Xavi y Vicky buscaron a las chicas y las encontraron conversando, se acercaron a ellas con una sonrisa en los labios. Sabrina miró al chico con la intención de leer en sus facciones si todo había ido bien.
—Sabri —dijo Vicky al verla—, mañana tenemos una cena con amigos, ¿quieres unirte?
—Yo... ehmmm —La manera tan cercana en que le habló la dejó sin palabras.
—Di que sí —pidió Esme.
—Es que no he traído ropa para esa clase de situaciones —susurró tímida.
—Yo te prestaría, pero te quedará grande. ¿Vicky? —inquirió Esme y miró a su amiga.
—¡Yo te presto! —comentó emocionada.
Sabrina se sentía más que incómoda, pero las dos chicas parecían felices.
—¿Qué tal si te nos unes por la tarde? Iremos a un SPA a consentir a mi amiga antes de su boda —dijo Esme—. Te paso a buscar a las cinco.
—Yo... ehmmm —dijo y miró a Xavi que sonrió divertido al verla en semejante aprieto.
—Puedes ir si lo deseas —dijo él para darle contención—, no te harán nada malo —bromeó.
—Buenísimo, te buscamos mañana —zanjó Esme—. Y tú, puedes unirte a los chicos que estarán preparando la terraza en nuestra casa, donde será la cena —comentó.
—Ni siquiera sé dónde vives, Esmeralda —dijo él con diversión.
—Pues va siendo hora de que te enteres, te mandaré un mensaje —zanjó—. ¿Vamos, Vick? —inquirió la muchacha.
—Vamos —asintió—. ¡Nos vemos! —se despidieron ambas.
Sabrina lo miró.
—¿Estás bien? —quiso saber.
—Sí... estoy bien —respondió él—. ¿Tú? Sé que las chicas te hicieron sentir incómoda, sé lo difícil que es para ti...
Ella sonrió.
—Esmeralda es muy buena gente, se le nota... y a Victoria no la conozco, pero Esme me dijo que es genial. No pierdo nada con intentar ser un poco más abierta este fin de semana, ¿no?
—No... probablemente ganes —dijo él con dulzura—. ¿Caminamos? —inquirió y le pasó la mano.
—Sí...
Ella tomó su mano y sonrió, se sentía rara y a gusto al mismo tiempo, y quería saber más, pero no iba a preguntar.
—¿No vas a preguntar? —quiso saber él.
—Me lo dirás si tienes ganas —respondió ella con seguridad.
—Hablamos... me dijo que es feliz y que está muy bien, es cristiana ahora, como su novio... le preocupo, dice que quiere que sea feliz, que encuentre el amor. Ella piensa que solo eso podría hacerme feliz —bromeó—, le dije que estoy bien, que no necesito tener novia para sentirme completo, que no se preocupe, pero dijo que rezará por mí.
Sabrina sonrió.
—¿Y tú? ¿Cómo te sentiste al verla?
—Eso es lo mejor de todo, Sabri, la vi como si fuera una vieja amiga... una muy importante, sí, pero la vi de la misma manera en que veo a Esme. ¿Me explico? No sentí nada más que eso... Tenía mucho miedo, tenía miedo de que verla doliera, y no, no dolió... por el contrario, estoy bien... de verdad, siento como si me hubiese sacado un enorme peso de encima. Y me hace bien verla bien...
—Eso está genial, es hermoso —sonrió—, ellos te quieren de regreso en sus vidas y yo creo que eso es perfecto, son gente buena, Xavi... y eso ya no hay... no deberías alejarte más.
—No quiero hacerlo... pero aún no sé cómo compaginar lo que soy hoy con lo que fui cuando estaba con ellos. No soy el mismo y lo sabes.
—Yo creo que eres el mismo e incluso mejor... las cosas que vivimos nos ayudan a crecer, a ser mejores, y tú deberías estar orgulloso de ti, Xavi... eres una buena persona. Hoy, cuando me contabas todo lo que hiciste por ella, no podía creerlo, eres un hombre fantástico... —susurró y lo miró con admiración—, y deberías rodearte de gente como tú, y ellos lo son.
—Tú también lo eres —añadió él mirándola. Sabri se encogió de hombros.
—No creo, pero me encanta ser parte también.
—Entonces, ¿estás segura de que irás con ellas mañana?
—¿Por qué no? —quiso saber—. A veces en la vida hay que tomar riesgos, ¿no?
—Me encanta esta Sabrina que está aflorando, ¿sabes? Quizás es la Sabri dos de la que hablamos el otro día, quizás es esa chica que se arriesga un poco, que se anima a más... Son buenas chicas, ya lo verás.
Ella se detuvo a verlo, era cierto, algo en ella se había encendido. Quizá todavía se sintiera un poco incómoda ante aquellas muchachas, pero había una parte de ella que deseaba compartir un día de chicas, un sueño que siempre tuvo, un sueño que al día siguiente se haría realidad.
Mientras pensaba, él se había perdido en sus facciones, en su mirada miel que brillaba de una manera que Xavi no había viso antes. Aquella mujer era hermosa y él deseaba intensamente probarla. Sin darse cuenta, el mundo dejó de existir para él y deseó acariciarla, subió su mano derecha y colocó un mechón de cabello tras su oreja para luego acariciar su mejilla con el dorso de su mano.
Sabrina reaccionó a la caricia cuando todo su cuerpo se estremeció.
—Xavi... —susurró.
—Eres perfecta... —dijo él y miró sus labios como si los fuera a devorar en instantes.
Los minutos que pasaron así tan cerca y solo mirándose, respirando el aire del otro, fueron unos cuantos, pero entonces, Xavier recordó que ella no era cualquier chica y que no podía besarla, así como así, ni siquiera sabía qué lo había impulsado a acercarse de esa manera, ella solo era su amiga.
Se apartó.
Ella no dijo nada.
Él tampoco lo hizo.
Caminaron hasta el auto y regresaron a la casa. Allí la señora Gloria los esperaba con la cena lista y con muchas preguntas que lograron distraerlos de aquel momento tan delicado.
Lo sé, este capítulo es un poco corto... veré si puedo subir el próximo podcast así no les dejo con tantas ganas :)
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Todos los tonos de tu alma ©
RomanceSabrina tiene un nuevo vecino, un chico muy guapo y ruidoso. O a lo mejor es que las paredes del edificio son de cartón y ella puede oír todo, tanto cuando enloquece con la batería a las dos de la madrugada o cuando lleva chicas a su casa. Al princi...