Episodio 1

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Era un sábado por la noche de finales de noviembre y el festival de otoño del instituto estaba en su punto cumbre.

Vi a Denki, mi mejor amigo, acercarse mientras yo supervisaba el evento. Sus ojos color ámbar y marcadamente delineados, me miraban parpadeando despacio. Denki bien podría ser un principito, si no fuera porque se vestía como un punk de los 80' y se maquillaba con unos productos malísimos.

—Tu madre me ha pedido que te trajera esto —me dijo.

Había dos pastillas para el resfriado pegadas con cinta al tapón. Sonreí cuando vi la nota. La hermosa caligrafía de mi madre decía: "Cómetelo todo aunque te encuentres fatal".

Abrí el termo y el olor a sopa flotó en el aire.

—Gracias, Denki.

—De nada, pero... ¿Por qué estás aquí? ¿No tenías la enfermedad del pulmón negro?

—Porque, no sé si lo recuerdas, pero estoy a cargo de esta fiesta. Además, la enfermedad del pulmón negro es conocíada como "neumonía", y yo no tengo eso.

—Tú estás a cargo de todo. Perdona, Izu, pero esto no es más que una estúpida fiesta escolar. ¿No podría haberse ocupado algún otro del consejo estudiantil?

—¿Quién? ¿Neito, mi desafortunado segundo?

Neito era el vicepresidente y fue votado básicamente por su cara.

—Se hubiera presentado aquí mañana. No, ni en broma. No me he pasado semanas planificando todo esto para que alguien acabe arruinándolo todo.

—Izu, tienes que relajarte. Es el último año, ya puedes calmarte.

—¿Acaso me han aceptado en la Todai?

—¡No! No. En cuanto entregues la solicitud, no quiero volver a oír ese Nombre en lo que queda de año. En lo que me queda de vida.

—Pues mala suerte.

—Izu, es un hecho. Si un adolescente nerd como tú, a caballo entre Buda y una geisha, no entra en esa universidad ¿Quién lo hará?

Tosí con un sonido flemoso, Denki retrocedió con cara de asco.

—¿Sabes cuántos jóvenes se parecen a mí sobre el papel? Promedio sobresaliente, presidente del consejo, miembro de varios clubes, puntuación perfecta en el examen de admisión, mil millones de horas de servicio a la comunidad.

—Bueno, por eso pediste una entrevista ¿no?

Sonaba al borde del hastío mientras miraba a un grupo de chicos que pasaba caminando delante de nosotros. Denki, mi mejor amigo desde segundo de primaria, se sabía de memoria la balada del sueño de ir a Todai de Izuku Midoriya desde que se la había cantado a viva voz a la edad de diez años.

—Sí, pero la entrevista es en febrero, un mes después de haber entregado la solicitud. Me pone nervioso que la fecha límite haya pasado.

—Izu, hemos hablado de esto un millón de veces. ¿No querías tomar la decisión correcta, tener el máximo de probabilidades y todo eso?

—Sí, lo sé.

—Entonces no te preocupes  ¿de acuerdo?

Cuando terminé la sopa, Denki se largó para buscar a nuestro amigo Shoto Todoroki. Me paseé de nuevo, para asegurarme que los chicos del equipo de béisbol no estaban regalando los peluches de premio a las chicas. Me dirigía a los baños cuando me topé con algunos estudiantes de primer curso.

—¡Ey, senpai! ¿Cómo va? —Me preguntó uno de ellos.

—Esto... bien ¡Divertíos!

Por amor de Dios. "¡Divertíos!" ¿Quién era yo? ¿Su padre? Me estaba pateando mentalmente cuando alguien me agarró por detrás.

A Dorama for IzukuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora