Capítulo veintiuno

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Thea doblaba la ropa, que había sacado de su habitación en el hogar de los Gilbert, y la guardaba en la cómoda de su nueva habitación

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Thea doblaba la ropa, que había sacado de su habitación en el hogar de los Gilbert, y la guardaba en la cómoda de su nueva habitación. Su habitación en la casa de Klaus.

─¿Crees que pueda quedarme aquí cuando ya no tenga la daga? ─le dijo burlonamente mientras se sentaba en la cama.

─Tal vez, aunque no creo que a Klaus le guste ─le respondió con una ligera sonrisa.

Miró a su alrededor, admirando el espacio en el que iba a dormir, jamás había visto una habitación de ese tamaño. Hasta que escuchó un fuerte estruendo en la planta baja, miró a Kol, asustada, y bajó hacia la sala en donde se encontraban los ataúdes.

Vio a Klaus encima de Elijah con una daga en la mano, luego miró el ataúd abierto y se dio cuenta de que era el de Kol.

─Hazlo, te reto ─dijo Elijah con voz ahogada ─Te enfrentarás a Kol.

Ante aquella amenaza el híbrido retrocedió, y le conto cómo había matado a Mikael.

─¡¿Y por qué la familia esta en ataúdes?! ─reclamó el de traje.

Mientras discutían, Thea se deslizó entre estos y fue hacia el ataúd de Kol y miró a su espíritu. 

Kol negó con la cabeza al adivinar sus intenciones. Thea iba a usar su magia para despertarlo más rápido.

La castaña puso una mano sobre el pecho del original y empezó a recitar un hechizo ─Accelerare excitatio...

─Thea Queen ─la voz de Klaus interrumpió el hechizo, la nombrada cerró los ojos fuertemente y farfulló una grosería ─¿Qué estas haciendo?

─Lo que te estoy pidiendo que hagas desde hace días ─murmuró, con la mano aún sobre el pecho del cuerpo del original ─Sacarlo de esta caja.

Elijah veía con atención las reacciones de Klaus, se le hacía extraño que no reaccionara de manera violenta con la chica.

─¿No escuchaste lo que acabo de decir? ─formuló con incredulidad ─El ataúd que falta es peligroso para la familia, es por eso que aún esta dormido, no puedo sacarlo mientras Stefan Salvatore tenga ese ataúd ¿lo entiendes?

Thea se quedó callada por unos momentos y miró al fantasma, quien asintió, sin querer perjudicarla ─Promételo.

─¿Qué?

─Prométeme que en cuanto recuperes lo que sea que esté en esa caja, lo vas a despertar ─demandó con firmeza.

Klaus lo pensó ─¿Por qué es tan importante para ti? Ni siquiera lo conoces.

─Promételo.

─Dime ¿Por qué? ─exigió, acercándose a ella.

Thea le sonrió de lado ─¿Nunca te preguntaste de quien eran las pastillas que encontraste en uno de los cajones de la cocina? ─desafió, acercando su rostro al del híbrido ─Cuando tomaste el cuerpo de Alaric ─añadió al ver la confusión en sus ojos ─Promételo.

𝙷𝚞𝚗𝚝𝚛𝚎𝚜𝚜 | 𝙺𝚘𝚕 𝙼𝚒𝚔𝚊𝚎𝚕𝚜𝚘𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora