Capítulo 33

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NARRADOR OMNISCIENTE

Él estaba sumido en su mundo mientras era torturado por sus pecados y veía otros siendo torturados por lo mismo y viceversa, estaba resignado a estar encerrado en el Mundo De Los Malditos de por vida o eso pensaba él.

Pero eso no lo detenía a pensar en esa mujer de cabello oscuro y ojos por igual, que lo tenía cautivado y obsesionado con su belleza hechizante. Era tan tentadora y a la vez tan seductora, no podía sacarla de su cabeza por más que lo intentara, no podía. Ella se había convertido en su razón de ser y su motivo por el cual vivir, no podía dejarse morir tan fácilmente.

Debía seguir viviendo y para eso tenía que ingeniárselas para sobrevivir. ¿Sobrevivir? Era fácil pensarlo pero hacerlo realidad era algo completamente distinto. Nadie en el lugar había logrado sobrevivir a menos de que confesaran cada pecado que cometieron fuera de dicho mundo, pero muchos no lo lograban y terminaban encerrados o hechos cenizas. Sin posibilidad alguna de resucitar.

Lanzó un largo suspiro y se quedó observando el panorama pensando que en cualquier momento su hora llegaría, pero antes debía sobrevivir, salir del Mundo De Los Malditos e ir tras ella. Debía ser suya a cualquier precio y si para eso debía haber sangre que así fuera.

Se levantó del suelo en el cual estaba sentado con el único pensamiento de que debía salir y buscar a su ángel de ojos cafés, estaba decidido y lo haría, aunque tuviera que atravesar mil montañas, él lo haría. Si tenía que vencer algún poder supremo o a la misma diosa Luna, que así fuera. Si debía matar, así lo haría, sin importar el precio.

Él volvería al mundo de los vivos y la buscaría a ella.

—Pronto estaré contigo, mi Ángel de ojos cafés.—Dijo en voz alta.

(***)

ELIANE

Abrí los ojos de golpe asustada, pero no había despertado a Dimitri. Miré el reloj de mi teléfono y eran apenas las 5 de la mañana, había tenido una visión sobre Stefan pero no fue muy clara dicha visión, aunque si fue suficiente como para que me preocupara. Debía saber qué demonios estaba ocurriendo en el mundo de los malditos y pronto, porque tenía el presentimiento de que algo estaba sucediendo, rezaba y rogaba a la Diosa Luna que nada malo pasara y que únicamente fueran mis propios pensamientos y preocupaciones los que me estaban provocando esto.

Pero sabía que... mis preocupaciones no eran infundadas, aunque para ello debía salir y ver el mundo de los malditos yo misma. Sabía que corría el riesgo de que mi misma magia fuera a ir en contra de que lo quería y protegerme de no hacerme daño, porque ya lo había hecho antes y mi magia misma me protegió.

Solté un suspiro y salí de manera sigilosa de mi habitación, fui directamente hacia el estudio mi Padre e hice aparecer la bola de cristal estaba por hacer mi cometido cuando alguien me detuvo. Me sujetaron con fuerza de la muñeca, entonces voltee y era Dimitri.

Él me miró con preocupación y negó con la cabeza, no quería que lo hiciera pero debía hacerlo y saber qué significaba dicha visión había tenido sobre Stefan. Eso era lo malo de tener el don de ver el futuro o parte de él. Era en esencia una maldición para mí pero para otros era una bendición porque pensaban que ver el futuro era como ganar la lotería, mientras que para mí era un calvario saber el futuro y peor aún era tener visiones que dictaminaban qué sucedería antes y después de un suceso ya fuera bueno o malo.

—No lo hagas, Eliane.—Me solté de su agarre y le di un beso corto para calmarlo y de alguna manera como una despedida por si me llegaba a pasar algo.—Dimitri... debo hacerlo, sino lo hago no sabré qué está haciendo él. Si es como lo vi en mi visión entonces... habrá que estar preparados para esperar lo mejor y prepararse para lo peor.

—Eliane, por favor. No lo hagas, si lo haces... esto te carcomerá por completo. Tus poderes están inestables por el gran esfuerzo y sacrificio que hiciste en los Alpes, Suiza. No lo hagas.

Estaba por responderle pero en eso entró otra persona y esa persona fue Gretel, ella llevaba puesta una enorme camisa blanca que le quedaba de vestido a la altura de las rodillas y pantalones de pijama con cuadros azules.

Tenía el pelo desordenado y enredado, estaba cruzada de brazos con una expresión seria y callada. Se acercó a nosotros y dijo:

—Deja que yo lo haga, no te has recuperado del todo. Además tú y yo sabemos que él quiere que lo hagas, así que no lo voy a permitir.

—Gretel. Necesito saber qué demonios significa mi visión y saber además si ese infeliz hará eso.—Gretel, lanzó un largo suspiro porque ella sabía de lo que estaba hablando y además sabía que no me iba a rendir hasta saberlo.

—Está bien... pero lo haré yo. No quiero que nada te suceda, sigues débil y tus poderes apenas están regenerándose.

—De acuerdo dejaré que lo hagas tú. Pero... quiero estar ahí.—Gretel miró a Dimitri y este asintió, por lo menos había logrado que ambos cedieran a mi condición.

Sólo rezaba porque nada malo pasara y que todo estuviera bien.

(***)

STEFAN

Esperaba el momento para que abrieran las puertas este patético e insignificante mundo de los malditos en cual terminé por culpa de esos malditos que pusieron a mi Ángel de ojos cafés en mi contra, y sobretodo por ese maldito lobo que estaba con ella día y noche. Me hervía la sangre del coraje de sólo pensar que mi Ángel estaba con ese pulgoso, de sólo pensar en eso sentía el deseo y el impulso de arrancarle la cabeza a ese maldito Alpha y así estar con mi Ángel.

Así sería, ese pulgoso debía morir y para ello debía salir de esta prisión, entonces cuando estaba planeando mi fuga, vi como el cielo se abría y de él salía una luz que me cegó por un momento, cerré los ojos por instinto y después los abrí al escuchar una voz tan dulce como el sonar del canto de las aves por la mañana.

Miré el cielo y vi a mi Ángel en él, estaba ahí y no podía creerlo, estiré la mano y no pude alcanzarla, estaba tan cerca y a la vez tan lejos de mí. Dolía peor que el infierno en el que me encontraba, el anhelo y deseo de no tenerla era peor que la misma muerte y la soledad de este mundo.

Ella tenía una mirada tranquila y llena de paz, sus ojos tenían la palabra: "Paz" escrita en su bello rostro de ángel, sus cejas de arco estaban curvadas en un signo de tristeza y deseos de sentir tranquilidad, una tranquilidad que ella nunca ha tenido y el responsable de ello siempre estuvo frente a ella.

Aquel que narra la historia de este capítulo, es aquel que dará todo por obtener lo que tanto desea tener y que por culpa de otros no ha obtenido.

Junto a mi Ángel estaba una mujer bella y pelirroja de ojos color ámbar, era quien había abierto el portal pero no lo podía atravesar, porque era tanto un espejismo de lo que había afuera que era la realidad y no una mentira.

Pero había alguien más con ella y era ese pulgoso que no dejaba de mirarme con deseos de deshacerse de mí pero mi Ángel no se lo permitió en cambio le tomó la mano y lo calmó con una sonrisa que me hizo enfurecer, esa sonrisa debía ser sólo para mí.

Debía ser paciente y para ello tenía que ser tolerante, sabía que mi momento llegaría y sería pronto.

Mi Ángel... mi hermoso Ángel... eres lo único en este mundo por lo cual vivo, por lo cual suspiro cada día de mi vida, cada respiro que doy es por ti; eres la causa de mis desvelos y de mi agonía absoluta, el café de tus ojos es mi bebida de cada mañana, lo que mantiene mis ojos abiertos hasta el amanecer o al menos eso creo yo.

Pero no te preocupes pronto... estaremos juntos y será para siempre.

La Cazadora De La Noche: Soy Tu Perdición...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora