El Secreto Del Rey /parte 3

95 32 24
                                    

 Lo miré asombrado. ¿Qué no la guerra acabó porque los demonios se rindieron por la muerte de mi mamá?

—Las razas malditas son horribles para los Dioses, los brujos odian a los demonios a muerte, los demonios tratan a los Shingates como esclavos —explicó Bastián con mala cara—, no quiero decir que la muerte de mi Any fue en vano, pero si he llegado a pensar que su muerte... pudo haber dejado cosas mejores.

Asentí triste con la cabeza, pensar que la muerte de mi mamá solo logró acabar con la guerra, pero no trajo paz a las razas, me ponía triste. Bastián logró ver mi tristeza en la cara, por lo que me miró conmovedor antes de seguir hablando.

—Konrad, no me hagas caso. Busca más sobre tu mamá mejor, no quería decírtelo porque es un libro muy privado, pero hay un libro de la historia de Sefrai que se va escribiendo día tras día en sus hojas —alcé la mirada maravillado por sus palabras—. No escribe a fondo la historia de nuestro país, pero si lo superficial. Estoy seguro de que te ayudará. Solo existen dos iguales en todos los reinos, uno fue robado hace mucho tiempo y el otro, bueno... puedes buscar en la biblioteca.

—Gracias Bastián —dije recuperando mi sonrisa—. Que las Diosas te traten bien y llegues a un acuerdo con ellas por los Shingates de las montañas Senei.

El caballero asintió y terminó la llamada a través de espejos. Él estaba en Anafrei, el cielo de los Dioses de Freiani, para hacer tratados de territorios con la Diosa Gea en nombre de mi padre. Era muy peligroso ya que no sabíamos si los Dioses harían algo para atacarlo, pero sé que Bastián estaría bien.

El libro sonaba fabuloso. Decidí ir a buscarlo, ya era de noche, pero no perdía nada. Los guardias Shingates vigilaban las entradas, al ver que era yo me dejaron pasar sin problemas. Caminé hasta la biblioteca donde después de mucho buscar pude encontrar el libro del que me contó Bastián. Era grande, parecía muy completo, seguro encontraría algo importante sobre mi mamá.

Salí de la biblioteca para volver a mi cuarto.

Al caminar oí una voz cerca del pasillo de los calabozos, yo tenía prohibido el acceso a ese lugar gracias a que ahí estaba mi abuelo, el asesino de mi madre. A diferencia de las demás habitaciones no había nadie vigilando; eso sí era bastante extraño. Oí voces ahí, por lo que decidí bajar a ver qué estaba pasando, fue cuando me di cuenta de que las voces provenían de la boca de mi padre. Llegué casi hasta abajo, notando a mi padre hablar con un hombre viejo, con barba, tenía un parche en el ojo, así como una gran cicatriz en su ceja, era robusto con cabello blanco, también tenía una mirada imponente. Creo que él era mi abuelo.

—Suegrito ¿cómo ha estado? ¿Mucho frío? —preguntó mi papá en tono irónico.

—¿Qué haces aquí Ethan? —preguntó el señor con mala cara.

—Su majestad para ti Harriet, recuerda que desde que mataste a tu hija fuiste destituido de tu cargo —mencionó mi padre entre risas.

—Ambos sabemos lo que pasó ese día Ethan, si te deje el cargo fue porque sin ti el reino caería, lo hice por mi gente, no por ti —explicó mi aparente abuelo.

No entendía su conversación, pero lo que sí entendía me ponía nervioso.

—Ya lo sé Harriet, solo imagina qué pensaría la gente si se entera que en realidad tú no mataste a Any —dijo mi papá sonriendo de más mientras se recargaba en la pared.

¿Harriet no mató a su hija? ¡Pero todo Freiani sabe que sí lo hizo! No puede estar hablando enserio, ¿por qué mi papá y mi abuelo esconderían quién fue el verdadero asesino de mi mamá? Mi cuerpo comenzó a llenarse de ira, no podía creer lo que estaba oyendo, incluso solté un quejido de frustración al oír eso. Eso provocó que mi papá me oyera, no debía dejar que me vieran por lo que comencé a subir las escaleras del calabozo hasta llegar de vuelta al pasillo principal, cuando estaba ahí comencé a caminar hasta mi cuarto.

—¡Konrad! —alzó la voz mi papá haciéndome girar hacia él. Parecía molesto— ¿Qué estás haciendo aquí?

Yo miré a ambos lados buscando una excusa. No tenía ninguna hasta que recordé que tenía la excusa perfecta entre mis manos.

—Vine por este libro —dije enseñándole la portada—. Necesito saber más de mi mamá para hacer un buen discurso.

Aunque al inicio no me creyó, empezó a caminar cerca de mí para hacerme creer que me haría algo, pero después se paró a hablar enfrente de mí.

—¿Acaso oíste algo? —preguntó molesto.

—¿Hay algo que debería escuchar? —pregunté tragando saliva.

El me miró de reojo, se acercó a mí en un tono amenazante, antes de irse tocó mi hombro viéndome con una mirada fría.

—Vuelve a tu cuarto, hijo.

Después de eso mi padre se marchó de vuelta por donde vino y esperó a que yo me fuera para bajar nuevamente al calabozo del castillo. Empecé a caminar sin mirar atrás con el libro en la mano, me sentía con miedo. Como si en cualquier momento mi padre pudiera matarme por haber escuchado lo que escuché.

Lo comprendía, lo que escuché podía hacerle mucho daño al reino. Si llegan a descubrir que el asesino de mi mamá en realidad no está sufriendo las consecuencias... ¡no!, peor aún, si se llegan a enterar que en realidad mi mamá no fue asesinada por mi abuelo para que la profecía se cumpliera, entonces todo entraría en desorden. Las creencias que alguna vez tuvimos se perderían y podría iniciar una guerra civil.

Tengo que hablar con Emma. 

Buenas, buenas, ¿ya están descansados?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Buenas, buenas, ¿ya están descansados?

Como siempre, bueno, casi siempre, a tiempo con su actualización. La muerte de la princesa Any es muy intensa aquí eh, la verdad es la trama del libro en pocas palabras. Así que preguntAAA:

¿Qué opinan de Bastián?

xd AMO A ESE HOMBRE, no sé si ya lo pregunté, pero respondan ja, ja. Nos vemos mañana chocolatines hermosos y jugosos.

Nani Fuera.

Sefrai: La bruja de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora