Capítulo veinticinco

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Thea empacaba todo lo necesario mientras repasaba las palabras de Kol en su cabeza:

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Thea empacaba todo lo necesario mientras repasaba las palabras de Kol en su cabeza:

Nos vamos de este maldito pueblo.

Ella no tenía palabras que expresar cuando sintió muchas emociones juntas arremolinándose en su interior, miedo, nostalgia, alegría, tristeza.

Las únicas veces que había salido del pueblo era cuando el Tío John la llevaba con una familia de cazadores en diversos estados para matar a lo que ellos llamaban monstruos. 

Se sorprendió un poco al notar como Rebekah se acostaba en su cama y la observaba atentamente.

—¿Qué? —le preguntó con una leve risa de por medio.

—Nada, es solo que... has sido mi primera amiga desde hace mucho tiempo y me da pena que te vayas —le confesó, algo desanimada.

Thea dejó la ropa y se sentó a un lado de la rubia —Puedo decirle a Kol que me quedaré hasta que todo termine.

La rubia soltó una risa sin gracia —Sabes bien que nunca termina, y después de todo lo que has pasado en este pueblo te hará bien salir y explorar —ella quería que se quedara, pero no podía ser así de egoísta cuando vio con sus propios ojos lo injusta que había sido su vida.

—¿Segura? 

—Segura, pero sigo sin entender como es que Kol convenció a Nik de llevarte con él. Estuvo con ganas de arrancarle el corazón toda la mañana —le dijo.

—Si te soy sincera no lo se.

—Tal vez sea porque va a mandar a alguien a seguirlos, así que ten cuidado cuando pasen cosas con Kol —insinuó con una sonrisa.

—¿Cosas?¿Que....? —se sonrojó furiosamente al entender lo que la rubia quería decir. Cogió una almohada y le pegó en la cara con esta —Kol y yo solo somos amigos, por lo que, nada de lo que esa rubia cabeza está pensando, va a pasar.

—Ya... pero en estos tiempos hay algo que se llama... —fingió pensarlo con el dedo índice bajo su barbilla —Amigos con beneficios.

Una risa sin gracia sale de su garganta mientras volvía a empacar —Si, yo no sirvo para eso. Lo intenté una vez y mira donde estoy ahora. Eso no funciona para mi, de alguna u otra forma termino involucrándome sentimentalmente y no necesito eso con Kol.

Rebekah se quedó pasmada por sus primeras palabras —¿Tu y Damon fueron...?

—Sí, es una historia más complicada de lo que parece pero en resumen empezó como una distracción para ambos y luego comenzó lo sentimental —le contó mientras doblaba su ropa distraídamente —¿Me contarás con quien pasaste la noche?

—Con un chico rubio, Daryl, creo que se llamaba —confesó.

Después de eso escuchó como un vidrio se rompía en la planta baja. Ambas chicas se miraron antes de salir corriendo y bajar las escaleras para encontrarse con la pequeña mesa de la sala rota, vidrios esparcidos por el suelo y a Klaus tomando a Kol por el cuello de su camisa en el aire.

𝙷𝚞𝚗𝚝𝚛𝚎𝚜𝚜 | 𝙺𝚘𝚕 𝙼𝚒𝚔𝚊𝚎𝚕𝚜𝚘𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora