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-¡Aún no estoy de acuerdo, Sam!. -Gritó Marlene, mirando a su esposo.
Madison miraba a su novio con cierta incertidumbre, mientras Marine y Quil estaban consolando a Seth en el sofá.
-Era lo mejor.-Determinó Sam, mirando a la azabache que lo mataba con la mirada.
-¿Lo mejor para quién?. -Preguntó Marlene, con tono acusador.-Sólo se está repitiendo la historia. Estás separando a la manada por una decisión estúpida y precipitada.
-Para todos. Es lo mejor para todos.-Dijo Sam, conservando su tranquilidad.
-Marlene tiene razón. -Dijo Madison, metiéndose en la discusión.
-No la tiene, esta vez no.-Discutió Jared.
-¿Entonces ustedes nos dejarían ir si alguna de nosotras fuera como Camila?. -Preguntó Kim, mirando a su novio.
-Jamás. -Respondió Jared, mirándola. -Si fuera tú, no lo haría.
-Se contradicen entre ustedes, ¿No lo ven?. -Dijo Sasha, mirando a sus hermanos de manada.-Camila no deja de ser una impronta por más poderes que tenga.
-No debieron irse.-Dijo Bautista.-Mi hermana no es peligrosa. Ella no nos dañaría.
-A consciencia no lo haría, pero ella aún no sabe controlarlo.-Dijo Paul, mirando al muchacho con sus brazos cruzados sobre su pecho, recargado en la pared.
-¿Cómo pretenden que lo controle si no aprende primero?. -Dijo Marlene, mirando a su esposo.-Nadie puede hacerlo, pero ella sola puede aprender. Necesita apoyo.
-Están en casa de Collin, un clan vampiro está dando vueltas. La única que puede encontrar a Arid es ella.-Señaló Sasha.-Lo hubiera logrado, yo sé que sí.
-Ellos ya han decidido, se han ido.-Dijo Quil, mirando a todas las improntas.
-Porque no le han dejado opción. -Le dijo Marine, sin dejar de acariciar el cabello de Seth.
-Deben volver.-Murmuró Seth, sin fuerzas.-Necesitamos que Camila encuentre a Arid. La necesito conmigo. Prometo no estorbarle, pero que vuelva.
Marlene giró su vista hacía el lobo deprimido, mirando su aspecto. Oficialmente habían pasado 24 horas desde que Ariadna desapareció. Charlie Swan estaba realizando una búsqueda policial humana, mientras wue Michael West buscaba en las cercanías de Canadá. Todos le estaban buscando, pero nadie le encontraba. Solo había una persona que podría hacerlo, y ahora mismo estaba en la casa de un adolescente de 18 años tratando de controlar su nuevo yo.
-Debemos buscarlos.-Sentenció Marlene.-Si no quieres ser parte, no lo seas, Sam.-Dijo, volteado a ver a su esposo.-Pero yo encontrare a mi prima, y Seth volverá a su lado.
