La Verdad / Parte 1

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El señor de la cafetería me sirvió sopa y me dio una fruta, él cocinaba delicioso además de que se dedicaba a eso. Vendía comida a las personas humanas, de ahí sacaban dinero para el convento, no era nuestro único sustento, pero sabía que le gustaba hacer lo que hacía. Me senté en el comedor del convento después de agradecerle la comida.

Quería empezar a comer, pero antes de dar mi primer bocado, el hecho de que una persona se sentó enfrente mío con su plato de comida me intimidó. Alcé la vista logrando ver a Edur Balum, mi papá.

—¿Puedo comer contigo, hija? —preguntó viéndome a los ojos.

—Sabes que sí, siempre. Estaré encantada —le respondí tranquila, él me llamaba hija, rompía las reglas por llamarme hija.

—Últimamente pasas mucho tiempo en el bosque por las noches con tus hermanos, ya no es tan seguido, pero cuando no vas al bosque la luz de tu habitación se queda encendida por varias horas —. ¡No! No puede ser, acabo de caer en su trampa, quiere información, empecé a toser nerviosa por lo que dijo.

—Sí-sí, cuando no vamos a entrenar al bosque solemos hablar o dibujar, no lo sé, hacemos algo... —dije tratando de que creyera mi aparente excusa. Se me ocurrió una mejor— La verdad es que he intentado mejorar mi estilo de fuego sin los guantes.

Gracias por enseñarme Valeria.

—No es raro en ti que quieras mejorar, en eso te pareces mucho a tu mamá —dijo mi papá creyéndome.

—Casi nunca hablas de ella, de mi mamá —mencioné ya que él abrió el tema de conversación.

—Lo sé —respondió seco mientras seguía ingiriendo sus alimentos

—¿Algún día me hablarás más de ella? —pregunté dejando por un momento mis cubiertos sobre la mesa.

—Ten por seguro que lo haré —contestó regalándome una sonrisa—. Deja de hacer tantas locuras Emma, te conozco.

Después de eso mi papá se levantó de la mesa y después de revolverme el cabello se fue con su bandeja de comida en las manos. Reí al verlo irse.

Pasó la tarde y el día, al parecer por fin había terminado más temprano mis ejercicios, estar de vacaciones era genial. El anochecer estaba empezando, normalmente espero más para llegar a este punto, pero ahora sé que puedo tomar una siesta antes de que hable con Konrad. A demás como mis hermanos seguían afuera en la casa por primera vez en mucho tiempo iba a poder dormir tranquila; al menos eso pensé hasta que un portal directo del inframundo se abrió en mi cuarto. Me asusté y me puse de pie de inmediato, Konrad sabía que no debía arriesgarse a abrir portales tan cerca del convento. Espere unos segundos hasta que por fin salió de aquel portal un Konrad sin su corona de príncipe, además de que estaba herido. El portal se cerró, por lo que Konrad se acostó involuntariamente en la cama de mi hermano Sem.

Me acerqué a él corriendo, noté varias heridas en su cuerpo; eran quemaduras. Lo más importante, tenía una gran cortada en el estómago.

—¡Konrad!, ¡Konrad! ¿Qué te pasó! ¿Quién te hizo esto? —pregunté con desesperación, pero él estaba demasiado cansado para hablar—. Tranquilo, buscaré a Nathan, no te muevas.

Al parecer no iba a poder tomar mi siesta. No podía creerlo, las cosas habían ido bastante mal para mi amigo, ¿pero esto? Corrí por todo el convento hasta que llegué al salón de medicina donde otros tres chicos y mi hermano estaban en clase. No quise interrumpir porque nadie debía saber que Konrad estaba aquí, por eso solo abrí la puerta y lancé una chispa de fuego a su pierna lo cual le dolió, mas no emitió ningún quejido. Con eso logré que él girara a verme, le hice señas nerviosas, él entendió que debía salir por lo que le inventó al profesor brujo que necesitaba ir al baño. Cuando salió de la clase le expliqué entre susurros lo que pasaba, él se sorprendió al saber que mi amigo estaba ahí herido, con múltiples heridas en todo su cuerpo. No perdió más el tiempo y fue corriendo a nuestra habitación. Al verlo, Konrad había manchado un poco la cama de Sem con sangre, me adelanté a robar ciertas cosas de la enfermería. Lo cual ayudó a Nathan a empezar a curar al demonio de los cuernos azules. Le quitó su camisa nuevamente, como la vez que Sem le lanzó una flecha al hombro; pero está vez lo dañado era su estómago. Solo pude observar cómo mi hermano hacía todo lo posible para salvarlo mientras yo le rogaba a las Diosas que lo salvaran. Nathan empezó a controlar el agua encima de su herida comenzando a sanarla. Como era de esperarse mi hermano lo logró después de varios minutos, pero Konrad se quedó completamente dormido por vario tiempo.

—¿Qué le pasó? —preguntó Nathan preocupado.

—No lo sé, él abrió un portal aquí en nuestra habitación. Sea lo que sea es grave, alguien lo lastimó.

—¿Alguien lastimó al príncipe del inframundo? —dudo Nathan—. Pero ¿quién? —no supe responder esa pregunta, algo andaba mal. Nathan asomó su cabeza por la ventana y se dio cuenta que su clase había acabado. Sem no tardaría mucho en venir.

Nos quedamos en silencio mientras mi querido hermano observaba a Konrad. Por suerte no tardó mucho en abrir los ojos con dificultad. Me acerqué a hablarle más cerca, tomé su mano con fuerza y él me sonrió.

—¿Cómo estás? —le pregunté besando su mano, el asintió con la cabeza tratando de afirmar que bien.

—Estarás bien Konrad, ¿puedes hablar? —preguntó Nathan verificando el pulso de mi amigo.

—Sí...—respondió con dificultad, pero ya respiraba mejor.

—Konrad, tienes que decirnos quién te hizo esto —pregunté con furia en mis palabras.

Él intentó sentarse con cuidado y recostarse sobre la pared. Después de hacerlo soltando leves quejidos pudo hablar, pero lo que dijo no me gustó nada e incluso se me erizó la piel.

—Descubrí quién fue Emma..., el que me hizo esto fue la persona que le hizo lo mismo a mi mamá —dijo el demonio adolorido—. Fue mi papá, el rey Ethan. 

Holaaaaaaa *tose* ¡Claro que Bastián no mató a Any, noooo, nunca lo haría y prefiriría morir por ella a haberla visto morir! *tose*

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Holaaaaaaa *tose* ¡Claro que Bastián no mató a Any, noooo, nunca lo haría y prefiriría morir por ella a haberla visto morir! *tose*

Aclarado espero que tengan un lindo día personas hermosas y preciosas que adoro mucho, perdón por casi matarles a Konrad de nuevo. xd

JA,JA, ay, pero hablando enserio, espero hayan disfrutado el capítulo y la pregunta de hoy es:

¿Ya sabían que Bastián no había sido? ¿O logré engañarlos un poco?

Los amooo, nos vemos.

Nani Fuera.

Sefrai: La bruja de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora