Paso 16

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Elige una balada romántica para ponerla a todo volumen ¡en bucle!

Esa noche ni Katsuki ni yo dormimos.

Porque estuvimos hablando por teléfono. Eché un vistazo al reloj. Eran las 4:30. Tenía la manta envuelta en las piernas y me acurrucaba un poco más en la cama. Cambié la cabeza de posición para que el teléfono no se me quedara marcado en la mejilla.

-¿Qué estás haciendo ahora?

-Más o menos lo mismo que cuando preguntaste hace una hora -me reí.

-No lo sé, en los últimos quince minutos igual habías comenzado un plan de reforestación de la ciudad.

-¿Qué haces tú?

-Estoy... acabo de pasarme al suelo.

-¿Por qué?

-La cama se ha calentado demasiado.

La visión den un Katsuki acalorado en la cama fue suficiente para que pateara las sábanas fuera de la mía.

Estuvimos hablando de todo un poco, cosas del instituto, física, grounding, nuestros padres. La conversación saltaba de un tema al otro sin conexión.

-Creo que estamos empezando a... desvariar -murmuré apenas entendiendo lo que me decía.

-Tú, yo no. Yo estoy tan despierto como...

Comencé a reír, y oí que la puerta del salón se abría. Me quedé de piedra.

-Oh no, mi madre está despierta. Creo que ahora sí que tengo que colgar.

-Noooo, hazte el dormido.

Los pasos de mi madre se oyeron sigilosos detrás de la puerta, luego se detuvieron. Deslice el teléfono bajo la almohada con un movimiento veloz. La puerta se abrió y solo cerré los ojos. No moví un solo músculo hasta que pí que la puerta se cerraba de nuevo. Una vez que estuve seguro de que mi madre había vuelto a su habitación, cogí el teléfono.

-¿Katsuki? -susurré.

No hubo respuesta.

-¿Kacchan?

Tras unos pocos segundos de silencio, oí su suave respiración.

-Dulces sueños -susurré, y sonreí antes de quedarme dormido con la respiración de Katsuki de fondo.




Me quedé allí de pie valorando su trabajo.

Al día siguiente, con la tarde ya avanzada, volvimos a la estación. De alguna manera conseguíamos mantenernos en pie tras apenas dormir unas pocas horas. Katsuki no había podido terminar antes de que mi madre fuera a recogerme el día anterior, así que accedí a reunirme con él al día siguiente. Su "lienzo" era la pared de una pequeña casita en ruinas.

Cuando la vimos por primera vez el día anterior, la pared ya era una reliquia maestra del grafiti. Daba la impresión de que todos los grafiteros habían visitado el lugar en algún momento. Capas y más capas de color.

Así que cuando Katsuki empapó la pared con disolvente, casi me dio un ataque. Pero me mantuve callado, sentado y observándolo mientras hacía su trabajo. El grafiti comenzó a borrarse y gotear.

Luego, Katsuki cogió el bote de aerosol negro y comenzó a cubrir la pared en grandes franjas, dejando el centro visible con una forma circular. También dejó otras partes visibles alrededor de ese círculo, para que el color se asomara en formas con los bordes difusos. Al final, cogió los botes de color plateado y dorado, y pintó encima del negro con pequeños salpicones y puntos.

A Dorama for IzukuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora