Capítulo 39

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Mirar atrás y pensar en el pasado dolía como un puto infierno del cual creía que no tenía salvación porque desde niña me decían que sólo servía para ser un arma, una asesina sin corazón y culpa. Nadie ni siquiera el destino pensó... que llegaría alguien a poner de cabeza mi mundo. Y por supuesto que llegó, ese alguien tiene nombre y es Dimitri Ivánovich, el Alpha de la Manada Luna de Cristal.

Ese maldito... llegó y todo lo que pensaba, demostré y dejé en claro durante años se había ido a la borda. Incluso me hizo ver que siempre hay segundas oportunidades para quienes han sufrido tanto como yo y que siempre se puede empezar de nuevo.

Estando en Suiza, en la Manada de Dimitri me hizo entrar en duda y preguntarme por qué Ágata me había traído. Pero no hubo necesidad de hacer preguntar porque ella me miró y por supuesto que asintió a lo que estaba

-Así es Eliane... este lugar conforma la Tribu Luna de Cristal y la Manada Luna de Cristal. Aunque son muy diferentes tienen algo en común... el Árbol Sagrado.

-¿El Árbol Sagrado?-Pregunté.

-Este árbol... se convirtió en lo más sagrado para nosotras las brujas blancas de esta tribu, además de que los licántropos juraron proteger este árbol con sus vida de aquellos que trataran de destruirlo.-miró el Árbol Sagrado con orgullo y lanzó un suspiro satisfecha.

-¿Por qué estoy aquí?-Hizo aparecer un libro en sus manos que al parecer era muy antiguo y viejo. Me lo dio, pero no me dejó abrirlo.

-Ábrelo cuando estés en casa, con tu Mate. Porque él debe saberlo también, ¿De acuerdo?-Asentí y de un sólo chasquido volvimos a la Manada Luna Oscura.

Caminé hacia la casa y por un momento me detuve, pero Ágata me animó a entrar y eso hice. Subí los peldaños despacio, mi cuerpo temblaba, las manos me sudaban del nerviosismo que sentía en aquel momento.

Cuando finalmente terminé de subir los peldaños... fue que me puse todavía más nerviosa, pero aún así corrí el riesgo y entre. No había nadie en la sala de estar pero pude escuchar claramente unas voces que provenían del estudio de mi Padre.

Pero algo me detuvo o más bien alguien, que me tomó del brazo y me estampó contra la pared tomándome de ambas muñecas, sabía quién era con sólo sentir su olor. Miré hacia el frente y efectivamente era Dimitri, tenía una mirada preocupada e intranquila y sabía muy bien por qué.

-Estoy bien... No te preocupes, estuve con Ágata durante todo este tiempo.

-¿A dónde fueron?-Preguntó.

-A la Manada Luna de Cristal y a la Tribu como tal.-Frunció el ceño y comenzó a reírse.

-¿Cómo?

-Nos teletransportamos, así fue como llegamos. Y me dio esto.-Le mostré el libro que tenía conmigo y lo tomó de mis manos.

Lo miró detenidamente y vio el dibujo del árbol sagrado y una media luna trivial con blanco en ella. El Árbol Sagrado, era un majestuoso árbol enorme y con un porte hermoso, el dibujo no le hacia justicia a la belleza del Árbol Sagrado.

Dimitri, miró el libro y después me miró a mí, me tomó de la mano y subimos las escaleras hasta llegar a la habitación. Al llegar cerró la puerta con pestillo.

-¿Ya lo leíste?-Preguntó señalando el libro en sus manos.

-No, Ágata no me lo permitió. Dijo que tú y yo, debemos leer el libro juntos para entender muchas cosas entre ellas por qué soy la futura líder de la tribu y otras que ni siquiera yo misma comprendo para poder explicarlas.-Dimitri, se dirigió a la cama y se sentó en ella sosteniendo el libro en sus manos mirándolo con cierta duda y curiosidad.

La Cazadora De La Noche: Soy Tu Perdición...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora