Capítulo 19

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Abrí los ojos al sentir una luz cegándome, parpadeé un par de veces y mi vista se normalizó, miré a mi alrededor y me di cuenta de que ya no estaba en el avión. Me habían encontrado, estaba enojada, frustrada y presa del pánico, había vuelto a ese maldito sitio de mala muerte otra vez; no sabía cómo me habían encontrado pero tenía una idea de ello y siendo realista tenía bastante lógica y sentido.

Lo más probable era que me habían hallado porque Dimitri estaba conmigo, no debí llevarlo conmigo en el vuelo. Pero en ese momento no tenía opción, porque si lo dejaba en Francia solo... no iba a tener posibilidades de salir vivo de Paris a no ser que estuviera muerto; porque de ahí en fuera no tenía alternativa.

Entonces comencé a preguntarme si a él también lo habían capturado, quise levantarme pero estaba atada de manos y pies con cadenas de plata hechizadas, ellos sabían que intentaría quitármelas y por ende las habían hechizaron.

Sabía muy bien quién había sido el responsable de todo esto, ahora más que nunca debía ser muy cuidadosa y sobrevivir aquel infierno del cual pude salir viva con dos de mis amigos, si los tres pudimos hacerlo entonces yo también.

Miré la habitación en donde estaba y todo lo que había en ella era blanco, las paredes, el piso, el techo, las luces, eran blancas nada era diferente hasta la puerta era blanca a excepción de la cerradura que era color gris plata.

Pero todo lo demás era blanco. Sentía que estaba en un manicomio y había regresado otra vez a él. Por último miré mi ropa y por supuesto que era blanca, una pijama quirúrgica de las que usan los médicos y enfermeras de un hospital.

Suspiré pesadamente mirando al techo y comencé a preguntarme si Dimitri estaría en el mismo lugar, me levanté de la cama nuevamente y al hacerlo la puerta se abrió. Miré hacia el frente y ahí estaba ese maldito bastardo que me había arruinado la vida en más de una forma.

—Hola Eliane, bienvenida a casa.—Dijo ese maldito muy sonriente.

Tenemos que borrarle esa maldita sonrisa de su rostro.

Estoy de acuerdo.

(**)

—¡Vete al carajo con tu bienvenida!—Le respondí desafiante, él se rió exaltado pero de todas maneras no era suficiente como para asustarlo.

—No te pongas así, estás en donde perteneces y eso es lo importante.

—¿Dónde pertenezco?—Asintió muy confiado. Me sonreí pensando en lo irónico y en lo estúpido que era ese comentario. Yo no pertenecía a ningún sitio, ni siquiera en mi propia casa sentía que perteneciera ahí.

Lo único que me mantenía en pie era mi promesa hacía Claire, pero incluso eso me ha hecho dudar sobre lo que realmente quiero y deseo hacer. Aunque por otro lado... no podía dejar que su sacrificio y muerte fueran en vano, entonces... ¿Cuál es mi propósito? ¿Qué es lo que realmente me importa y me interesa?

No lo sabía. Y eso me hizo sentir todavía más perdida, pero si tenía en claro una cosa... Debía escapar de ese maldito sitio de mala muerte y destruirlo, para eso tenía que quedarme y destruirlo desde adentro hacia afuera, no dejar rastro alguno de lo que era y lo que fue ese sitio.

—Yo no pertenezco a ningún sitio, alguien como yo no tiene sitio al cual pertenecer, ni siquiera este, así que vete al infierno.—Se rió y por supuesto que no me contuve en darle una patada de caballo en su amiguito. Dejó de reír en ese momento y cayó al suelo de rodillas sujetando su miembro.

¡Vaya patada de mula atada!

Por supuesto, soy la mejor.

Presumida...

La Cazadora De La Noche: Soy Tu Perdición...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora