Capítulo 37

189 21 1
                                    

GRACE

Me sentía tan jodida que no tenía la fuerza ni la voluntad de pensar en otra cosa que no fuera en mi hermano, verlo morir bajo su propia mano fue tan... abrumador en el sentido de que no creí que él mismo acabaría con su vida. Cuando entré en el Mundo de los Malditos, vi a Stefan sumamente tranquilo, sin miedo o temor alguno en sus ojos sino todo lo contrario... estos reflejaban paz, tranquilidad y serenidad.

No había odio ni rencor en él, había vuelto a ser el antiguo Stefan que yo conocía desde pequeña, lo podía ver y sentir en sus ojos y mirada. Ya no había oscuridad alguna en él. Todo eso había desaparecido para siempre.

Él me miró y yo a él, ambos nos dimos cuenta de que el momento había llegado y por eso llevaba mi daga conmigo para terminar con esto de una buena vez. Ambos sabíamos que lo que tuviera qué pasar que pasara, sin importa las consecuencias de ello. Los dos sentimos y proyectamos una paz inimaginable que ni siquiera la propia Diosa Luna podía explicar.

Hubo un momento en el que estuve a punto de echarme para atrás y no hacer mi cometido pero... algo me hizo continuar y ese algo fue Stefan quien me dio la motivación de acercarme, y eso hice pero al hacerlo me di cuenta de que estaba a punto de terminar con la vida de alguien y ese alguien era mi hermano.

No quería hacerlo pero... sabía que sino lo hacía abría más muertes y serían mi culpa, por eso debía hacerlo, no debía dudar y mucho menos acobardarme porque ya había llegado tan lejos como para echarme para atrás.

Para entrar al mundo de los malditos tuve usar mi sangre como sacrificio para poder entrar, porque para ingresar al mundo de los malditos, había dos maneras; la primera era por sangre de un vampiro dispuesto a sacrificar parte de su sangre como ofrenda al Dios Hades del Inframundo y este se encargaba de abrir el portal a quien lo deseara, siempre y cuando los motivos de dicha visita no perjudicara al Mundo de los Malditos y al Inframundo. La segunda era... robar un mechón de cabello de la bruja más poderosa del mundo y arrojarlo al fuego como ofrenda, y así se abriría el portal al mundo de los malditos.

Entonces opté por dar mi sangre porque no me atrevía a robarle un poco de cabello a Eliane, porque ella era bruja blanca más poderosa del mundo y más de una vez lo demostró. Además no quería que se descubrieran mis intenciones de ir al Mundo de los Malditos.

Después de eso... me quedé con Stefan hablando del pasado y de todo lo que tuvimos que pasar para ser lo que somos hoy en día, no sé cuánto tiempo pasamos hablando pero cuando mi hermano cerró los ojos este me arrebató mi daga y se apuñaló con ella en el pecho.

No pude hacer nada, él fue más rápido que yo. No logré reaccionar a tiempo y por ende él murió bajo su propia mano. ¿Por qué eligió morir bajo su propia mano? No lo sabía.

Stefan, simplemente se quitó la vida y nada ni nadie pudo impedirlo. Ni siquiera yo que estuve ahí, lo que más me dolía era no haber... tenido más tiempo para decir lo que tenía qué decirle pero creo que por algo la Diosa Luna, hace las cosas y por algún motivo o razón no quiso que siguiera hablando con él.

Me dejé caer en la cama y miré hacia el blanco techo pensando en cuán jodida y cruel es la vida. No había sentido o esperanza para cualquiera que estuviera pasando por lo mismo que yo. Pero debía seguir adelante porque tenía dos hermanos que me necesitaban y debía ser fuerte por ellos, porque yo era lo único que ellos tenían y viceversa.

Los Hermanos Vampiro... han perdido a uno de sus miembros de sangre...

Después de tanto llorar, me quedé dormida con el pensamiento de que debía ser fuerte ante todo y sobretodo por mis hermanos.

(***)

ADAM

Fue desgarrador ver a mi hermano muerto, ver su cuerpo sin vida fue lo más... desgarrador y triste, realmente no había nada más triste que ver a tu propio hermano muerto y sobretodo que él mismo terminó con su propia vida. Me dolía peor que el puto infierno en el que vivimos, esa era la triste verdad.

Nada se podía comparar con el dolor de perder a un ser querido y sobretodo si ese ser querido murió por proteger a otros de él mismo. Pero al mismo tiempo me di cuenta de que era necesario que el mismo Stefan se diera cuenta de eso.

Porque pese a que era mi hermano, eso no quería decir que estuviera de acuerdo con sus decisiones, porque realmente... él... cometió atrocidades que ni siquiera la misma Diosa Luna... podía perdonar. Pero aún así deseaba que él estuviese en paz y un eterno descanso sin perturbación alguna.

Me tiré en la cama y lancé un largo suspiro preguntándome cómo estaría Grace en ese momento, la verdad que no me atreví a preguntar por lo mal que se veía en el momento en que salió del Mundo de los Malditos.

No quería aceptar que mi hermano estaba muerto, pero debía aceptar la cruda realidad del asunto. Debía ser fuerte por mis hermanos y sobretodo por Grace, porque ella fue la más afectada de nosotros 3.

Sé que era difícil para ella pero... sabía que Stefan, lo había hecho para evitar que Grace lo hiciera porque no importaba cuánta determinación y fuerza tuviera ella para hacerlo... aún así ella no lo hubiese soportado. Sabía que era lo mejor para todos sobretodo para Grace, porque ella no podía cargar con una muerte como esa y sobretodo tratándose de su propio hermano.

Después de alrededor de una hora finalmente me quedé dormido.

(***)

ASHTON

No podía conciliar el sueño y si... me dolía como el infierno la muerte de mi hermano pero sabía que era lo mejor para todos... era lo mejor por más que me negara a aceptarlo. Era verdad, nada más que la verdad. Cuando fui separado de mis hermanos hace 100 años... creí que ellos estaban muerto y que jamás los volvería a ver.

Aunque lo único que me mantuvo vivo tanto tiempo era que algún día encontraría a mi alma gemela y con ella ya no estaría solo nunca más. Estuve solo casi 100 años y aún así no perdí la esperanza de encontrarla tanto que creí firmemente que Eliana, era clave para dar con mi alma gemela.

E incluso llegué a perder la cordura y me volví loco, pero cuando Eliana, me dijo quién era sentí que una parte de mi alma había renacido y ahora tenía a mi mujer a mi lado durmiendo con una pierna encima de mi abdomen era un poco pesada pero valía la pena.

La miré con detenimiento y realmente era afortunado por haberla encontrado pese a las circunstancias que el destino creo para mí, pero todo había valido la pena. Atraje a Elizabeth más hacia a mí y en ese momento se despertó.

—Perdón, ¿Te desperté?—Negó con la cabeza con una sonrisa somnolienta en su rostro, tenía los ojos entreabiertos y era evidente que estaba cansada pero aún así se mantuvo despierta por mí.

—¿Cómo te sientes?

—Me siento tan... jodido que no puedo dormir.—Le respondí.

—Sé que es difícil, pero de alguna manera tu hermano hizo lo que creyó correcto y sin embargo evitó que Grace, cargara con ello.

—Tienes razón, pero... aún así me cuesta trabajo creer que Stefan..., ya no está entre nosotros.—Elizabeth, me abrazó a manera de consuelo y le correspondí el abrazo.

—Gracias...

—¿Por qué?—Preguntó mi mujer confundida.

—Por haber aparecido... en mi peor momento.—Ella sonrió y se estiró para darme un beso en los labios que le correspondí y le saqué un gemido, pero interrumpió el beso y dijo:

—Hay que dormir ya, mañana será un día ajetreado.

—Tienes razón...—Bostecé estando de acuerdo con ella. Luego de unos minutos ambos nos quedamos dormidos.

La Cazadora De La Noche: Soy Tu Perdición...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora