Capitulo 17: Juegos de cachorros

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(Música ambiental)

En los días siguientes no paso nada tan importante, durante aquel tiempo tan solo nos dedicamos a seguir con las recurrentes actividades que mencioné hace rato, además de que de tanto en tanto cumplíamos algún encargo de Armando, nada muy peligroso, al menos por aquel momento, tan solo simples trabajos de rutina vigilando a sus traficantes y a sus transportistas; entre tanto los mas jóvenes de entre mis compañeros, es decir Alejandro, Anlle, Sofí y yo de tanto en tanto nos poníamos a jugar con los niños, a los que se habia sumado la nieta de Hernández a quien le habia agradado en especial jugar con Juli, corríamos por los pasillos de aquel edificio como si fuésemos simples cachorritos jugando entre si, en aquel punto ya me habia memorizado por completo la estructura de aquel lugar, de tantas veces que habia pasado por todos los pasillos, intentando buscar a los niños en algún juego de atrapadas o escondidas, aquel era un edificio de cinco plantas, con dos plantas subterráneas y un estacionamiento también subterráneo, aquel edificio se encontraba en una de las áreas industriales al norte de la ciudad, bastante lejos de las colonias populares, aunque algo cercana a la basílica de Guadalupe y la frontera con el estado de México, la cual era marcada por una pequeña zona de serranía llamada Sierra de Guadalupe, aquella zona volvía bastante hermosa la vista en ocasiones, pero bueno me desvió del tema, aquel edificio tenia varias enormes habitáculos, probablemente hechas para ser alguna clase de grandes oficinas o salones para eventos, no obstante Armando los usaba a modo de almacenes para equipos, armas, dinero y drogas, esas endemoniadas chiquillas siempre se organizaban para esconderse allí, el resto de habitaciones mas pequeñas se usaban como dormitorios o como celdas para algunas personas que se metían ya fuese con el cartel de Armando o con el grupo de Ricardo, que hasta ese momento me vine enterando que era un grupo militar y paramilitar que se hacia llamar en el bajo mundo "La legión de las sombras", valla nombre mas chingón, fue lo primero que dije al escucharlo, lo siento, sigo yéndome por donde no es, el primer sótano correspondía a un almacén, el estacionamiento subterráneo ya mencionado y a la nueva fabrica de licores de Armando, mientras que el segundo subterráneo conectaba directamente con los túneles del metro, los túneles de drenaje y los túneles usados para trafico entre algunas de las organizaciones de la ciudad, allí además se encontraba el laboratorio de metanfetaminas de Armando, nunca entré a ese lugar, pero desde el almacén de licor podía percibir aquel penetrante y agrio aroma provenir de los conductos que ventilaban aquel laboratorio, en el primer piso por supuesto se encontraba la cafetería, donde casi todos los empleados de Armando venían a comer y descansar, en ese tiempo también me enteré que Armando movió su bar de strippers a una zona muy acaudalada de la ciudad, el barrio de "Loma alta", siendo sincero, por el estado en como llegaban algunos de sus trabajadores y trabajadoras de aquel lugar, no quería ni saber como era, por supuesto nuestro carismático amigo tenia su oficina y dormitorio en la planta alta del edificio, además de que en el mismo piso albergaba un salón de fiestas donde ese tipo se reunía con otros lideres criminales y con algunos políticos para disfrutar de lujos y derroche, algunas veces nos invitaba a asistir, aunque siendo sincero esos eran demasiados excesos para nuestros hígados, por lo que realmente los únicos que se llegaron a unir a esas fiestas fueron Víctor, El bromista y Hernández. 

(Música de ambiente)

No obstante la aparente calma que habíamos estado viviendo se vio interrumpida el día que vino Ricardo, aquella mañana de marzo nuestro aliado apareció sin previo aviso en la puerta del edificio, caminó hasta la cafetería y se sentó en la mesa en la que apenas estábamos desayunando y ordeno su comida a uno de los trabajadores como si nada, mientras que su propia presencia nos mantenía a todos en una constante y creciente alerta, pues se notaba que el tipo esta vez no venia a hacer una inspección de rutina, sino que esta vez parecía un poco mas serio que de costumbre:

La cruzada de CrewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora