Las Pistas De La Verdad/parte 1

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Emma

Ya era de noche, estaba muy nerviosa porque ayer no me había llamado Konrad como lo hacía todas las noches desde que me dio el espejo. Me senté en la cama de mi cuarto mientras mis hermanos se preparaban para dormir. Solo miraba al espejo esperando que Konrad hiciera una llamada. Sem al verme esperar se acercó a mí antes de acostarse en su cama y se sentó a mi lado.

—Ese demonio ayer no te habló, ¿está todo bien? —preguntó Sem acariciando mi espalda.

—Seguro ya están planeando cómo secuestrar a Emma y a los brujos con toda la información que les ha dado —mencionó Nathan colgándose de su litera para vernos en la cama de abajo.

—Cállate Nathan, te recuerdo que tú fuiste el primero en pedirle que te lleve al inframundo para conocer la medicina de Sefrai —dijo Sem regañando a Nathan.

—Bueno, las brujas del fuego son mejor en la medicina y haciendo pociones que los brujos del agua —dijo Nathan posando sus ojos en otra dirección con las mejillas un poco sonrojadas.

Después de hablar en ese tiempo por fin llamó Konrad. Me emocioné al recibir su llamada mientras que los dos de mis hermanos volvieron a sus respectivas camas. Contesté el espejo logrando ver la cara de Konrad en ella, lo vi con una gran sonrisa, pero pronto la quité cuando vi preocupación en su mirada.

—Konrad ¿qué pasó? Ayer no hablamos, me tenías preocupada —cuestioné preocupada.

—Nada está bien Emma...

Mis hermanos que eran unos chismosos al oír que algo andaban mal volvieron a acercarse. Sem se sentó al lado mío y Nathan se colgó de su cama, pero de la prisa casi se cae, por suerte logró sostenerse del barandal de la cama y pararse enfrente de nosotros.

Sem tomó el espejo para hablarle a Konrad.

—¿Estás bien? —preguntó mi hermano con preocupación.

Aunque al darse cuenta de que todos lo miramos con interrogación me devolvió el espejo sonrojado. Konrad también se sonrojó al ver la cara de mi hermano preocupado por él.

—Tranquilo mi querido Sem, estoy bien —sí claro, respondele primero al chico que te gusta que a tu mejor amiga—. Sin embargo, no puedo negar que ayer pasó algo muy preocupante —dijo Konrad agachando la mirada, todos miramos con atención—. Anoche mientras iba caminando por los pasillos del castillo, cerca del calabozo donde tienen a mi abuelo por asesinar a mi madre; oí una conversación entre él y mi padre. El rey Ethan decía que, si la gente de Sefrai se llegaba a enterar que Harriet no era el asesino, podía terminar todo muy mal. —Lo miré confundida, él me había contado la historia de su difunta madre, pero no entendía cómo esto podría causar desastre en su reino. Por eso le pedí una explicación con la mirada— Escucha Emma, cuando los habitantes de Sefrai se enteraron de la profecía y los Dioses supusieron que se trataba de mi mamá, mi pueblo se negó a entregarla. La historia dice que el rey Harriet se rebeló contra la decisión del pueblo asesinando a su propia hija en nombre del reino —explicó Konrad—. Aquí en Sefrai el tiempo es diferente al de los humanos, estos quinientos años han sido fugaces para ellos a comparación de tu reino que casi lleva cinco generaciones de brujos, los demonios crecemos más rápido y al mismo tiempo nuestro tiempo es más lento. Por eso aquella traición pareciera que fue hace nada. Si los habitantes de mi reino se llegan a enterar que el asesino de mi mamá anda suelto, saldrán a buscarlo por todos lados e iniciarían una revolución —terminó de explicar Konrad.

Quizá exageraba con eso de que los ciudadanos harían una revolución, pero entiendo el problema.

—¿Qué piensas hacer? —le pregunté al demonio preocupada.

—No lo sé, pero necesito verte Emma.

Pensé un momento, tenía tiempo de ir. Asentí con la cabeza por lo que Konrad me sonrió. Cerré el espejo guardándolo en el bolsillo. Sé que el demonio había entendido que lo vería en el bosque, estoy feliz de verlo de nuevo, pero eso no quita que estoy preocupada por él. Me levanté de mi cama y entré al armario del cuarto para cambiarme. Noté como mis hermanos me vieron nerviosos, no esperaban que yo fuera a altas horas de la noche a buscar a mi mejor amigo.

Terminé de ponerme mi vestido azul y unos nuevos guantes blancos para salir, una vez terminé salí del armario para luego acercarme a la puerta, fue en ese momento que mis dos hermanos bajaron de sus respectivas camas para ir tras de mí.

—¿De verdad piensas que es buena idea ir ahora al bosque? —preguntó Sem cerca de mí.

—Claro, Konrad me necesita. Ustedes lo oyeron, esto es de vida o muerte —dije terminando de alistarme y a punto de abrir la puerta.

—Iremos contigo —habló Nathan poniéndose su camisa blanca para salir.

Desde que Konrad habla todas las noches conmigo, indirectamente habla con mis hermanos también. Eso ha ayudado a algo muy importante, Nathan se ha acercado más a nosotros. Si eso no era increíble entonces no sé qué lo es. Nadie había logrado que mi hermano fuera tan unido a nosotros.

Sem, al ver que Nathan iba enserio decidió cambiar su ropa para acompañarnos. Una vez estábamos todos listos abrimos la puerta del convento, dándonos cuenta de que ya todos estaban en sus respectivos cuartos. A pesar de que las luces de algunos cuartos de donde vivían los demás brujos seguían con las luces prendidas, supimos que era el momento adecuado para salir porque la cabaña donde dormía nuestro papá tenía las luces apagadas.

Decidimos correr hacia el bosque hasta llegar al lago. Ahí fue donde después de varios minutos de correr, llegamos. Gracias a las Diosas Konrad llegó a salvo. Lo vi parado recargando su espalda en un árbol mientras mordía su uña, pero al verme una gran sonrisa se dibujó en su rostro y corrió a abrazarme dándome vueltas en el aire, como siempre.

—¡Konrad! —grité su nombre entusiasmada.

—Emma —respondió diciendo mi nombre con alegría.

—Emma —respondió diciendo mi nombre con alegría

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Holaaaa, ¿cómo están?

Hoy toca dato curioso, las brujas no pueden tener más de dos hijos con la misma persona (incluso tener 2 ya es raro), ¿qué significa esto? Nathan es hermano de Emma y de Sem, pero solo por su papá porque su mamá es otra persona. Esto no spolea así que, armen sus teorías.

Nani Fuera.

Sefrai: La bruja de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora