Estaba viviendo con una chica que vivía con sus padres, yo les hacía la comida y recogía la casa, así que no tenía problema alguno.
-Aquí están sus órdenes, permiso. -La camarera dejó nuestras comidas y lo primero que hice fue empezar a comerme las papas, Teresa imitándome.
-Gracias. -Le sonrió a la chica y ella se alejó. -Conseguí el traslado justo cuando recibiste el curso de dos meses a Latinoamérica, me sorprendió que tuviera que volver aquí, pero lo hice, necesitaba sanar y olvidar todo. Sé que pude haber echo eso contigo, Charlie, lo sé; pero no podía. Estar en casa me había recordarlo a él y cada esquina solo me hacía sufrir más, era imposible para mí permanecer allí y no te iba a someter a gastar más dinero solo para mi comodidad cuando tú estabas acostumbrada al lugar y a muchísimas cosas más.
-Me hubiese dado igual si eso implicaba tu paz mental, Teresa. Me hubiese valido mucha mierda. -Susurré, apretando los dientes de la molestia que estaba sintiendo.
Asintió. -Lo entendí muy tarde.
-Ya veo. -Ella suspiró, le di un trago a la cerveza y mordí otra vez mi hamburguesa.
-Mamá tampoco sabía que estaba aquí, busqué un compañero de piso y encontré un lugar cerca. Con el dinero pagué los primeros tres meses, por suerte había guardado dinero del bar en el que trabajé así que eso lo utilizaba para mis necesidades. Mi compañero era estudiante de psicología así que digamos que me convertí en su primer paciente. Gracias a él pude entender muchas cosas que en esos momentos de dolor no entendía. Ha sido todo un apoyo para mí.
-¿Te graduaste?
-Lo hice. -Sonrió sincera. -Ahora estoy haciendo mi último año de especialidades, pero estoy haciendo pasantías en el Hospital Central, trabajo en una tienda que está cerca de un despacho y casualmente te vi subiéndote a una moto con April.
-¿Sigues viviendo con tu compañero?
-Oh sí, ahora simplemente nos dividimos los gastos y pudimos comprar un coche, así que ahora tenemos las cosas más fáciles.
Asentí, terminándome la cerveza. -¿Haz intentando estar con alguien más o...?
Negó rápidamente. -Estoy tomándome un tiempo para mí, nada de chicos, al menos por ahora. Me daba miedo contactarte, pero realmente necesitaba pedirte disculpas por todo.
Le sonreí. -Disculpas aceptadas. Me comía el cerebro pensando en que seguramente estarías haciendo alguna estupidez en Los Ángeles y que yo estaba aquí, lejos de ti y de poder ayudarte.
Ella soltó una risita. -Las sesiones con Brian son algo intensas, pero estoy bien, más tranquila. He llegado a chatear por Tinder con algún chico, pero nada de salidas. Estoy amándome a mí misma.
-Me gusta bastante como suena eso.
-Ahora, ¿tú y April? ¿cómo se dio eso? -Sonrió pícara.
Me ruboricé al instante. Llamé a la camarera y le pedí dos cervezas más, las trajo al instante y le pasé una a Teresa.
-No debería de beber, pero ya entiendo que esto no me llevará a ningún lado, así que, a por ello. -Soltó una risa.
-Ya sabes que soy mayor que April como por cinco años. -Asintió. -Está terminando su carrera de Comunicación Social. -Teresa abrió los ojos sorprendida.
-¿La niñita timidísima que ni podía verte bien sin sonrojarse? No es por nada, pero April era tan callada y tímida que me sorprende demasiado.
-¡Lo sé! Se veía tan inocente que llegué a considerarla como una hermanita más.
-Ah, incesto dices. -Le lancé una servilleta, riendo con ella.
-Claro que no, es solo que, durante todo este tiempo mantuve contacto con Bella y nunca había visto fotos de April actuales. En mi cabeza, seguía siendo aquella castaña que casi ni sonreía y que si lo hacía se sonrojaba por nada.
-Se sonrojaba cuando estabas cerca, no seas idiota.
Rodé los ojos con una sonrisa. -Cómo sea, yo la veía como una niña que me daba sus dibujos dedicados porque pensaba en ser famosa o algo por el estilo. Resulta que hace unos meses me trasladaron junto a Hugo, el negro más sexy que conocerás, y él se puso a buscar un departamento con compañeros para que pagarlo fuera aún más sencillo. En fin, cuando llegamos me encontré con Bella, su novia y otra chica que con solo verla te replanteabas tu sexualidad. No le tomó mucho enamorarme, supongo que desde que la vi lo sentí.
Entre bromas y más chismes, dieron las seis de la tarde. En la mesa había más comida y algunas botellas de cerveza, pero realmente no estábamos borrachas. Recibí un mensaje de April, preguntándome si ya pasaba a buscarme. Miré a Teresa que en ese momento se reía y le contesté:
"Estoy muy bien cariño, llegaré más tarde. Tenías razón, te amo mucho."
![](https://img.wattpad.com/cover/229336679-288-k602505.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Años|Completa.
RomanceAparentemente se puede esperar años para volver a ver a la persona que más amaste en su momento, la persona que te hizo suspirar de amor, incluso aunque esa persona no lo supo. Tienen que pasar años para que, por fin, ese sentimiento que creías olvi...