Abracé con más fuerza a Konrad, había pasado mucho tiempo desde la última vez que lo vi en persona, en definitiva, no era lo mismo verlo solo en una pantalla de un espejo. Él bajó la mirada para verme a la cara y acariciar mi mejilla.
—Que lindo es verte, cada vez estás más hermosa —dijo Konrad separándose de mí.
El demonio de los cuernos azules giró su vista a mis hermanos y se acercó a ellos con felicidad. Nathan fue el primero en acercarse a él chocando puños con mi amigo.
—Pero si es mi hermano favorito, ¿qué tal van tus clases de medicina? —preguntó el demonio en un tono agradable.
—Bastante bien, ¿tu herida ya sanó por completo? —cuestionó Nathan tratando de ver su hombro.
—Todo está bien pequeño, solo detalles —respondió Konrad acariciando su cabello y volteando a ver a mi hermano Sem, quien era más alto que él. Se alejó de Nathan y comenzó a caminar hacia mi hermano mayor—. Hola.
Sem obtuvo un leve sonrojo al oír la voz de mi mejor amigo, Nathan y yo nos volteamos a ver con miradas cómplices, sabíamos que ellos se gustaban.
—Ho-hola —respondió Sem nervioso de ver al demonio.
Cansada de ver sus cursilerías decidí acercarme a ellos para tocar el brazo de mi amigo, lo miré con una mirada firme. Él entendió y todos nos fuimos a sentar a la orilla del lago, Konrad al sentarse sacó de una bolsa que tenía un gran libro antiguo, parecía viejo y descuidado. El demonio lo abrió hasta la mitad donde había un texto sobre los Shingates con la explicación de su existencia; claro que eso no era lo más importante, sino un texto que decía que Bastián, el caballero Shingate que había cuidado a Konrad desde que era un bebé, había sido un sospechoso asesino por la muerte de su madre. Mis hermanos y yo tragamos saliva al verlo, pensar que alguien tan cercano a él pudo hacerle eso nos llenó de rabia e inquietud.
Konrad por otro lado se negaba a creerlo, solo giraba de un lado a otro la cabeza tratando de negar la posibilidad de que aquel hombre hubiera podido matar a la princesa Any.
—Konrad... —le dije tratando de hablar de esto.
—No Emma, no. Sé que Bastián jamás haría algo así, yo lo sé —lo miré con compasión.
—Sé que piensas que no lo hizo, pero no es imposible —le dije tratando de que fuera objetivo.
Sem y Nathan bajaron la mirada, no sabían con exactitud la relación tan familiar que tenía Konrad con el caballero, pero entendían que en caso de que sí haya asesinado a su madre todo eso se rompería. Bastián fue como un padre para mi amigo desde que nació Konrad. Al menos eso me contaba, sin embargo, ese caballero estuvo en la guerra hace quinientos años; si lo había estado significaba que no era un santo y como todos en aquel entonces hizo cosas malas.
—¿Hay la posibilidad de que sea alguien más? —preguntó Sem tomando la mano de Konrad con empatía.
—No lo sé —contestó Konrad entrelazando sus dedos con los de Sem—, el único que lo sabe es el rey Harriet y mi padre, pero si saben que lo sé no sé qué pueda pasar. Quiero pensar que puede ser alguien más, mas no es fácil, sin importar qué piense, creo que el traidor está dentro de Sefrai.
Revisé la página del libro una vez más. El libro decía que el caballero Bastián había sido culpado por la muerte de la princesa, sin embargo, en ninguna parte decía que eso estaba confirmado; por otro lado, sí había una parte de libro que decía que el rey Harriet había comenzado un incendio esa noche, como despiste para que él pudiera entrar al cuarto de la princesa y después asesinarla. Sin importar que ella era la heredera actual del reino.
Me levanté del suelo sacudiéndome la tierra, Konrad solo se quedó observando el suelo mientras mis hermanos le daban consuelo. Empecé a caminar de un lado al otro con la mano en la cara. Necesitaba pensar.
Necesitaba entender por qué quisieran ocultar algo así. Si la hubiera matado alguien menos importante quizá hasta hubiera sido menos caótico para el reino, sin embargo, mintieron con algo tan grande como el rey. No tenía sentido en lo absoluto. Solo me hacía pensar que quizá lo escondieron porque trataban de evitar que la gente supiera de algo mucho más grande. Respiré profundo antes de girarme de vuelta a mi amigo y hermanos, justo cuando la claridad vino a mi mente.
—Están ocultando algo más grande que todo esto Konrad —expliqué a mi amigo quién me vio atónito—. Detrás de la muerte de la princesa hay algo más grande.
—¿Pero ¿qué? —preguntó Konrad tratando de responder la pregunta.
—Lo averiguaremos —le dije firme— ¿Bastián ha entrado en contacto contigo?
—Solo ayer, fue quien me dijo que en el libro había información. No dijo nada más —explicó Konrad—. Él está fuera de Sefrai porque mi padre ha tenido problemas con los Dioses, al parecer las montañas Senei han sido visitadas por varios Shingates mandados por mi padre, no estoy seguro para qué, pero Bastián se ofreció a ir a resolver el asunto con las Diosas además de posiblemente firmar un tratado de paz para que dejemos de cruzar al mundo humano.
Yo no sabía nada de eso, por lo general las brujas somos responsables de cuidar que eso no pase, pero tomando en cuenta que las montañas Senei están en el cielo de Freiani, Anafrei. Seguro que las brujas del viento hicieron mal su trabajo.
—Si Bastián está afuera, y por el comportamiento intimidante que tuvo tu padre ayer contigo. Creo que solo hay una persona a la que le puedes preguntar esto —le mencioné segura de lo que decía.
—El rey Harriet —Nathan completó mi idea mientras miraba al suelo.
HOLAAAAAAAA, a tiempo, así es.
Preguntaaa:
¿Cuál es su teoría sobre este asunto? JSJSJ
Espero hayan disfrutado el capítulo, los amo mucho y nos vemos. <3
Nani Fuera.
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Sefrai: La bruja de la noche
FantasíaEmma, una adolescente que creció entre brujos conoce a Konrad, un príncipe demonio que huyó del inframundo curioso de descubrir el mundo humano. Ahora ambos con la ayuda de los hermanos de Emma, tendrán que descubrir los secretos de Sefrai.