Capítulo 25: El payaso de circo

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(Música de ambiente)

Las memorias que uno tiene son meros constructos de la cabeza, la cruel verdad es que la realidad que conoces y que atesoras entre tus recuerdos no existe, es solo lo que alcanzas a interpretar con tus sentidos, procesado por tu cerebro y modificado por tu raciocino, en realidad mi voz no suena así, mis palabras así como las escuchas ahora no son reales, lo que vez no es la realidad, el infinito espectro de fuerzas y ondas que no percibimos es tan basto que casi parece un mal chiste, e incluso si lo que viésemos fuese la "realidad" en un todo solo seria una parte muy pequeña de la misma, una insignificante en la que desde nuestra perspectiva parecemos protagonistas, aunque en realidad en su mayoria somos simples títeres de fondo en una obra tan inmensa que la mayoria no alcanzamos a dimensionarla o ni nos importa el pensar en aquel rol, siendo títeres de titiriteros que en realidad solo son títeres de fuerzas y procesos mas allá de lo que la mayoria es capaz de pensar, seguramente debes estar pensando, ¿Para que carajos me dices toda esta tontería? tranquilidad y calma, todo a su tiempo, te digo esto porque quiero que sepas que no todo lo que digo esta escrito en piedra, solo estoy diciendo esto de la forma en que lo recuerdo, no busco ser un mentiroso, yo confío en mi propia mente, y quiero que confíes en mi y mi testimonio, no será totalmente cierto, pero no busco mentirte, solo soy un tarado que ya hace tiempo no ve a las aves por su ventana y que discute con la basura en su cabeza intentando no volverse loco, lo mas probable es que mi relato esté incompleto, muchas cosas no las supe y es probable que nunca las sepa, pero, de lo que sé, te he contado todo hasta los mas detalles que pude, solo eso, te pido de favor que me sigas escuchando, no que me creas, pero, al menos que te des el tiempo de seguir oyendo esto y sacar tus conclusiones.


Bien, déjame recordar en que momento me quedé, ah si, ya me acuerdo...

Al momento en que íbamos de regreso me empecé a sentir muy adolorido, demasiado adolorido, a medio camino los estragos de toda aquella carnicería llegaron a mi de golpe y sin aviso, mis huesos, mis músculos y mi cabeza me dolían, todo era pesado, todo era confuso, el arriba se hizo abajo, los lados no existían, los segundos eran horas y los días minutos, todo desapareció de golpe, mientras me perdía entre la bruma de mi propia mente.

(Música de ambientación)

Abro mis ojos y veo todo borroso, me duele la cabeza, me duele demasiado, tanto que nubla mis demás sentidos, percibo varios sonidos, pero no puedo reconocer cual es cual, siento apenas un tacto en mi mejilla, pero no sé de que, cierro con fuerza mis ojos y al abrirlos veo borroso, pero, aun con el tono de rojo que se cuela a mi vista distingo siluetas, alguien me levanta de donde sea que estoy, entonces siento algo húmedo en los ojos, es molesto, pero, no tengo fuerza para apartarlo, se restriega contra mis ojos incesante, pero, cuando se aparta por fin mi vista se aclara, me duele al enfocar mi mirada, pero, aun con esas me sobrepongo al dolor y miro a mi alrededor, allí están dos paramédicos, uno de ellos sujeta la gasa mojada y enrojecida, el otro tiene en su mano una aguja e hilo, siento un fuerte malestar en mi frente, sin embargo, esa sensación desaparece al mirar a mi lado, lo miro a los ojos, él me mira también, es él, no hay duda, su cabello y ojos castaños, su piel algo pálida y su mirada segura y afable, está junto a mi, tiene unas vendas en su cabeza y las lagrimas brotan de sus ojos, pero, es él, Jorge está allí a mi lado, no lo creo, es imposible, esto tiene que ser una broma, esto no es más que una mala jugada de mi mente, esto no es real, no hay forma en que lo sea, esto debe ser parte de mi imaginación, no es posible, no puede serlo, sin embargo, una voz tras de mi confunde aún más mi sentir:

La cruzada de CrewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora