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Antes de ir a la casa de Caroline por su cumpleaños se detuvo para comprarle un regalo, en realidad ya lo tenía desde hace unos 6 meses, solo tenía que ir a retirarlo.
Caroline le había regalado por uno de sus cumpleaños la cadenita que siempre cargaba en el cuello [multimedia], el cual tenía otra parte que le pertenecía a Caroline.
Recogió el regalo y se encontró con Caroline en la entrada de su casa, se la veía algo decaída.
—Care ¿Te sientes bien? —Thea puso una mano en su hombro.
—Sí, solo...
—Es Tyler ¿no? —supuso, Caroline asintió pesadamente —Intenté que Klaus lo dejara en paz pero no hubo forma, lo lamento muchísimo...
—Está bien Thea, no es tu culpa.
La castaña solo hizo un gesto de aceptación y sacó la pequeña caja de su bolsillo.
—Te daré tu regalo antes que los demás, siempre lo he hecho después de todo —Thea le extendió su regalo y se extrañó un poco al ver su desánimo.
—No te sientes bien celebrando tu cumpleaños ¿verdad?
Carolina hizo una pequeña mueca —Técnicamente estoy muerta, me quedé estancada en los 17.
Thea abrazó a su amiga con cariño, no sabía lo que sentía pero quería darle su apoyo, algo que solo la rubia le había dado —Se que es difícil pero debes verle las cosas positivas, al menos ahora ningún vampiro puede hacerte olvidar cosas o abusar de tu inconsciencia, los demás te esperan adentro así que debes hacerte la sorprendida cuando entres, sino me matarán.
Caroline se rió un poco antes de entrar , técnicamente le había subido un poco el ánimo.
—¡Sorpresa!
Elena, Bonnie y Matt aparecieron con un cartel que decía "feliz cumpleaños Caroline" y gorros de cumpleaños sobre sus cabezas.
La rubia sonrió desganada.
—Hola chicos —saludo con simpatía —¿Qué están haciendo aquí?
—Pues te perdiste de nuestra felicitación en la escuela y no fuiste a la clase de arte así que... —Elena se quitó la corona y se le puso mientras reía —Ponte ropa cálida, iremos a las cascadas.
—Haremos una fogata y asaremos malvaviscos —habló Bonnie.
Todos parecían realmente entusiasmados con celebrar el cumpleaños de la rubia, menos ella.
—Igual que cuando eras niña.
—Pero con tequila —añadió Matt.
Caroline sonrió un poco —Gracias chicos, pero es que no tengo ganas de celebrar —les confesó.
