Capítulo diecisiete

6.4K 670 272
                                    


Definitivamente todo el mundo se había vuelto loco, Rebekah apareció en su habitación en la noche para llorar sobre su hombro, Thea no supo que hacer más que apoyarla y consolarla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Definitivamente todo el mundo se había vuelto loco, Rebekah apareció en su habitación en la noche para llorar sobre su hombro, Thea no supo que hacer más que apoyarla y consolarla.

Después le contó como Klaus le había mentido sobre la muerte de su madre, la castaña solo podía consolarla.

En la madrugada los Salvatore las habían llamado para explicarles el plan de matar a Klaus.

—Es una pésima idea —razonó la bruja pasando por encima del cadáver perteneciente al padre de Klaus —No voy a hacer esto, puede que Rebekah lo haga, pero yo no —pasó su mirada por cada uno antes de ir hacia la salida.

Una brisa se presentó tras de ella, era Damon.

—Debes ayudarnos —pidió, era una clara distracción para que Stefan pudiera llamar a Klaus —Piensa en todo lo que has pasado por su culpa, él mató a Jenna.

—¡¿Crees que se me ha olvidado?! —exclamó, incapaz de contener su conflicto —¡No! Pero el estuvo conmigo en la época más feliz de mi vida. Además, yo se que a Jenna le hubiera tranquilizado que lo perdonase —y de hacho así era, porque se lo había pedido la rubia misma.

—Elena y Jeremy son tu familia y les estás dando la espalda por un psicópata —acusó el pelinegro.

—Eso no es cierto —la culpabilidad estaba empezando a formarse en su pecho.

—Mira, se que varios de nosotros te hemos fallado —el ojiazul se acercaba cautelosamente a su ex novia —Yo más que ninguno, pero esto es para proteger a Jeremy a Elena de alguien que ya quiso matarlos.

Eso era verdad, Klaus no se había detenido en hacer lo que quisiera con ellos, pero eso ya no debería importarle, ella ya no debía caer en el mismo circulo vicioso.

—Eso es cierto, pero Elena ya los tiene a ustedes para protegerse, ya no me necesita. Yo no quiero arriesgar mi vida por ella, nunca más —trataba de convencerse más a sí misma que a él —Me iré de aquí y no vas a convencerme.

Sus ojos se encontraron en una pequeña batalla sobre quién tenía la razón, tal vez Damon la tenía, al decir que no podría estar del lado de alguien que asesinó a una de las personas más importantes en su vida. 

Tal vez se equivocaba en querer recuperar una relación familiar que ya no existía.

—Jamás imaginé que la Thea que conocía traicionaría a a su familia de esa forma —sus pensamientos se vieron interrumpidos por su nueva acusación.

Thea ya no aguantó, la mansión empezó a temblar, derrumbando cuadros y rompiendo jarrones, causando que la iluminación del lugar fallara. Se acercó a él con el brazo en alto, una fuerza invisible empujó al vampiro hacia la pared.

Al instante, Damon sintió como el aire le faltaba y sintió miedo al ver los orbes verdes de la castaña mirándolo con furia y rencor.

—Tu no puedes decirme como era o como soy ni mucho menos como soy ahora, ustedes lo causaron —cada palabra que salía de sus labios destilaba el dolor que había estado sintiendo los últimos meses —Ustedes crearon a lo que ves ahora, especialmente tú. Le dijiste a Elena que la amabas cuando me lo decías a mi, me ilusionaste y jugaste conmigo, me acusaron de algo que no hice. Luego, te presentas en mi habitación a poner la peor excusa que he escuchado en toda mi corta vida, que estabas confundido. Y ahora quieres que me ponga de su parte —se carcajeó irónicamente —Contra la persona que más me ha apoyado en muchísimo tiempo, puede que ninguno me crea, pero Elena jamás ha sido la persona que ustedes conocen, al menos no conmigo.

𝙷𝚞𝚗𝚝𝚛𝚎𝚜𝚜 | 𝙺𝚘𝚕 𝙼𝚒𝚔𝚊𝚎𝚕𝚜𝚘𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora