46- Robusto y seguro

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No, cielos, no

Lo intento una vez más y se removio de nuevo.

No, no estaba cómodo y mucho menos tranquilo; pero no era culpa del asiento sumamente confortable del primera clase en el que estaba sentado.

Él no solía tener mucho problema para conciliar el sueño, y aprovechar las dos horas de vuelo que le habrían sentado muy bien; Mika y su malestar lo tenían muy pendiente. Se miró en el vidrio de la ventanilla y el reflejo que le devolvió la mirada era el de un hombre preocupado, y es que lo estaba, bastante. Respiro hondo. Le había costado una larga discusión con Mika finalmente separarse.

-Mika, lo mejor es que yo vaya contigo hasta Sevilla y luego tome otro avión hasta Suiza- había sugerido él tajante, negado rotundamente a dejarla viajar sola sabiendo que se sentía mal- O retrasamos los viajes hasta mañana.

Ella había cerrado los ojos y suspirado profundamente, luego lo miró con determinación.

-No me va a pasar nada, Kimi, no hay razón para que hagas todo ese viaje o que nos retrasemos- respondió razonable-... y es más, ¿no esta tu equipo esperando en Suiza?- su voz serena no casaba con el gesto de su rostro ligeramente marcado por el dolor, era un matiz diferente que ahora veía con claridad.

- No están abandonados a su suerte- había soltado él con obviedad,pero ella seguía negada a dar su brazo a torcer.

-Si bueno, pero tu tienes cosas muy importantes que hacer y no puedes seguir dilatándolas mas por estarme acompañando- dijo ella levantando una ceja, tratando de ser la voz de la razón- Cuando llegue a Sevilla seguramente se me habrá pasado el dolor. No me he tomado nada aun porque bebimos mucho ayer. No te preocupes, Iceman.

-se dice fácil- mascullo él cruzándose de brazos. Ella levanto ambas cejas y ladeo la cabeza

- Confia en mi. Llegare bien- pidió ella luego de un rato. Él la miro fijamente otro tanto, molesto por lo terca que podría llegar a ser y entrecerró los ojos estudiandola.

-¿No voy a hacerte cambiar de parecer, no?

Ella sonrio de medio lado, algo divertida.

-No. Y deberíamos ir pronto, el tiempo corre- respondió ella lentamente y el apretó los labios

-Quiero que me llames o me escribas apenas pises España¿ Me escuchaste? o te juro que agarro un vuelo a ver como estas con mis propios ojos- había dicho el seriamente y ella le miró con calides en sus ojos preciosos ojos de azul marino y sonrio con gesto apasiguador, con aquel bonito oyuelo que tanto le gustaba, y suspiró

- Lo juro - había respondido ella y le había agarrado la mano para dar un apretón y acto seguido enganchar su meñique con el de él, haciendo sonreír a su pesar - Lo juro, iceman.

Cuando ella había ido al baño mientras esperaban en el aeropuerto , él había sacado del interior de su cartera una copia nueva de la Villa mariposa en Baar, con un bolígrafo escribió en una servilleta el código de acceso y un puntual mensaje y lo puso todo dentro un forro de plástico protector y se lo había entregado al despedirse. ¿Se habría dado cuenta ella que le había dado la llave de su casa?

Miró su reloj y solo le quedaba media hora para llegar, miró al frente con frustración.

Sin la posiblidad de poder hacer algo en ese respecto por el momento, movió sus pensamientos ligeramente a un lado, a cierto tema que no se había detenido a pensar demasiado...

Las cosas pintaban algo inciertas, podía sentirlo. Suspiró y volvió a repasar lo ocurrido, y se preguntó ¿Seguía sintiéndose cómodo con su propuesta de matrimonio? Si ¿Sentía que había cometido una locura? No. Muy tranquilo, se permitió comparar lo que había sentido por Jenny en su momento, su exesposa y lo que sentía por Mika.

Te quiero, Iceman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora