La cruzada de Crew

Capítulo 1 Luego de la calma viene la tormenta

(Efecto)

¿Escuchas eso? es ese goteo afuera, ¿Cuánto tiempo llevo escuchándolo? uno, dos, tres años, ¿Cuatro? ¿Algún día dejaré de escucharlo? no lo sé, pero, ya que tenemos tan melodiosa ambientación, ¿Te parece si respondo tu pregunta de anoche?

Obvio que le parece bien menso, ¿Sino porqué estaría aquí frente a ti?

Bien, es algo divertido como inició mi historia, ¿No lo crees?  jeje ¡Oh! cierto, que tonto soy, aún no te la he contado, lo siento mucho "a veces" mi mente divaga bastante y olvido las cosas o acabo confundiéndome a mi mismo, trataré todo lo posible de no ir por las ramas y las raíces en mi relato, ademas el té de jengibre que siempre me das ayuda mucho, aunque bueno, antes de responderte a tu pregunta de anoche, quiero decirte un par de pensamientos que se me pasaron anoche por la cabeza ¿Esta bien?

Primero, el mundo en el que habitamos es una bestia indomable, nunca sabes que intentará contigo, a veces te ronronea, a veces te rasguña, a veces te muerde, se siente como que un gato persiguiera a un ratón, pero, de alguna forma, aún con todo lo que puede hacernos, siempre podemos escapar se sus fauces y seguir por el camino.

En segunda, es que tendemos a apegarnos a algo para sentirnos de alguna forma llenos, nos apegamos a ideas estúpidas, objetos sin valor, ideales sin chiste, mas vacíos que la nada misma, de alguna forma usándolo para pensar que estamos mejor, cuando en realidad solo es un trozo de cinta tratando de tapar una fuga de agua, así, centrándonos en eso que no sirve, nos alejamos de lo real, yo realmente era de esas personas que se apegaba demasiado a muchas cosas, para cuando me di cuenta de lo mal que estaba tuve que pagar las consecuencias, y heme aquí.

Nací hace unos veintitantos años, cuando el rock aún estaba en su auge y la gente contaba los años faltantes para el segundo milenio, fui concebido el 8 de marzo, en una pequeña ciudad cerca de la capital de México en un hospital privado o al menos eso creo, tal vez fue en uno público, creo que no, tampoco sé decirte si eso es tan importante, fui de esas personas afortunadas que tenia unos padres que me amaban, especialmente mi madre, Doña Luz era una mujer bien fiestera, ella se arreglaba bien chido sus cabellos mas negros que los míos y se ponía ropa bonita hasta para salir a comprar huevo, todo con el afán de poder estar en la fiesta si se daba la más mínima oportunidad, ella fue la que me dio el apodo con el que me conocen todos por aquí, "Crew" que si te soy sincero ahorita no me acuerdo porque era ese apodo, cuando me vuelva a la mente te platico. 

Mis viejos me daban todo lo que necesitaba un niño, nunca me falto con que entretenerme, mucho menos techo, comida y vestido, además, aunque no fuese el más popular ni de lejos, podía hacer amigos, me llevaba bien con ellos, claro, no faltó el chistoso que me decía "El negro", "Greñas tiesas", de vez en cuando también sacaban "El diablo" por las escarlatas que me pegaron con chicle en los ojos desde el vientre; mi rendimiento académico, nombre, ¿Quién le dice así?, suena mejor escuela y ya, mi rendimiento en la escuela estaba bien, no es que los exámenes se me dieran de maravilla, pero, para los trabajos me esforzaba lo suficiente para compensarlo, era un niño de hábitos sencillos, habido en la cocina y el baile, quien siempre daba una mano a quien se lo pidiese; si, ya lo sé, sueno casi perfectamente como uno de esos típicos niños que lo tienen todo que salen en las películas de Hollywood, todo era casi perfecto para mi, pero los problemas llaman a la puerta de todos... 

No se como definirte la situación, tal vez, como una "Tensa Calma" no lo sé. ¿Porqué te digo esto siquiera? solo lo diré y ya.

Casi, esa palabrita, ESA JODIDA EXPRESIÓN, perdón, me exalto, los siento de verdad, volviendo, ¿Qué demonios podría haber de imperfecto en la vida de este mocoso? Todo hasta ahora te ha de sonar muy normal, pues simple, mi padre, Don Guillermo Domínguez, él digamos que era muy violento, mas bien impulsivo, una ves casi mata a una persona que coqueteaba con mi madre, a veces se ponía histérico, demasiado, tomaba cualquier cosa que veía, arrojándolo para hacerlo añicos, saqué de él mis ojos, pero los de papá parecían brillar cuando la ira lo consumía, el jamás me lo explico con claridad, por mas que le preguntara, fue cerrado conmigo en ese aspecto, nunca me habló sobre que le pasaba, tan sencillo como que me aseguraba que era muy impulsivo y ya, como niño que yo era me lo creí; por lo menos nunca me hizo daño a mi o a mamá, eso era algo de agradecer, así que tan malo no era, pero bueno, ya muchos detalles sin tanta relevancia, si quieres mañana te digo más de esos.