Capitulo 18: Salidas con amigos

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(Música de ambientación)

Después de aquello no hubo muchas cosas tan relevantes, mas que todo estuvimos realizando encargos para Armando y Ricardo, en su mayoría trabajos simples, nada al nivel de lo que habia sido aquella operación en ese centro comercial, pues en su mayoría nos dedicábamos a cuidar de los cargamentos de mercancía de Armando o a detener a algún implicado de Russkaya, entre tanto de vez en cuando salíamos a pasear por la ciudad, generalmente íbamos a la basílica de Guadalupe, pues esta quedaba muy cerca de el edificio, lo sé, sonara muy raro que un montón de sicarios dementes vallan seguido a una iglesia, pero, aunque no lo creas Brandon, Víctor, Sofí, Rubén, Ricardo y Hernández eran muy devotos a rezar, demasiado diría yo, en especial habia veces que Hernández se la pasaba hasta dos horas hincado en una banca de la basílica, rezando en silencio, mientras que habia ocasiones en que incluso lagrimas brotaban por entre sus ojos, igualmente la mayoría de esas veces Hernández llevaba consigo a su esposa, quien lo acompañaba en su interminable oración, alguna vez llegue a preguntarle a Hernández sobre el porque era tan devoto, su respuesta aquella vez me dejo frio, pero en cierto modo también satisfecho, pues su respuesta fue "Se que soy una persona muy horrible, que ha cometido pecados imperdonables, que me alejan de la mano de Dios, pero, aun así quiero seguir creyendo en el, quiero seguir buscando su perdón, a pesar de que se que no lo merezco, yo se que no me lo va a dar, pero al menos pienso que el me podría conceder el saber que me arrepiento de mis pecados, que al menos una parte de mi sigue siendo mínimamente buena, además de que mi madre me inculcó el valor de ir a misa todos los domingos y rezar siempre que se pueda, cosa que quiero mantener hasta el día de mi muerte", si te soy sincero sus palabras me dejaron pensando, en mi caso no sabia si era prudente creer, muchas cosas me habían demostrado el que Dios no existía o que si es que lo hacia este era un ser inmisericorde y cruel, pero a la vez algo me impulsaba a querer creer en el, ese algo era quizás mi ultimo y desesperado agarre a la esperanza y a la bondad que aun sabia que habia dentro de mi, sin embargo el solo hecho de pensar en mis pecados me hacia desistir, pues incluso aunque me arrepintiese, esos pecados habían sido demasiado graves como para que incluso un ser con tanta misericordia me perdonase; otra cosa que seguramente te preguntas desde hace algún rato es el ¿Porque diablos nadie se asustaba por mi apariencia cuando iba a la basílica o mamadas así? pues la respuesta se resume en que en todas esas veces me ponía diversos vendajes y gasas en la cara, además de un parche nuevo que el bromista me regaló, lo cual me asía ver como un recién salido del hospital, pero al menos nadie me reconocía; aunque bueno, otra cosa era que de vez en cuando también se les ocurría a mis locos compañeros ir a acampar en la sierra de Guadalupe, generalmente nos poníamos a hablar de tonterías y a hacer senderismo en aquel lugar, para que después en las noches nos pusiésemos a contar historias de terror o alguna que otra anécdota suelta sin mucha conexión, alrededor de la misma fogata, en las noches Sofí se quedaba a cuidar a los niños, que en su inocencia, buscando de alguna forma aventuras mas arriesgadas dormían en sacos de dormir un poco alejados del resto, la mayoría de las veces yo la iba y la acompañaba, cosa que a ella no le parecía molestar, era interesante hablar con ella de cosas triviales, la mayoría de las veces hablábamos de cosas sin sentido mas que todo, saltando de un tema a otro con velocidad, mientras podíamos observar como una a una las chispas de la fogata iban desprendiéndose de la madera, realmente era hipnótico ver aquellas brazas irse desvaneciendo a una gran velocidad, dejando tras de si ceniza y polvo, mientras que seguíamos con nuestras platicas, acurrucados el uno junto al otro, esas noches también aprovechábamos para ver las estrellas, te sonara bastante bobo, pero era hermoso el simplemente quedarse juntos viendo el firmamento, infinito y espectacular, mientras contábamos historias de aventuras que podían pasar en algún mundo en las estrellas lejanas, casi siempre Sofí terminaba por dormirse acurrucándose sobre mi, era una cosa muy linda verla dormir y por alguna razón, el estar junto a ella a momentos dejaba en mi una sensación cálida en el pecho, no se como describírtelo con claridad, pues soy bastante malo con los sentimientos, pero, estar con ella realmente me hacia feliz, realmente su apoyo y su persona me hacían demasiado feliz, además de que de alguna forma ella me resultaba muy hermosa inclusive mas aun mientras dormía, con aquella expresión inocente y relajada en su lindo rostro.

La cruzada de CrewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora