capítulo 3

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El golpe fue suficiente para despertar por completo a Sasuke, solo para darse cuenta que aún se mantenía en aquella cueva, y con la poca luz que entraba en aquel lugar cerrado, aun sintiendo el frío ambiente de la madrugada. Sus pensamientos se remontan al asesinato no terminado.

Más de eso, el hombre frente a él no habló en el tiempo en el que estuvieron encerrado esperando a que la noche cayera. El otro salía por largos intervalos en los que sus intentos de soltar aquella cuerda se notaban frustrados en cada momento.

Ni siquiera podía entender el contexto de su actuar. El trabajo de un ninja era impecable al momento de desaparecer. Entonces, ¿Cómo todo podía trastornarse en tan solo horas bajo aquella manos. Más cuerdas eran molestas, y el silencio de aquella cueva solo le daba la oportunidad de siquiera meditar un poco, por lo que fue su única acción. Removió su cuerpo, dejando que su espalda quede recostado al fragmento de una roca. Con la espalda recta, flexiona sus rodillas y con una tranquila respiración, cierra los ojos.

Viaja a lo más profundo de su oscura mente, preguntando más de una vez sobre aquella parte de su vida faltante. Retazos de fuego, y sonido de un niño son bienvenidos en la oscuridad de su mente. Frunció el ceño cuando aquellas risas fueron creciendo en su entorno, siendo remplazado por un grito desgarrador.

Su propio pulso se aceleró, y los golpes en su corazón fueron más dolorosos.

Abrió los ojos, notando su propia agitada respiración, y la tensión que se fue creando en sus hombros.

"¿Qué fue eso?" pensó algo ido.

Ni siquiera en sus anteriores años logró un alcance de sus recuerdos y en esos momentos era una voz infantil, tan alegre, llena de vida, desconocido el mundo juzgador al que tendría que enfrentarse al crecer. Uno donde las clases eran mucho más importantes.

—Toma —escuchó frente a él. Una mirada azulada detrás de aquella mascara que aún se sostenía sobre su rostro.

El ninja le extendió algunas frutas, a los ojos de Sasuke, se notaban frescas y jugosas. Con lo vacío que está en su estómago, duda un poco si tomarlo, pero su cuerpo reaccionó primero, estirando la mano. Lo pensó un poco, si no lo mató a la primera oportunidad, porque no hacerlo ahora, que están en lo que parece lo profundo del bosque, o quizás la falta de valentía.

Ya ni siquiera cuestionar la mentalidad de la persona frente a él funciona como una manera de distraerse. ¿De qué iba todo esto?

Su mirada se intercalo entre su asesino y la manzana. Quiso, preguntar algo, quizás reclamarle por su repentina amabilidad. Sin embargo, el ninja solo lo observó antes de desparecer en un parpadeo, dejándolo solo, otra vez. No puede evitar suspirar, para solo comer, y creando extrañas figuras en su mente con las rocas que estaban en la cueva. Solo observando a quien se sentaba a una distancia considerable.

Sai, acusado de violación y atentado contra los omegas. Lidera la lista de muerte entre los ninjas —leyó sin mirarlo. Sasuke solo bufó. Ni siquiera soy él.

—Sin embargo, dices llamarte Sasuke sin apellido aparente, de familia desconocida. Beta, y con las claras intenciones de morir. —permaneció en silencio unos largos segundos observando lo escrito en su pergamino. Continuó.

—¿Quieres subir al árbol tan pronto? Esto es sorprendente ¿Tampoco dices mucho? —preguntó al ver la falta de respuesta de parte del beta, habló con diversión—. Pues morir por no responder ¿No es maravilloso?

—Sé quién soy —Mientes, se reprendió mentalmente ignorando esa voz de la razón—. El hecho de que tu informante no sepa la diferencia entre dos personas. Solo muestra su poca capacidad.

Destino Fragmentado. SasunaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora