Capítulo veintiuno

1.7K 144 8
                                    


ES NAVIDAD. No puedo con la emoción que llevo encima, o sea, aun no es navidad, navidad; pero es Nochebuena, lo que significa que abriremos regalos mañana y que podré usar mis tenis gays con mi novia. Suspiré profundo, eso era felicidad absoluta, simplemente no pedía más de ahí. Mamá y Charlie dan vueltas por la casa mientras la decoran, agradezco que se quieran tanto y que les guste matar el tiempo juntas, Bella y yo estábamos jugando un poco de voleibol, tengo que admitirlo, sus remates me estaban haciendo la vida imposible.

- ¿Piensas volver a jugar? – La escuché preguntar, a la vez que recibía abajo.

- ¿Jugar qué?

-Esto. ¿No has considerado en volver a hacerlo? Tuviste muchísimas oportunidades de triunfar, Ape. Las medallas y los trofeos solo refuerzan todo ese esfuerzo.

Negué, y agarré la pelota, acercándome más a ella. Me señaló las sillas y nos sentamos, destapándonos una cerveza.

-No. Realmente no he considerado volver a hacerlo. Supongo que fue algo que en su momento me aportó y ayudó muchísimo, pero siento que de ahí no pasa. -La escuché suspirar.

Cuando terminé la escuela recibí becas deportivas en buenas universidades del país y países extranjeros, aun así, las rechacé todas y decidí quedarme aquí. No tenía nada que buscar fuera de mi hogar, estaba bastante cómoda aquí con mis amigos y mi familia, sé que alguien en mi lugar hubiera aprovechado las oportunidades, pero yo no entraba en ese grupo de personas. Bella fue la primera en molestarse cuando se enteró que yo pretendía seguir aquí, luego Amy, la única que entendió fue Cara. Porque en esos momentos tuvo que ponerse a hacer cursos para mantener la empresa familiar.

Estudiar aquí me evitó muchísimos problemas y tener que estar gastando dinero en pasajes y tal, aunque puedo gastarlo sin miedo, pero tampoco soy una derrochadora.

-Es que realmente no puedo creer que hayas dejado ir esa oportunidad. Es lo mismo con tu arte, no quieres que las personas vean tu talento.

Suspiré mientras rodaba los ojos. -Bel, ya hemos hablado de esto. No tenía interés para irme o que las personas supieran mi nombre en cada esquina.

-¿Pero y tus pinturas?

-Sabes que vendí muchas en algún momento y supongo que esas personas me recuerdan. Simplemente no tengo interés, creía que ya habías aceptado eso.

-Lo hice, sí. -Suspiró. -Es solo que a veces me sorprende demasiado ver todo el talento que posees y que no tienes interés en hacer algo con él.

Le sonreí. -Jugar contigo y Amy me hace feliz, hacer bocetos y ponernos por toda la casa, darle pinturas a mamá e incluso a mi papá me hace feliz. Y ahora con Charlie todo es mejor, es genial, créeme.

-Eh, ¿chicas? Neceeeesito que me ayuden a terminar de recoger la casa para que empecemos a arreglarnos. Pronto oscurecerá. -Volteamos a ver a Amy que nos medio sonreía.

Nos levantamos y justo antes de salir, Bella me abrazó. – Sabes que te amo, ¿verdad?

-Claro, no te pongas de sentimental Bel, todo está bien. Yo también te amo. – Asintió y entramos. Encontrándonos cajas por varios lugares y la mesa a medio hacer.

Nos miramos y asentimos, dándonos cuenta de que nos tomará un rato. Mientras recogíamos, las chicas descansaban tomándose una cerveza. Charlie me dijo que su mamá vendría justo para cenar y que Hugo se iría luego de cenar porque estaría para navidad con su familia. Tengo entendido que tiene una difícil relación con ellos, pero que navidad es muy importante. Cuando terminamos eran exactamente las 7 y media. Las chicas se estaban duchando, así que nos pusimos a bromear con Max mientras nos refrescábamos.

Años|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora