Capítulo 18

408 35 0
                                    

ELIANE

Jamás creí que iba a tener que admitir que tengo un Mate y sobretodo admitirlo ante Cristina Roberts, la vampiresa más sanguinaria y peligrosa de toda Europa; además de ser una leyenda en el mundo sobrenatural. Por supuesto, faltaba menos ese dato.

Pero... no tuve otra alternativa más que decir la verdad y seguramente el infeliz de Dimitri, estaba más que feliz y contento de que por fin lo hubiese admitido. ¡Perfecto! Ahora tenía que soportar sus estúpidas sonrisas y comentarios burlones, más tarde.

¡Jajaja!

¡Deja de reírte de mí! ¡Te recuerdo que tú y yo estamos en el mismo barco! ¡Si yo me hundo, tú también te hundes conmigo!

¡¿Ah?! ¡No señor! ¡Yo no me voy a hundir contigo!

Entonces deja de burlarte de mí, además debemos sacarlo de país antes de que los Cazadores Nazi lo encuentren y lo conviertan en una rata de laboratorio.

Buen punto...

(**)

—Entonces... ¿Me ayudarás?—Le pregunté a la vampiresa.

—Si, pero con una condición.

—¿Cuál?—Dije con un largo suspiro.

—Dame tu pócima de regeneración y es un trato.—La miré con cierto asombro, porque no entendía cómo es que sabía de esa pócima que por cierto no era una pócima de regeneración... sólo era agua teñida en azul cristalino y con un poco de sal.

Y además es divierto engañar a esos cara pálida.

Muy cierto.

(**)

Saqué de mi mochila una pequeña botella de vidrio con un líquido azul cristalino y de "mala gana" se lo di, pero por dentro estaba riéndome y por supuesto que Gia, estaba muerta de risa. Pero pronto se detuvo, había dejado de reírse.

Vámonos de aquí, están cerca.

Demonios...

(**)

—Se tienen que ir, vendrán en cualquier momento.—Cristina, me entregó una llave color oro que era más joven que ella.

—Con esto podrán salir del país sin problemas. Y Eliane, no vuelvas aquí sin previo aviso.

—No seas dramática Cristina, de todos modos sabes que eso jamás pasará.—Ella rodó los ojos y suspiró pesadamente resignada.

—Diez años... y no has cambiado nada. Váyanse ya.—Tomé de la mano a Dimitri, nos teletransportamos y no pudo decir nada porque lo había dejado inconsciente dándole un golpe detrás de la nuca.

Llegamos en poco tiempo a la pista de aterrizaje donde había un avión esperando ser abordado por el Alpha inconsciente que tenía conmigo.

Lo subí al avión y dejé la llave con él, con esa llave estaría a salvo por el momento pero después tendría que ir con él y evitar una tragedia, después me bajé del avión y di la señal para que despegaran, me di la vuelta y me fui de ahí sin dejar rastro alguno.

(***)

DIMITRI

Lo último que recordaba era ver a Eliane, tomando mi mano y nada más... entonces fue que desperté. No sabía en dónde estaba exactamente, pero si sabía una cosa... Eliane, se había escapado otra vez dejándome solo. De nuevo... y peor aún... ¡abordo de un avión! Ese momento ya se había convertido en la gota que derramó el vaso.

Estaba harto, enojado y cansando de sus trucos para huir de mí, pero siendo honesto sus trucos y extravagancias me hacían sentirme más y más atraído hacia ella, era tan irreal y a la vez tan absurdo tener esta clase de emociones y sentimientos que nublaban mi juicio y me hacían dudar hasta de mí mismo. En cada aspecto de mi vida.

Me dejé caer en el respaldo del asiento que por cierto no era muy cómodo que digamos, pero el punto era que por un segundo ya me estaba arrepintiendo de haber ido a Francia, pero siendo un Alpha que quiere a una compañera a su lado entonces... no queda de otra más que seguir sus instintos de propiedad y posesión sobre su 'Compañera'. ¿Por qué? Porque nuestro instinto nos hace ser así, no pensamos sólo actuamos.

Cuando estaba pensando en cómo volver solo a la manada fue cuando Eliane, volvió. Su rostro estaba serio, muy serio, parecía que algo no le gustaba y además no parecía estar del todo cómoda. Se sentó en su asiento con mucha cautela y mirando a todos lados.

Algo no andaba bien y no fue solo por la mirada de Eliane; sino también porque percibía el olor de varios Cazadores a menos de medio metro de donde estábamos sentados.

—No mires atrás. Te matarán.—Habló en voz baja. Asentí en respuesta y seguí en mi posición original, no me moví en absoluto, porque sabía que en un movimiento en falso y todos los humanos que iban en el avión morirían.

—¿Qué está pasando?—Pregunté en voz baja.

—Luego te explico, actúa natural.

—¿No te habías bajado del avión?—

No dijo nada más y tomó su mochila que estaba sobre sus pies, y sacó de ella una libreta y un lápiz. Mientras que yo simplemente suspiré pesadamente mirando al techo y pensando en por qué me había dejado llevar por mis instintos. Pero en fin... ya hecho estaba y no había vuelta atrás.

Preferí dormir un poco porque no sabía a qué hora llegaríamos a Suiza y sobretodo qué iba a pasar después del aterrizaje, no quería imaginarme lo que posiblemente iba a suceder porque sabía que no iba a ser nada bueno.

(***)

ELIANE

Había presentido el olor y la presencia de los Cazadores Nazi, sabía que venían tras de mí y probablemente también de Dimitri por ser Alpha y ¿por qué? Porque él es mi Mate y por supuesto que ahora es una debilidad mía, mi punto débil.

Otra razón para no estar con él, pero el infeliz no se rendía y eso complicaba más las cosas, y lo ponían más en peligro; no necesitaba más problemas de los que ya tenía en ese momento, lo único que quería y rogaba por ello era que todo saliera bien y que nada malo ocurriera en el resto del camino, y sobretodo llegando a Suiza.

Había tomado mi libreta y lápiz para distraerme un poco, pero esa sensación todavía la seguía sintiendo y por lo visto no iba a desaparecer tan fácilmente. Entonces llegué a pensar que si los Nazi tenían planeado atacar Suiza, entonces tendría que pedir refuerzos y ganar tiempo para que estos llegasen lo más pronto posible.

Tenía el presentimiento de que algo iba a pasar, Gia mi bruja interior estaba lista para atacar y mi loba interior Ann, también estaba lista para atacar, pero había algo más en el ambiente que era todavía más inquietante y que muy pronto lo iba a saber.

Sólo esperaba que no fuera nada grave y que mis preocupaciones fueran infundadas o al menos esperaba que así fuera. Entonces el sueño comenzó a ganarme y algo o más bien alguien me estaba llamando y esa voz me era tan conocida, y a la vez tan lejana; lo último que escuché antes de quedarme dormida fue:

—Te encontré...—Después no supe más.

La Cazadora De La Noche: Soy Tu Perdición...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora