La Verdad/ Parte 2

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—Descubrí quién fue Emma..., el que me hizo esto fue la persona que le hizo lo mismo a mi mamá —dijo el demonio adolorido—. Fue mi papá, el rey Ethan.

Quedé asombrada por la revelación la cual ni siquiera sabía si era verdad. Por eso mismo lo miré fijo a los ojos.

—¿Tu padre! Konrad, dime qué sucedió —pregunté para que me dijera toda la verdad.

Él seguía cansado, pero tenía la energía suficiente para hablar. Al menos ahora sí tenía la energía.

—Hoy tuve varios entrenamientos. Mi padre ya había estado distante conmigo, pero no me esperaba esto. No podía soportarlo más, tampoco quise volver a molestarlos porque sé que aquel día el antiguo rey me dijo la verdad, pero había un fallo en su historia. Bastián había estado conmigo ese día, me cuidó ese día. Así que volví a la celda de Harriet, pero esta vez fui solo.

» Perdón, pero tuve que hacerlo. Salí de mi habitación pasando por alto a todos los guardias para llegar hasta el calabozo donde Harriet me recibió con una sonrisa burlona al verme de nuevo en su celda.

» —Miren quién volvió, ¿y tus amigos? No me digas que por fin dejaste de tener miedo de mí —me dijo en un tono irónico y molesto.

» —Yo no te tengo miedo, ambos sabemos que la historia que me contaste no es real. ¿Por qué quieren proteger al asesino de mi mamá? No entiendo por qué mi papá hace esto, él amaba a mi mamá. ¿Por qué no quería que su asesino pagara?

En ese momento noté como la mirada de mi abuelo se volvió furiosa, tanto que se levantó de golpe para acercarse a las rejas de la celda para después sostenerlas con fuerza y enojo.

» —¡Ese idiota no amaba a tu mamá! ¿Qué te hace creer que él amaba a tu mamá? —reclamó con furia lo cual me confundió.

» —Claro que sí, a pesar de que su compromiso se arregló, ellos se llegaron a enamorar. Eso me decía siempre mi papá —expliqué con fuerza en mis palabras.

»—¡Ja! Cuántas mentiras te ha dicho. Any odiaba a tu papá y él lo sabe, siempre me reprochó que la junté con ese idiota. Además, Ethan no estaba enamorado de tu mamá, pero solía tener esos ataques de celos por ella. Por eso la mató la última vez que la vio.

» Cuando escuché eso no podía creerlo, incluso caminé hacia atrás hasta chocar con la pared. Cuando el antiguo rey se dio cuenta de sus palabras no le quedó de otra más que comenzar a hablar. Fue ahí cuando me enteré de lo que realmente había pasado, no era muy diferente a la historia que esa vez me contó. Mi mamá la princesa Any murió por ser como yo, tenía amigos de otras razas, tal como dijo mi abuelo esa noche, me explicó que era amiga de una guardiana de los elementos en aquel entonces y el caballero Shingate, mi niñero de siempre, Bastián. Ese día mi abuelo no vio salir a Bastián de la habitación con un cuchillo en mano después de haber apuñalado a mi mamá, sino que vio salir a mi papá.

» —¿Por qué no me lo dijiste ese día?, mi papá no pudo... —empecé a decir, pero mi abuelo me interrumpió.

» — Sí pudo, él lo hizo. Y ahora estás en un gran peligro por saberlo —dijo mi abuelo con lágrimas en los ojos. Yo estaba impactado.

Temeroso de que esa fuera la verdad, no tenía sentido, no le quería creer, sé que Bastián no lo hizo, pero que lo hiciera mi papá sonaba mucho peor. Por lástima me di cuenta de que era real cuando mi padre bajó de las escaleras con las manos atrás y la frente en alto. Como si estuviera orgulloso de eso.

» —¿Tú lo hiciste? —pregunté con cierta conmoción. Él se rio de mí.

» —Konrad, sabía que habías venido aquí antes, pero pensé que te bastaba con pensar que el idiota de Bastián había sido. No debiste tener más curiosidad y venir de nuevo —dijo con cinismo, lo cual me enojó; pero a la vez me sentí tranquilo de que Harriet no le había contado de ustedes, los brujos. El rey Ethan giró a ver a mi abuelo—. Y tú le contaste la verdad, pensé que esto ya había quedado arreglado Harriet.

» —¿Por qué lo hiciste? —pregunté nuevamente— Además ¿por qué lo ocultaron de todo el reino? Tú deberías estar en prisión.

Mi papá rio después de escuchar eso.

» —¿Le explicas tú o yo? —preguntó mi papá, pero mi abuelo lo ignoró caminando de vuelta a su cama—. Bien, Konrad, verás. Any debía morir de todas formas, yo adelanté el proceso y ya. Por lástima cuando eso pasó tu papá se dio cuenta de lo que hice, sin embargo, ya no teníamos rey. Bueno... —dijo viéndome de pies a cabeza— te tenemos a ti, pero si te soy sincero eras un bebé en ese entonces. Harriet está en un pésimo estado, ya no es el guerrero que solía ser. Ha estado muy mal de salud desde hace años, desde la guerra y ha empeorado. Él y yo sabíamos que el reino de los demonios de Sefrai necesitaba un rey. Por eso al inicio para que a pesar de mi acto de rebeldía no se manchara mi imagen intentamos culpar a Bastián, pero no funcionó, ni siquiera hoy en día creíste que ese niñero había sido. No nos quedó de otra, Harriet se ofreció a sacrificar su honor y yo pude ser rey.

»—Eres un falso rey, eso es lo que eres. Le diré a Bastián, le diré a todos lo que eres —grité con molestia y empezando a subir las escaleras pasándolo por encima.

Él no me lo permitió. Comenzó a perseguirme con enojo y lanzándome fuego a los pies, porque él a diferencia de mí podía controlar el fuego. Yo hice ilusiones para que no me viera, pero no sirvieron. No había ningún Shingate de guardia cerca porque cuando él iba al calabozo siempre los alejaba. Empecé a tener miedo y comencé a correr, no podía ir más lejos, empecé a alejarme, sin embargo, no lo logré. Tuve que pelear con mi papá cuando él me sostuvo del brazo y comenzó a quemarlo, no había nadie que podía ayudarme. Quería buscar a Bastián que hoy volvía de su segundo viaje con las Diosas, pero no pude hacerlo porque mi papá sacó un cuchillo del bolsillo y me lo enterró en el estómago. Grité de dolor y empecé a llorar pensando que ese cuchillo había sido el mismo con el que un día él mató a mi mamá, la mató no por la profecía, sino porque quería deshacerse de ella. Cuando sacó el cuchillo de mi estómago dejándome caer al suelo, alzó su cuchillo una vez más con la intención de acabar conmigo; pero esquivé su golpe e hice una ilusión de mí mismo un segundo mientras yo me arrastraba hasta un cuarto vacío. Cuando llegué sin que él se diera cuenta a la biblioteca, observé cómo averiguó que lo que estaba atacando no era yo y comenzó a buscarme. Fue cuando aproveché para venir hasta aquí.

Terminó de contar Konrad cansado mientras Nathan seguía tratando la herida. Konrad no pudo evitar llorar después de contarlo y yo lo abracé consolando sus lamentos. El demonio de los cuernos azules no se merecía nada de lo que le pasaba.

Holaa, perdón por tardar tanto hoy, lo que pasa es que no ando en casita y ya saben ja, ja

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Holaa, perdón por tardar tanto hoy, lo que pasa es que no ando en casita y ya saben ja, ja. Bueno bandita, aquí el capítulo.

Hoy toca dato curiooso, ejem..., ay no sé, tengo sueño ja, ja. 

El dato curioso de hoy es:

El brujo que firmo las reglas de los brujos y juró lealtad a las Diosas en nombre de todos los brujos, Joan. Sigue vivo.

JSJSJJ, ay nos vemos, voy a mimir, los amo.

Nani Fuera.

Sefrai: La bruja de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora