Capítulo 9

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ELIANE

Volver a Suiza con Dimitri fue todo un reto porque en realidad no deseaba ir con él a ese maldito país del cual fui secuestrada, pero bueno... no tenía más opción que ir porque me convenía debido a que tenía asuntos que resolver allá y además pensé que era el momento adecuado para llamar a David, hace dos años que no hablo con él. Me pregunto cómo estará.

En fin... debía seguirle la corriente a esa roca con patas de Dimitri, para lograr escaparme y hacer los recados que me pidió Dakota. Pero si le decía a Dimitri acerca de mi plan de ir a la Manada Luna Azul, la manada vecina de la Manada Luna De Cristal ósea la manada del roca con patas.

Y si... estaba mal lo que estaba a punto de hacer pero... no tenía opción y más aún me sería más complicado escapar porque ese imbécil me había puesto cuatro niñeros que me seguían a todos lados y no me permitían estar sola ni sólo segundo porque según ellos me podía escapar y Dimitri, por supuesto que enloquecería y él mismo iría a buscarme a cualquier parte del mundo.

Suspiré pesadamente mirando el lindo paisaje que tenía por delante y claro... que mis "Niñeros" me estaban acompañando en la terraza de mi habitación que era lo único que no me desagradaba del lugar, el pasamanos de la terraza era piedra pintada en blanco, el piso era de madera y había dos sillones color beige claro y en medio había una mesa de cristal en la cual había un cuaderno de dibujo marca 'Sketch' y lápices de colores marca 'Faber Castell'.

Estaba sentada en uno de los sillones dibujando el paisaje que tenía enfrente y alguna que otra flor, por lo menos podía dibujar porque no podía usar mi teléfono y mi laptop porque Dimitri, temía que usara alguno de esos aparatos para reservar un vuelo a otro país o ciudad.

Era ridículo pero... no quise discutir con él y provocarme más problemas de los que ya tenía, y vaya que... ya me había provocado más problemas de los que ya tenía.

Pero el punto es que debía hacer algo para salir de esa maldita prisión en la que me metió el maldito de Dimitri. No podía usar mis poderes porque me puso una pulsera negra de tela que tenía en cada extremo un broche de oro sencillo que sujetaba dicha pulsera que inhibe la potencia de mi magia al mínimo y tampoco podía transformarme también por culpa de la pulsera.

E incluso lo más gracioso de todo es que esa pulsera también servía para ocultar mi olor y eso enloquecía enormemente a Dimitri porque él se había vuelto un adicto a mi olor y según él huelo a rosas. ¡Qué ironía!

Miré con detenimiento la pulsera y rodeé los ojos preguntándome en qué demonios estaba pensando en el hecho de haber aceptado la estúpida pulsera, pero lo hecho está y ya no hay vuelta atrás.

Dejé de mirar la pulsera y continué dibujando, me distraje un rato haciendo eso y luego de ello sentí el aroma de la roca con patas, suspiré pesadamente y lo miré de mala gana a la cara. Pero siendo honesta... me contuve en morder mi labio inferior al verlo vestido con un pantalón de ejercicio negro ajustado y una camiseta blanca sin mangas ajustadas a su espléndido torso, y tenis.

Ah... no podía negar que era muy sexy y sobre todo por su mirada tan sensual y placentera para los sentidos de una mujer. Él arqueó una de sus gruesas cejas y me miró con cierta lujuria, daba gracias a la diosa Luna de que mis "Niñeros" nos hayan dejado solos, sino... no sé qué habría pasado.

—¿Qué haces afuera?—Preguntó el 'Amargado' en un tono muy grosero.—Dibujando, ya que no me dejas usar mi teléfono por lo menos.—Respondí de la misma manera en la que él me habló.

Rodó los ojos y suspiró pesadamente frotando el puente de su nariz, entonces de su bolsillo sacó mi teléfono y me lo dio, sonreí feliz de tenerlo conmigo nuevamente pero antes de dármelo dijo:

—Lo podrás usar, pero... no quiero que lo uses para escaparte... otra vez. ¿Entendido?—Asentí en respuesta y me dio finalmente mi teléfono. Se fue dejándome sola y me puse manos a la obra para planear mi escape con mucha precisión y cuidado ante todo.

Después de varios minutos logré contactarme con la Alpha de la Manada vecina, Gretel, ella era una gran amiga que conocí hace varios varios años cuando fuimos secuestradas y la volví a ver nuevamente hace varios meses en una misión de encubierto dentro de su Manada con el objetivo de dar con el traidor de esta que resultó ser el Beta, quien pasaba información sobre estrategias de batalla al enemigo por el simple hecho de que nadie lo apreciaba en la manada y por supuesto por poder. En pocas palabras ejecutaron al traidor y destruyeron al enemigo que en ese entonces eran los 'Desterrados' que lo único que buscaban era obtener un territorio propio a costa de la vida de personas inocentes.

En fin... Gretel, ya tenía todo listo para ayudarme a escapar... aunque cuando le dije el motivo, la muy desgraciada comenzó a reírse de mí a carcajadas y por supuesto me hizo enojar a tal grado que por accidente hice aparecer serpientes y víboras en su territorio pero nunca supo que fui yo. Y jamás lo sabrá.

Guardé mi teléfono dentro del bolsillo de mi pantalón y me hice la disimulada ante Dimitri, quien en varias ocasiones intentó ver qué estaba escribiendo en mi teléfono pero no se lo permití en absoluto.

Recogí mis cosas y me adentré a la habitación debido a que el aire frío de invierno había hecho acto de presencia, y yo no podía estar cerca de dicho clima por culpa de los traumas de mi niñez.

Dimitri, regresó a la habitación y me siguió, observó cada movimiento que hacía mientras trataba de encontrar mi mochila con el resto de mis cosas que le tuve que pedir a Dakota que me las enviara para evitar que el 'Amargado' me hiciera una estúpida escena acerca de que usaba la excusa de buscar mi mochila para escapar de él y siendo honesta ese era el plan original antes de volver a Suiza.

Guardé mis colores y libreta aún siendo observada por el 'Amargado', entonces rodeé los ojos y fui hacia él, pero antes tomé un caramelo negro y lo metí en mi boca que era en realidad una pócima para dejar inconsciente a Dimitri y únicamente funciona en los hombres lobo puros como él.

Él sonrió en respuesta pensando seguramente que le daría lo que él quería pero en realidad era justo lo contrario a lo que él pensaba.

Puse mis brazos alrededor del cuello de Dimitri, y después de eso sin previo aviso lo besé e hice que se tragara el caramelo con dicho beso, fuimos directamente a la cama y luego de unos segundos quedó totalmente inconsciente en la cama.

Lo dejé en la cama durmiendo y sonreí satisfecha con mi trabajo, aunque por un lado me sentí mal por él pero por el otro sabía que era lo correcto. Yo no le convenía para nada y sí tenía que demostrarle con ese tipo de acciones de mi parte para que lo entendiera pues... que así fuera.

Tomé mi mochila y me la puse detrás de los hombros para irme, miré a Dimitri una vez más y solté un largo suspiro. Sabía que estaba mal... pero era lo mejor.

No podía arrastrarlo al mismo infierno en el que vivía y que sufriera por culpa de mis acciones pasadas.

Me quité la pulsera por un momento y mi magia esclareció, abrí un portal y me fui a la Manada Luna Azul para seguir con mi misión secreta.

Antes de pasar por el portal me detuve un momento y dije:

—Lo siento mucho Dimitri..., pero es lo mejor para ambos.—Dije mirándolo dormir tan tranquilo.

Pasé por el portal y me desaparecí a través de él.

La Cazadora De La Noche: Soy Tu Perdición...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora