Epílogo

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-Mueve la cabezota.

-¿Perdona?

-Ya me has oído. No puedo ver la tele -respondió mi madre mientras masticaba un pocky edición limitada de All Might que solo se conseguía las comicon.

-¡¿Yo tengo la cabeza grande?! -chillé mientras me volvía a mirarla desde mi posición en el suelo-. Tengo la cabeza perfectamente normal porque la heredé de papá y no la tuya.

Aun así, recoloqué la almohada agarrándome del kotatsu, con la barbilla pegada al pecho y me deslice un poco más hacia abajo.

-Katsuki, dile algo. Tú sabes que tengo razón -dijo mi madre detrás de nosotros, mientras estiraba una de las piernas fuera de su mantita roja, azul y amarilla con la que se tapaba en el sofá y daba una patadita a Katsuki en la espalda con los pies enfundados en unos calcetines mulliditos de All Might (también de la comicon).

A mi lado, Kacchan comenzó a sacudir los hombros mientras ahogaba una risa.

-No respondas -le advertí mientras entornaba los ojos.

-¡No dejes que te mandonee! -exclamó mi madre.

-¡No mandonees tú acerca de si soy mandón!

-No levantes la voz a tu madre -dijo Katsuki estirándose y dándome un golpecito con el dedo en la frente.

Me toqué la frente mientras mi madre se reía a carcajadas desde atrás. Un pequeño ladrido acompañó su risa.

-¡Tú no te metas, Smash! -dije apuntando a la bola peluda que estaba sentada en el regazo de mi madre.

El cachorro bostezó en respuesta y rodó para que mi madre le acariciara la tripita.

-¡¿Podéis dejar de molestar y así podremos ver de una vez el episodio?! -les grité mientras pulsaba el play en el mando.

Los créditos comenzaron a pasar por la pantalla.

Kacchan me atrajo hacia él y me acurruqué en su hombro. Sentí una patadita en la espalda.

-¡Mami!

-Oye. ¿Qué estás haciendo delante de tu madre?

Volvió a darme con el pie en la espalda.

Kacchan me soltó al instante y se alejó un poco. Sin embargo, acercó una mano a la mía por debajo del kotatsu y las entrelazamos en el espacio que había entre nosotros.

-¿Creéis que el capitán confesará sus sentimientos en este episodio? ¿O algún otro desastre natural volverá a impedírselo? Juro por Kamisama que asesinaré a alguien si no se besan en este capítulo -susurró Katsuki.

-¿Crees que lo confesará ahora? -Negué con la cabeza con tristeza-. Ya te gustaría, amigo. Aún no nos han torturado lo suficiente.

-Oh my. Si tengo que volver a verlos salvando la vida de otro huérfano... -Kacchan se cubrió los ojos con el gorro y echó la cabeza hacia atrás.

-¡Silencio! -gritó mami.

-¡Solo son los créditos! -contesté.

-¡¿Y qué?! Además, nada de contestaciones, bebé. Castigo por el rechazo de la Universidad de Tokio.

Mi madre mordisqueó otro pocky.

La carta de rechazo de la Todai había llegado dos días después del baile de fin de curso, y aunque había sido un golpe muy duro, de alguna manera había estado preparado. Ahora, tres meses después de la graduación, solo era un pinchazo que se desvanecía.

Cuando me puse en pie en el podio de la graduación para dar el discurso de despedida, miré a la multitud mientras el sol me cegaba.

-Es inevitable que sucedan cosas inesperadas -dije frente al micrófono-. Y lo que realmente nos define es cómo reaccionamos ante ellas, cómo aprendemos y evolucionamos.

Cuando terminé de hablar, todos aplaudieron y gritaron vítores. Yo los miré con una sonrisa enorme, consciente de que mi carta de rechazo de la Todai estaba sobre mi escritorio, enmarcada, para recordarme ese mensaje todos los días. Fue lo que pensé mientras contenía las lágrimas cuando ayudé a Shoto a empaquetar sus cosas en cajas antes de marcharse a Hokaido. En lo que pensé cuando corrí junto Rayo mientras Denki se marchaba a la Gedai, con el interior del coche lleno de cajas. Era en lo que pensaría los primeros días tras instalarme en mi habitación en la universidad de Kioto.

Y en lo que pensé durante los últimos días de vacaciones que pasé junto a Kacchan y mi madre. La tristeza aplastante que me invadía cuando pensaba en dejar a mi madre se atenuada al saber que estaría a una hora de tren de Kacchan. (Había creado una agenda para todo el año para que pudiéramos vernos al menos dos veces al mes.) Y en cuanto a lo de dejar sola a mi madre, bueno, Smash y su negativa a entrenar para ir al baño la mantendrán ocupada. Eso y el perfil online que le había creado en una en una web de citas.

El capítulo comenzó con el joven capitán y la belleza de la doctora emborrachándose en la cocina, a solas. Una balada romántica de fondo; ambos se miran a los ojos, se acercan, centímetro a centímetro. ¡Sé besan! Y después... ella se marcha.

-¡¿Es coña?! -gritó Kacchan mientras mandaba a volar la manta que nos cubría.

Mi madre y yo soltamos una risotada. Nos encantaba torturar a Kacchan con las series; esa era la tercera que veíamos con él.

-No te preocupes, uno de los dos será herido de gravedad pronto, y luego tendrán que admitir que se gustan. ¡Espero que se trate de otra mina terrestre! -dije con entusiasmo.

-Me encanta la facilidad con la que encuentran minas enterradas en los rincones de esa base militar. Es una lotería. Además, no sabía que se necesitaba presencia militar surcoreana en el Mediterráneo -se burló Kacchan.

Le aparté un mechón de pelo de los ojos y le puse bien el gorro.

-Si optas por el camino de la incredulidad, te perderás para siempre, novio mío -dije-. Limitárse a sentarse y a creer, es mucho más divertido de esa forma.

Fin.

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N/A: Bueno hemos llegado al final de esta historia, espero hayan disfrutado con las disparatadas ideas de Izuku y su plan para conquistar a su crush. Denle mucho amor y nos vemos pronto.

Besos mil 😘.

A Dorama for IzukuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora