Buscando la verdad/Parte 3

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—Bastián —dijo Konrad después de echarme una mirada asustado.

—Konrad, ¿qué está pasando aquí? Me voy unos meses y el castillo es un desastre, los guardias dijeron que un niño trató de jugarte una broma con tu corona. Estos meses que he estado fuera debieron servirte para mejorar y demostrar que serás rey. No para inventar tonterías. ¿Quién está en el pasadizo?

Según me había explicado, Bastián era el mejor Shingate de todos, podía sentir la energía de las demás personas en un rango muy extenso. Eso significaba que a diferencia de los otros Shingates, el sí sabía que yo estaba sosteniéndome de la puerta para observar todo. Eso me asustó, pero Konrad supo cómo evitar que Bastián se siguiera acercando a la puerta.

—Alto ahí, ¿qué estabas haciendo el día del asesinato de mi madre? —preguntó Konrad parándose enfrenté de él.

—¿Qué? —preguntó Bastián confundido.

—Sí, he investigado sobre la muerte de mi mamá y esto me lleva a hacerte esta pregunta.

—Konrad, ¿quién está detrás de la puerta?

—No te lo puedo decir, sabes que no estoy mintiendo —como Shingate podía saber cuándo una persona estaba mintiendo—. No puedo confiar en este momento en ti, perdón, necesito saber dónde estabas.

—Estaba contigo —dijo Bastián con una sonrisa leve—. Todo el tiempo cuidé de ti. Estábamos lejos del castillo, en el bosque, dirigiendo a todos los Shingates. ¿Recuerdas?

Konrad bajó la mirada, parecía que intentaba recordar y estaba consciente de eso, pero comprendo que no sepa bien si es realmente así porque han pasado muchos años desde entonces.

—¿Por qué estás aquí? Aun te faltaba un mes para volver de Anafrei —preguntó Konrad bajando la guardia.

—Surgió un... Problema, tengo que volver pronto para encargarme de algo importante.

—¿Qué cosa? —preguntó Konrad intimidando a Bastián.

Yo pensé que él estaría bien, así que antes de que su nana lo atacara con más preguntas cerré bien la puerta del pasadizo y di un paso hacia atrás sin darme cuenta de que al hacerlo, caí de las escaleras. El golpe se escuchó tan fuerte que estoy segura de que ambos giraron a ver la puerta. Konrad por su parte habló.

—Si tu no me preguntas de esto, yo no te preguntaré de las Diosas.

—Hecho —contestó Bastián a Konrad quién vino corriendo al pasillo, pero antes giró a verlo porque lo llamó—. Confío en ti.

Bastián se retiró del cuarto y Konrad bajó por las escaleras hasta llegar al final del pasadizo donde me levantó del suelo. Estaba mareada por la caída y con una sonrisa de torpeza. Konrad me levantó y me sacó del castillo hasta llegar al bosque. Mientras caminábamos al bosque para llegar a los límites, no pude evitar mirar al castillo para darme una explicación de por qué ese Shingate a pesar de que sabía que estaba ahí no me hizo nada ni intentó atraparme. Se notaba que confiaba en su hijo que, aunque no es su hijo de sangre parecía que lo era.

—¿Estás bien Emma? —preguntó Konrad mientras entrabamos al bosque.

—Sí, el golpe me mareó, pero todo bien —dije sonriendo. A pesar del golpe nada me iba a quitar mi sonrisa.

Caminamos con prisa hasta llegar a los límites del reino. Yo estaba bastante confundida, Bastián se veía buena persona a diferencia de ese estúpido antiguo rey que molestó a Konrad. Sé que sus palabras tuvieron mentiras. Siento que la misión de hoy fue un completo desastre, ¿la reina amiga de dos seres distintos? No solo eso, las antiguas poseedoras de los elementos, las guardianas, eran humanas. ¡Un demonio amiga de un humano! Eso es más loco que mi amistad con Konrad.

Cuando al fin llegamos a los límites buscamos con la mirada a mis hermanos. Tardamos en encontrarlos, hasta que en un rincón escondido entre los árboles con hojas negras en vez de verdes los hallamos. Cuando nos vimos el príncipe Konrad se arrodilló ante nosotros.

—¡Konrad! Levántate —le dije tomándolo de su mano— Eso no es digno de un príncipe.

—No me vean como un príncipe, soy su amigo y ustedes son lo mejor que me ha pasado. Merezco arrodillarme —explicó Konrad.

Él se levantó del suelo y giramos a ver a Nathan quien estaba exhausto. Konrad se acercó a él y lo abrazó fuerte. Después de acariciar su cabello para revolotearlo todo le habló.

—Pequeño, has logrado que hiciéramos todo lo que hicimos —agradeció Konrad— ¿Tuviste problemas?

Nathan negó con la cabeza. A pesar de que confiaba en Konrad más que en cualquier otra persona que haya conocido, seguía sin hablar mucho. Eso no evitó que Konrad lo abrazara fuerte.

Yo reí y me uní al abrazo con locura, quise subirme en la espalda del demonio de los cuernos azules quien solo me vio feliz. Pronto cuando decidimos irnos de vuelta al reino humano de Freiani algo pasó. Un dardo se enterró en la espalda de mi hermano Sem. Lo cual nos asustó a todos.

Sabíamos que nos habían descubierto por lo que todos, excepto mi hermano desmayado por el dardo, sacamos nuestras bendiciones en nuestras manos. Nathan movió con sus manos agua, Konrad sacó una bola morada que se deformaba al mover las manos pues así era el elemento espacio, y yo saqué dos fuegos de mis manos. Miramos al rededor, pero poco a poco nuestra vista se nubló. Todo comenzó a verse borroso en el momento que vi como mi hermano y mi amigo cayeron desmayados en el suelo. Traté de pelear antes de desmayarme sintiendo cómo fue que me quemaron la espalda, pero no soy débil. No lo soy por lo que antes de caer al suelo con la espalda quemada, quemé la pierna de mi contrincante escuchando un grito de dolor al sentir el fuego arder en su piel. Solo hasta ese momento pude desmayarme con una sonrisa en la cara. 

Segundo capítulo porque yo sí cumplo ja,ja

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Segundo capítulo porque yo sí cumplo ja,ja. Ay, como los amo.

Preguntaaaaaaaa:

:( ¿Qué opinan de que el hombre en el que más confía Konrad posiblemente mató a su mamá? ¿Por qué lo hizo?

Nani Fuera.

Sefrai: La bruja de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora