Como el otoño había terminado hace poco, las vacaciones de invierno empezaban mañana en la mañana. Gracias a eso el día de mañana al anochecer harían una feria entre las escuelas cercanas. Eso incluía nuestra escuela, así como la escuela de Nathan. Sería una tarde maravillosa, le conté todos los detalles a Konrad ya que estábamos hablando por el espejo. Él me contó que todo en su castillo había sido agotador, tenía el discurso de su mamá listo, pero se sentía engañado por todo. El antiguo rey Harriet era horrible, además desde aquel día su papá había estado bastante distante con él, lo cual lo asustaba. Konrad no la estaba pasando nada bien.
Desde aquel día en el inframundo los días habían sido duros, quería saber la verdad sobre el asesinato. Pensaba que nunca lo sabría, sin mencionar que la probabilidad de que Bastián haya sido el responsable le causaba dolor. Por eso quiso evitar el tema lo más posible.
—Tengo una idea —dije a Konrad acomodándome en mi cama, eso llamó la atención de mis hermanos— Ven con nosotros al festival.
—¿Qué! —preguntaron mis dos hermanos al mismo tiempo. Konrad me miró sorprendido.
—¡Sí! —respondí feliz—. Podrás descansar, además será de noche lo cual te da la oportunidad de venir al bosque. Sin mencionar que Sem estará feliz de verte, podrán tener su primera cita.
Esa afirmación causó que Sem me lanzara una almohada.
—Quizá puedas dejarnos en un cuarto solos —dijo Konrad con una sonrisa pícara que me hizo reír, pero Sem me lanzó otra almohada sonrojado. Konrad amaba molestar a mi hermano de esa forma—. Si todos están de acuerdo con eso me encantaría ir.
—Aquí te veo a la hora de siempre, al anochecer. Será divertido —le dije ansiosa.
—Ahí te veré mi linda Emma. Adiós chicos, nos vemos mañana.
Konrad al despedirse hizo que guardara mi espejo debajo de mi cama. Mis hermanos se durmieron poco después de que terminé mi llamada con Konrad. Yo también cerré los ojos para empezar a soñar. El mismo sueño vino a mí de nuevo, un chico de cabellos blancos con una paloma blanca posando en su mano estaba enfrente mío, no podía ver su cara, pero sabía que podía confiar en él. Luego veía el suelo, la corona del rey estaba tirada.
Terminó mi sueño y fue cuando varios rayos del sol me despertaron. Como las vacaciones en la escuela humana habían empezado el trabajo en el convento era más pesado ya que las actividades empezaban desde la mañana. Lo único bueno es que, de ahora en adelante en vez de entrenar en la noche, lo haríamos en el día; eso significaba que tendremos toda la tarde y noche libre. Comencé mis entrenamientos después del desayuno, a mis hermanos les iba bastante bien, mientras que a mí también, me esforzaba por ser la mejor; soy la mejor.
Pronto me convertiría en una gran vigilante del bosque de la noche. El entrenamiento terminó, también las clases de magia con los maestros brujos. Por lo que pronto fui a ducharme para estar lista en la tarde. Cuando salí de la ducha y me cambié vi a lo lejos a papá afuera de su cabaña fumando un cigarrillo. Casi nunca lo veo fumar, quizá se sentía bastante dolido, cada invierno hace eso; fuma mientras ve al horizonte. No es una bonita costumbre, pero sé que hay algo en su corazón que lo frena de querer abrirse por completo. Me deja decirle papá porque soy su sangre, él me dijo que nací gracias a él, también a mis dos hermanos, a los tres nos dijo lo mismo a pesar de que está prohibido hacer tal aversión.
Por eso me es extraño que la bruja del fuego me diga que las reglas son más fuertes allá abajo, algo me dice que mi papá intentó cambiar las reglas por completo, pero no lo logró al cien. Pobre papá, solo espero que no se mortifique tanto. Al menos para mí, si ha hecho de mi vida algo digna.
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Sefrai: La bruja de la noche
FantasyEmma, una adolescente que creció entre brujos conoce a Konrad, un príncipe demonio que huyó del inframundo curioso de descubrir el mundo humano. Ahora ambos con la ayuda de los hermanos de Emma, tendrán que descubrir los secretos de Sefrai.