Capítulo 38

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ELIANE

Pensar en lo que sucedió me dejó... pensando en por qué Stefan, había decidido quitarse la vida bajo su propia voluntad, nunca lo entendí y ni siquiera quise decirlo frente a nadie ni siquiera frente a Dimitri, porque él estaba igual que yo. Igual de confundido pero de todas formas ninguno de los dos lograba entenderlo, era tan irreal... pensar que alguien como Stefan, decidiera morir bajo propia voluntad me parecía extraño, pero no debía juzgar las decisiones de otros y mucho menos dar mi opinión; porque no era de mi incumbencia aquel asunto, pero era inevitable no pensarlo.

Miré hacia el techo de mi habitación y lancé un largo suspiro pensando que era una horrible persona al sentir una gran alivio con la muerte de Stefan, porque realmente así era como yo me sentía. Un gran alivio que... no podía explicar con palabras. ¿Acaso... estaba mal sentir paz y tranquilidad por la muerte de alguien? ¿Eso... me hacia ver como una persona cruel?

No lo sabía y escuchar la respuesta no era algo que deseaba saber... porque eso me haría ver como alguien cruel y despiadada. Alguien... sin corazón. Lo fui una vez y no quería volver a serlo, por ende me reservé mi comentario cuando todos se calmaron y nos quedamos en la sala de estar. Nadie dijo nada después de haber visto el cuerpo de Stefan sin vida.

Mi Madre fue la única que se atrevió a ver el cadáver una sola vez y eso fue todo. Nadie más se atrevió a mirarlo, y simplemente se lo llevaron para prepararlo para el entierro o lo que sea que Grace, Adam y Ashton hubiesen decidido, porque la decisión era de los tres y de nadie más.

Cerré los ojos un momento y respiré profundo tratando de calmarme y así lograr dormir un poco, pero no podía hacerlo. Me sentía culpable y no me quería sentir así, pero era algo que no podía controlar. No pude evitarlo, realmente no pude.

Entonces cuando traté de cerrar los ojos, sentí una extraña sensación era como si alguien me hubiese tocado el rostro con tanta delicadeza que era una delicadeza que daba miedo. Sabía que no era Dimitri, porque él estaba abrazándome con ambos brazos desde la cintura y con fuerza como era su costumbre al dormir.

Abrí los ojos y vi la sombra negra de un hombre que me miraba fijamente, no podía verlo claramente mi vista estaba nublada y no podía distinguir nada en la oscuridad, traté de ver pero no pude y en cambio la sombra se acercó a mí y con ambas manos empezó a estrangularme. No podía respirar, traté de quitármelo de encima pero no podía, era muy fuerte.

Forcejeamos y durante el proceso me solté del agarre de Dimitri y fue ahí que se despertó, al ver lo que pasaba, derribó al hombre y comenzaron a pelear, mi vista seguía nublada pero ya era menos, debía hacer algo, no podía dejar que mataran a mi mate.

Entonces tomé mi arma y le disparé al hombre, no sabía donde le había disparado pero le había dado. Cayó encima de Dimitri y se lo quitó de encima como pudo, fui hacia el interruptor y prendí la luz.

Dimitri, se levantó del suelo y ambos estábamos sorprendidos al ver que al hombre al que le había disparado era nada más que... ¿Mi abuelo?

Creí que él estaba muerto, todos pensamos que él había muerto hace 19 años pero por lo visto no fue así. Pero el maldito seguía vivo y coleando, pese a que le había disparado en la pierna exactamente cerca de la artería femoral, sino estaba equivocada.

Entonces alguien tiró la puerta y entraron mi Padre y David.

—¡¿Qué pasó?!—Preguntó mi Padre tomándome de los hombros con fuerza. Miré hacia el cuerpo herido de mi abuelo y enseguida entendió todo.

—¿Te hizo algo?

—Intentó matarla, estaba estrangulándola el hijo de puta. Desperté y se lo quité de encima, se fue contra mí y trató de matarme pero Eliane, le disparó a tiempo.—Dijo Dimitri manteniendo apenas la compostura.

La Cazadora De La Noche: Soy Tu Perdición...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora