Sabrina se encontraba con las chicas en el Spa, todo estaba preparado para que disfrutaran, y aunque al principio se sintió extraña, fue imposible no dejarse llevar. Eran cinco, Esme, Vicky, Tefi, Belén y ella, y todas la hacían sentir como si fuese una más del grupo.
—¿Eres la novia de Xavi? —inquirió Belén, la habían presentado como una de las mejores amigas de Vicky con quien llevaba un proyecto para ayudar a los jóvenes a salir de las drogas.
—No... solo soy una amiga —respondió ella.
—¿Una amiga especial? —inquirió Tefi, quien se había presentado ella misma como la mejor amiga de Esme, incluso mejor que Vicky, quien según sus propias palabras había llegado tarde a querer sacarle el lugar.
—No, solo una amiga —aclaró Sabrina.
—Pues él es genial —afirmó Belén—, no deberías dejarlo ir...
Ella no dijo nada, lo sabía, sabía que era genial, pero no había nada que pudiera hacer y no se sentía en confianza como para contarles más.
Decidió no pensar más en eso y escuchar lo que hablaban entre ellas, era un sueño estar allí, ser parte de un grupo de chicas que reían y hablaban de cualquier cosa, pero, sobre todo, que la incluían y la aceptaban como una más, incluso sin conocerla.
Le preguntaron sobre su vida, sobre como conoció a Xavi y se echaron a reír cuando les volvió a contar lo mal que tocaba la batería.
—¿Puedo preguntar algo íntimo? —dijo entonces Tefi, que parecía ser la más extrovertida de todas.
—Sí —respondió ella un poco avergonzada.
—¿También escuchas si está con una mujer? —quiso saber.
Sabrina sintió que sus mejillas se teñían de rojo, no dijo mucho, pero asintió.
—¡Oh! ¡Eso ha de ser genial! —exclamó la muchacha y se puso a aplaudir como una foca.
—Ay, no, qué incomodidad —dijo Vicky en medio de una carcajada.
—Yo lo que haría es gritar más fuerte, como para cortarles la onda —añadió Belén divertida.
—¡Esa es una buenísima idea! —asintió Tefi y luego miró a Sabri—. Deberías probarlo, gritas más fuerte o gimes como si estuvieras con alguien...
—No, no podría hacer eso nunca —dijo ella avergonzada.
—¡Puedes usar una grabación! —exclamó Belén.
—Ustedes tienen la mente muy sucia —se quejó Esme entre risas—. Yo me muero si alguien me escuchara —añadió y se llevó la mano a la boca.
—Tú has de gritar bien afinado, amiga, con el vozarrón que tienes —bromeó Tefi.
Esme le tiró una toalla que encontró a mano y Tefi fingió que cantaba y afinaba una especie de gemido como si fuera en una escala ascendente. Todas se echaron a reír, incluso Sabrina.
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Todos los tonos de tu alma ©
RomanceSabrina tiene un nuevo vecino, un chico muy guapo y ruidoso. O a lo mejor es que las paredes del edificio son de cartón y ella puede oír todo, tanto cuando enloquece con la batería a las dos de la madrugada o cuando lleva chicas a su casa. Al princi...