Capítulo 8

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Me miró con odio a través de esos ojos grandes color ámbar que solo reflejaban desprecio y enojo, una de sus cejas castañas se arqueó y me miró otra vez pero esta vez con burla, su nariz pequeña se arrugó ligeramente al sentir el olor de otro Alpha, yo conocía ese olor y entonces rodeé los ojos en respuesta.

Su mandíbula cuadrada estaba tensa pese a que estaba sonriendo con burla, su cabello rojo oscuro estaba un poco despeinado a causa de que lo había derribado en el suelo, su ropa oscura de cazador estaba llena de tierra y polvo debido a la caída. Trató de levantarse y no pudo sus piernas le temblaban como un animal recién nacido intentando mantener el equilibrio.

Todos los que estábamos observando dicha escena sentíamos deseos de golpearlo, humillarlo, gritarle e incluso hasta de matarlo, pero pese a los deseos que teníamos de matarlo no lo hicimos y nos quedamos al margen observando al vampiro intentando levantarse.

Cuando logró levantarse finalmente nos miró a todos con odio y deseos de matarnos, pero no hizo nada y simplemente se quedó observándonos con odio, ya no le temíamos, ya no teníamos miedo de ese maldito vampiro que nos hizo la vida miserable torturándonos todos los días.

—¡Maldita Perra!—Exclamó y corrió hacia a mí con la intención de atacarme, estaba lista para pelear cuando un sonoro aullido se hizo presente y nos dejó aturdidos, entonces sentí un olor a menta y supe que era Dimitri...

Suspiré pesadamente y dije:

—Lo que me faltaba...—Murmuré y todos me oyeron, se rieron un poco y yo también.

Entonces Dimitri, hizo acto de presencia, su mirada era aguda y peligrosa, su aura en ese momento me daba escalofríos, no sabía por qué pero sabía que algo iba a ocurrir y sabía que no era nada bueno en absoluto.

Miró a hacia dónde estaba, su mirada se suavizó un poco pero no demasiado, se notaba claramente que estaba muy enojado.

—¿Estás bien?—Preguntó en tono tranquilo hacia a mí, poniendo su mano en mi mejilla con cariño.—Estoy bien, no te preocupes.—Respondí y de algún modo se relajó.

Apartó su mano y dirigió su mirada hacia el pelirrojo que quiso dañarme, y por lo que leí y vi con mis propios ojos sobre los Alpha's es que nunca debes meterte con lo que es suyo, sobre todo si se trata de su Luna. Y eso siempre me quedó claro desde que era pequeña y mi Padre defendía a mi Madre de cualquiera que intentara hacerle daño.

—Apártense, esto se pondrá feo.—Advertí y toda la manada dio un par de pasos atrás, porque sabían lo que estaba a punto de pasar. Y no sería nada bonito.

Entonces cuando menos me lo esperé, la pelea había comenzado, se movían tan rápido que apenas los podía ver. Dimitri, le estaba dando una brutal paliza a Klaus, el vampiro que nos torturó a todos los Híbridos e incluyéndome a mí.

Klaus, era rápido pero no tanto como Dimitri, quien se movía más rápido aún siendo un hombre lobo. Todos los presentes apoyaban a Dimitri para que acabara con Klaus, pero yo lo necesitaba vivo para hacerle unas cuantas preguntas.

Entonces miré a Dakota y le pedí ayuda con la mirada, este de mala gana fue y detuvo la pelea, poniéndose en medio y les habló con seriedad, y ambos se detuvieron, cuando la pelea se detuvo... me quedé sorprendida... jamás había visto a un vampiro tan golpeado como lo estaba Klaus. Jamás.

Y vaya que he visto muchos vampiros golpeados pero esto... se ganaba el premio y lo digo enserio. No es ninguna broma.

En fin... Klaus, tenía ambos ojos hinchados por tanto golpe, sus mejillas ni se diga inmediatamente le salieron moretones en esta y resaltaban bastante en su piel tan pálida y sin color, que en ese momento ya tenía color aunque eran moretones pero tenía color su rostro. Su labio estaba roto y sangraba, apenas podía moverse y noté que se tomaba el costado izquierdo de las costillas y también le costaba respirar, pero que yo sepa los vampiros no necesitaban hacer uso de sus pulmones porque ellos están... muertos en vida prácticamente.

Quise acercarme a él en busca de respuestas pero Dakota, me lo impidió negando con la cabeza poniendo su brazo impidiéndome pasar, no quise discutir porque Dimitri, estaba muy molesto y no deseaba ponerle más leña al fuego al asunto.

Me mantuve al margen y me quedé observando como una espectadora, entonces Dimitri, se acercó a mí y puso su pesada mano en su hombro usándome para mantener el equilibrio y no caerse. Estaba golpeado pero no tanto como Klaus, quien tenía más golpes que nada. Dimitri, tenía varios golpes en el rostro, labio roto y unos cuantos rasguños, pero nada más.

—¿Estás bien?—Pregunté un poco preocupada, sólo un poco. Sonrió con cinismo.—¿Qué? ¿Estás preocupada por mí, mi Luna?—Rodeé los ojos arrepintiéndome de haber hecho esa pregunta.

—Olvídalo, no sé ni por qué pregunté. Maldito arrogante.—Murmuré entre dientes y él se rió con ganas. Lo ignoré y quité su mano de mi hombro para ir hacia Dakota, pero... Dimitri se dio cuenta de mis intenciones y me tomó de la cintura y me sujetó a él con fuerza.

Bufé del disgusto y dije:

—¡Suéltame!—Exclamé tratando de soltarme de su agarre, pero no pude. Tenía mucha fuerza.—Eres MÍA... y no te irás otra vez, jamás. ¿Entendiste?—Suspiré rendida y no tuve más opción que rendirme temporalmente, de todos modos tenía asuntos que resolver en Suiza, antes de irme a Alemania.

—Está bien... soy TUYA.—Dije de mala gana y todos se rieron, porque sabían muy bien que no era verdad lo que decía.

(***)

DIMITRI

Ella finalmente había admitido que me pertenecía, ella realmente lo admitió. Era increíble pero cierto, Eliane Salvatore, admitió ser MÍA y nada más que mía.

Eliane, desvió la mirada de mí y la fijó en el pelirrojo que estaba tirado en el suelo, mirándola con odio y deseos de matarla, era evidente en sus ojos, tenía esa oscuridad que los caracterizaban y sobre todo ese brillo filoso y lleno de peligro.

—¿Por qué estás aquí?—Preguntó ella.

—¿No te alegras de verme, Eliane?—Preguntó el imbécil en tono burlón. Eliane, rodó los ojos y de su garganta surgió una sonora carcajada.

—¿Enserio crees que voy a caer en tu juego? Klaus... tú ya perdiste este juego. Sé muy bien cuál es tu juego y sobre todo cómo jugarlo. No me subestimes...—

Klaus, se puso tan pálido que no supo qué más decir y por lo visto no era tan listo como aparentaba ser, además era tan evidente que no iba a poder escapar tan fácilmente de Eliane y del Alpha Dakota.

—Enciérrenlo y vigílenlo, las siguientes 24 horas. Si intenta escapar mátenlo.—Ordenó Dakota, y sus guardias se lo llevaron.

Solté a Eliane, en un descuido y la vi hablando con el Beta, quien le estaba coqueteando y ella le sonreía mucho. Fui hacia ellos y aparté a mi Luna de él. El Beta estaba enojado y antes de que hablara, hablé primero yo.

—Ella es MÍA...—Tomé a Eliane de la cintura con fuerza y ella bufó del disgusto tratando de soltarse, entonces me harté y me la llevé cargando sobre mi hombro.

Ella me pataleaba y gritaba para que la bajara, pero no le hice caso y entonces le di una nalgada en su lindo trasero. Ella bufó del disgusto y soltó una maldición.

—¡Bájame imbécil!—Exclamó enojada. Todos los presentes estaban aguantándose las ganas de reírse y por visto Eliane, se percató y les levantó el dedo medio.

—Malditos...—Murmuró muy, pero muy enojada.

Salimos de ahí y antes de irnos Eliane le dijo algo a Dakota que no logré entender qué fue, pero no le di tanta importancia y nos fuimos de la Manada Luna Escarlata.

La Cazadora De La Noche: Soy Tu Perdición...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora