Capítulo 11

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Agatha

La clase de música había concluido. René como siempre perdió el ritmo y hubo que repetir unas cinco veces todo desde el principio por su culpa, pero de igual forma disfrutaba  una y otra vez cuando todos tocábamos al unísono formando una perfecta melodía.

Moría de hambre así que me dirigí con René hacia la cafetería por algo de comer, en el camino no paró de dar excusas de por qué se equivocaba tanto con el ritmo. Todos hablaban por los pasillos sobre de qué se disfrazarían para Halloween, a pesar de que faltaban unas tres semanas para la fecha.

Entrando por la puerta de la cafetería busco detenidamente a Bea hasta que la encuentro. Estaba sentada en una mesa junto con Diego. René y yo nos acercamos a ellos y tomamos lugar también en la mesa. El chico pelirrojo comía salvajemente una hamburguesa mientras mi amiga lo miraba asqueada.

- Eres un animal -comenta Bea.

- Déjalo, por si no lo sabes esa es la manera más satisfactoria de disfrutar un alimento, lo mejor es el final cuando te chupas los dedos -René sale defendiendo a Diego mientras se come sus papas.

Bea me mira y yo la miro a ella, ambas entendemos lo que dicen nuestras miradas asqueadas.

- Claro muy satisfactorio -dice mi amiga con ironía y luego se gira hacia mí- En fin, Agatha, ¿si sabes que se aproxima Halloween verdad?

- Bea faltan tres semanas -le respondo.

- Exacto, tres semanas que tendremos para decidir el disfraz, tiene que ser algo sexy y en conjunto claro.

Bea y yo siempre nos hemos combinado para Halloween, el año pasado nos vestimos de Vilma y Daphne de Scooby Doo, René fue el perro Scooby y Diego un fantasma al que debíamos capturar, fue divertido.

- Tengo varias ideas en mente, pero eso será luego de que me cuentes todo sobre tu cita -me dice Bea cerca del oído para que los chicos no escuchen.

- Oí algo de cita, ¿acaso Agatha Marie Luna tuvo una cita y no nos enteramos? -nos dice Diego dejando a un lado su hamburguesa.

- Joder yo quería ir a espíar como te besabas con tu novio -dice René dramatizando un poco.

- No tengo novio par de vírgenes.

- Y si lo tuviera yo lo sabría primero que ustedes -Bea me pasa un brazo sobre mis hombros.

Ella y yo reímos mientras nos chocamos los puños, los chicos siguieron comiendo su almuerzo de la misma forma desagradable.

- Hola, perdónenme si los molesto pero...-dice alguien que se acerca a la mesa, era una chica- ¿Tienen algún plan para este finde?

Era Amber, una de las chicas más conocidas en la escuela por ser la capitana del equipo de las porristas.

- Claro que no nena, yo siempre estoy libre para las chicas -dice Diego con toda la boca llena de mostaza.

La chica los mira con el entrecejo fruncido.
Su mirada se dirige a Bea y comienza a acariciar nerviosamente su cabello oscuro rizado.

- Entonces... ¿Estarás libre Bea?

Mi amiga también la mira nerviosa pero desvía sus ojos rápidamente como tratando de disimular.

- Cla-Claro -balbucea un poco. ¿Por qué?

- Mi padre abrirá un nuevo centro nocturno en la ciudad, la inauguración es el sábado invitarte, perdón, invitarlos, a todos claro -Amber suelta una risa nerviosa.

Ok era obvio que a esta chica le atraía mi amiga y viceversa. Al ver que Bea no reacciona a darle respuesta le pongo una mano en su hombro y respondo por ella.

- Gracias Amber, allí estaremos.

La chica deja unas invitaciones sobre la mesa y se despide tímidamente con la mano.

- ¿Es idea mía o le gustas a Amber? -dice René con la mirada sobre mi amiga quien aún se encontraba nerviosa.

- ¿Yo? Claro que no, solo hemos hablado un par de veces, ella es...cool.

-  ¿Cool? De acuerdo pues, tú chica cool nos acaba de invitar a una mega fiesta de inauguración este sábado -dice Diego tomando las invitaciones en la mano y repartiéndolas entre los cuatro.

No digo ni una palabra, solamente codeo a mi amiga para que reaccione de una vez, evidentemente le gustaba esa chica, nunca la ví así de nerviosa por nadie. Viendo lo nerviosa que estaba dudaba de su seguridad sobre si ir o no, así que ésta vez me tocará convencerla a ella de que vayamos.

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Era el día de la inauguración y Chris y yo nos encontrábamos sentados dónde siempre ahí en el lago. Había traído su guitarra ya que llevaba días convenciéndolo de que tocara y cantara para mí.

- ¿Así que hoy te irás de fiesta no?

- Sí, una amiga me invitó a la inauguración del club nocturno de su padre ésta noche.

- Solo espero que no bebas exageradamente como la otra vez, no siempre estaré para salvarte -me dice, yo lo miro volcando un poco los ojos.

- Yo también podré tener a mi propio ángel cuidándome -le sonrío- A ver, ¿que me vas a cantar hoy?

- Lo que tú me pidas, estoy a tu servicio.

- Mmm, déjame pensar -coloco mi mano en mi barbilla de forma pensante- ¿Te sabes "Love"?

- ¿La de Finding Hope? -yo asiento- Pues sí, no es muy larga así que puedo cantártela rápido.

- Vale pero ponle tu estilo.

El chico sonríe, amo cuando lo hace.

- De acuerdo haré lo que pueda.

- Espera...-le digo dándole una seña que aún no empiece.

Busco mi móvil en mi mochila y pongo la grabadora, quería tener un poco de su arte guardado.

- ¿Lo vas a grabar?

- Ya está grabando.

- Oh vale -toma posición con su guitarra- Esto va dedicado para tí ángel -dice cerca del micrófono de mi móvil, no pude evitar sonrojarme, me mira directo y sonríe para comenzar a cantar.

Santo Dios, su voz, era tan...no tenía ni palabras. Estaba envuelta en cada melodía, sus largos dedos dominaban el instrumento de una forma maravillosa. La letra de la canción no era muy extensa, así que trataba de disfrutar lo más que podía su voz en vivo. Chris tenía talento, verlo cantar me hacía mirarlo con tanta admiración. Su cabello jugaba perfectamente con el viento, ese perfil tan marcado me robaba la mirada.

Me sonrojo aún más cuando en una parte de la canción me mira, sus ojos miel son tan deslumbrante que los míos azules se pierden en ellos, y me gustaba perderme de ésta forma, era la forma más bonita en la cuál mi alma volaba.

Mi conexión con Christopher traspasaba los límites del universo. Durante los últimos segundos de la canción no había dejado de mirarme, nuestra mirada seguía conectada sin deshacerse, yo no quería deshacerla tampoco. Me había atrapado en ella. Ni siquiera me había dado cuenta que había acabado de cantar hasta que gira un poco su cabeza y comienza a acercarse a mí cada vez más hasta que llego a sentir su respiración, nuestras narices se rozan delicadamente hasta que él cierra la distancia que teníamos con un maravilloso beso, era apasionado, frágil, lento a la vez, era un beso profundo en dónde ambos estábamos expresándonos pero sin palabras.
¿Cuántas cosas me quisiste decir con ese beso?
Por mi parte te digo que mi beso significaba un ligero "te quiero".

Para Siempre © [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora