Capítulo 4: ¡¿Qué carajos?!

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MARATÓN 2/?

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-¿Dónde está el bendito libro?. ¡Por el amor a Tony Stark!-Chilló la rubia, removiendo los libros de la biblioteca de su padre, buscando un libro en específico.

Verán, para estar un poco más en contexto, ayer en la noche, luego de que los gritos de su hermano y personas que no reconocía, la casa quedó en silencio y sólo se oía el caminar de Bautista junto a la voz calmante de su novia. Camila, una vez que se le haya aliviado un poco aquella sensación de desespero, decidió volver a su cuarto. Al acostarse en su cama, una frase que había dicho la voz demandante de la primera mujer que habló en la discusión hace unas horas, hizo que algo en la cabeza de Camila se activara.

"Los ancestros unen a las almas gemelas, y nadie más, ni siquiera ellas mismas, podrá romper aquella unión.".

Su mente viajó a una leyenda que su padre le había contado alguna vez cuando ella era pequeña y sintió curiosidad de su origen y del origen de su tribu. Pese a que ella era todo lo contrario a lo que la mayoría de las personas descendientes de los Quileutes eran, ella tenía parte de su sangre y legado corriendo por sus venas.

-¡Ay, por los calzones de Odín!. -Masculló la joven, buscando en las repisas, sin tener éxito alguno.-¿Quién diablos tiene el libro?.

La puerta fue abierta, haciendo que la rubia diera un salto al asustarse. Ella no tenía permitido entrar a la biblioteca de su padre, no desde que, accidentalmente, mojara un libro de la historia de Ojos Lobunos.

-¿Hija?.-Oyó la voz de su padre, Frank.-¿Qué haces aquí?. ¿Y por qué insultas los calzones de un dios Nórdico?.

La muchacha volteó a ver a su padre con una pequeña sonrisa, simulando ser inocente, como si hubiera cometido un crimen muy feo.

-Quería releer un libro que había visto aquí, pero no lo encuentro, Pa.- Explicó Camila, alejándose de las repisas.

El hombre elevó una ceja y miró su reloj, para luego darle una mirada divertida a su hija.

-Bueno, tengo día libre. -Dijo el hombre, con una sonrisa creciendo en sus labios.-Y teniendo en cuenta que me sé todos estos libros de memoria, creo que puedo ser tu audiolibro por hoy, como cuando eras niña y no sabías leer.

-Aprendí a leer a los 3 años y medio.-Recordó la joven.

-Y aún así, jamás te negaste a que te lea libros mientras tomábamos chocolate caliente.-Dijo Frank, caminando al sofá individual que había en la pequeña bibloteca.-¿Qué contaré hoy, señorita?.

Beautiful Ángel |8| B.FDonde viven las historias. Descúbrelo ahora