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Era un sábado, estaba soleado, algo muy poco común por estos lados. Camila estaba en el garaje de su casa, arreglado el auto de su madre, escuchando música de la radio. Su melena rubia estaba suelta, dejando ver algunos rizos dorados caer en su espalda. Estaba vestida sin un overol de Jean azul corto y unos botines negros.
La rubia tenía muchas habilidades, entre ellas, el arreglar autos. Esta la adquirió al ver a su padre arreglar miles de veces su cacharro viejo, por lo que con el pasar de los años, Camila fue quien quedó como mecánica de la casa.
La canción de "Bohemian Rhapsody" de Queen sonaba en la radio, cuando la muchacha estaba tratando de arreglar el motor del auto. Unos pasos se oyeron en el pequeño espacio.
-Mi pequeña mecánica. -Dijo Frank, llamando la atención de la joven.-Mírate, igual que yo cuando le arreglaba el auto a mi padre.
-Supongo que viene de familia.-Dijo Camila, limpiándose las manos con un trapo.
-En la sangre.-Dijo su padre, sonriendo.-¿Qué tal tu semana?. No he podido verte, demaciado trabajo.
-Bien.-Respondió Camila, con simpleza.-he estado trabajando en mi proyecto de ciencias, en dos semanas es la feria de ciencias de Seattle, mi profesor me ayudó a entrar. Si gano, seré la primera alumna de la reserva que lo haga.
-Sé que así será, mi pequeña flor.-Aseguró el hombre, apoyado en el mueble metálico donde habían herramientas.-¿Has visto a Bautista?. Empiezo a creer que su novia lo tiene raptado, nunca está por la casa.
-Leah es una buena chica.-Dijo la rubia, elevando los hombros.-Están enamorados, supongo que es normal que estén juntos.
-Su amor es algo intenso, ¿No crees?. -Dijo Frank, mirando a su hija.-Los he visto juntos, es demasiado intenso su amor.
-No es intensidad, creo que es algo como "Amor verdadero". -Defendió la más joven.
-¿Desde cuándo defiendes tanto a Bau?. -Preguntó Frank.-Si al principio lo odiabas con todo tu ser, Camila.
-Nunca lo odié. -Negó Camila, elevando la cabeza.
-¿No recuerdas lo que me gritaste cuando te dije que vendrían a vivir con nosotros?. -Preguntó Frank, elevando una ceja.
-Sí, lo recuerdo bien.-Dijo Camila, apretando los dientes.-Estaba enojada, pero no con ellos.-Soltó.
-¿Ah, no?. -Murmuró el hombre.-¿Con quién, entonces?.
-Contigo, papá. -Confesó la rubia, sintiendo sus ojos arder. -Porque dijiste que Georgia sería el reemplazo de mi madre, y que Bautista sería el hijo varón que no pudiste tener. ¿Tan poca cosa fui, para que digas eso?. -Preguntó, con su voz temblorosa.
Frank soltó una risa irónica, alejándose del mueble y comenzando a caminar por el pequeño espacio. Volteó a ver a su hija con una sonrisa en sus labios.
